Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
martes, 30 de diciembre de 2008
lunes, 29 de diciembre de 2008
Sana, sana, culito de rana
Tras la muerte de alguien muy querido (hermano, padre, madre, hijo, pareja) el dolor se hace casi insoportable. Hay nubes gordas preñadas de ceniza rodando a ras de suelo. A veces parece que es como para volverse loco, que ese dolor es insoportable. El cielo desaparece: solo hay pavimento. Y para sobrevivir es verdad que se necesita tiempo, y algunas veces alcohol, Prozac, hachís, antidepresivos, sexo y adrenalina (no todo al mismo tiempo, no se amontonen). Un viento helado se cuela entre la ropa a todas horas. Con los analgésicos la desolación no desaparece, pero poco a poco se transforma en una cicatriz afectiva. Un taponamiento en los ojos, en los oídos, en la nariz. Eso es lo que me pasó. Al principio pensé que era como una callosidad, una aspereza en los sentimientos, pero no es así: es más bien una desgarradura, con los bordes algo más sensibles que el resto de la piel. La piel despellejada. Se puede aguantar, aunque queda la memoria, el recuerdo de la herida. Molesta la ropa y la desnudez. Es como un cuerpo desconchado, con moratones. Se irrita un poco con los cambios de estación, con las fotos familiares, con el nombre que se pronuncia, o con los paisajes paralelos que recuerdan al muerto. Pero el tiempo pasa, con la misma tozudez con la que rompen las olas contra la roca. El cuerpo se recompone, igual que lo hizo tras los arañazos de la infancia, o después de alguna amputación quirúrgica. La pérdida y el vacío. Luego queda el muñón, y el dolor en la mano inexistente, que se agarrota y escuece aunque ya no exista.
Casi termina el año. En este año he escrito dos novelas cortas, he cambiado de casa y continente, Elías se fue a vivir con Natalia, he enterrado a mis dos padres, he llorado como si no supiese de sobra que la muerte es necesaria. Ahora cada vez que levanto la vista de mi portátil, veo el mar inmenso, infinito, con un horizonte que se aleja y se curva, y eso me tranquiliza. Un año acaba, y otro empieza. Ley de muerte. Ley de vida.
Quiero daros las gracias a todos los que habéis estado dándome ánimos. No pude responder, pero me llegó hasta el último aliento vuestro. Gracias, muchas gracias.
Casi termina el año. En este año he escrito dos novelas cortas, he cambiado de casa y continente, Elías se fue a vivir con Natalia, he enterrado a mis dos padres, he llorado como si no supiese de sobra que la muerte es necesaria. Ahora cada vez que levanto la vista de mi portátil, veo el mar inmenso, infinito, con un horizonte que se aleja y se curva, y eso me tranquiliza. Un año acaba, y otro empieza. Ley de muerte. Ley de vida.
Quiero daros las gracias a todos los que habéis estado dándome ánimos. No pude responder, pero me llegó hasta el último aliento vuestro. Gracias, muchas gracias.
jueves, 4 de diciembre de 2008
La intensidad del dolor
Es posible que la intensidad extrema del dolor contenga en su interior un componente de placer. Tal vez el masoquismo sepa algo de eso. Lo digo así, como de pronto lo percibo, entrevisto por rabillo del ojo. Y me parece raro que yo lo diga, porque soy muy cobarde con el dolor, físico y psíquico. Soy un adicto al Nolotil, aspirinas, paracetamoles, Prozac, Nembutal, morfina, anestesia, alcohol y todo lo que se tenga a mano, legal o ilegal, antes de que me duela un poco la uña desgarrada. Y sin embargo, este nuevo dolor me deja derrotado con cualquier bobería: basta que Pablo me llame por teléfono para preguntarme que qué tal estoy, o que un hombre lleve a su hijo en brazos por la calle, y de golpe pierdo incluso el sentido de la orientación y el equilibrio. No sé dónde me encuentro, me sobran brazos y piernas en el cuerpo, calculo mal las distancias, tropiezo, y me cuesta estar sentado en una silla, porque no sé dónde poner esas manos extrañas que me cuelgan como pulpos al final de mis antebrazos. Ayer caminaba por las calles de La Laguna, y sentía mareos cada vez que cruzaba una calle o me aproximaba a un edificio. Me apoyé en una farola, y su pintura despellejada me arañó la palma de la mano como si fueran cuchillas de afeitar. Tengo los oídos taponados desde hace una semana, y solo de tanto en tanto, tras bostezos prolongados, logro desatascarlos durante un rato. Entonces, ¿dónde está el placer?
Es la intensidad. La pura intensidad del dolor, que hace que la sensación de ahogo sea tan nítida y sobrecogedora que me deja en un éxtasis de desolación, de nirvana mortal. Todo desaparece en esos momentos, se abre frente a mí un cielo negro, y ni siquiera me acuerdo de mis padres muertos ni de mis hermanos malheridos. Es el dolor en estado puro, que me deja flojas las piernas, y me agota en un instante, dejándome a merced del viento. No es que me quiera dejar morir, ni suicidarme, ni regodearme en el padecimiento. Nada de eso. Es el puro asombro de que exista esa frontera del dolor inédito, y que más allá de esa desolación extrema, aún exista una geografía hermética y despoblada, un vértigo de luz negra que empaña la vista, tapona los oídos y comprime el aire. Es otro universo paralelo, y desde allí escucho con sordina, como si viniera de muy lejos, los ruidos apagados de este otro mundo que a veces me reclama. Algunos místicos, drogadictos, visionarios o torturados, hablan del éxtasis del dolor, el que se encuentra al otro lado del cuerpo, hermano de la esquizofrenia. No sé si será el mismo dolor, solo sé que me deja tiritando sin piel en el centro mismo del vacío, sordo, sin aire y sin conciencia. La tarde cae, y me encuentro desnudo en un páramo sin límites ni carreteras. No sé dónde estoy. Me cuesta respirar, cierro los ojos emborronados de lágrimas y trato de calentar con mi propio aliento las yemas de los dedos congelados.
Sé que estáis ahí, todos y cada uno de vosotros. Os oigo, os leo. Os doy las gracias por todos los ánimos. Sé que está Bea, y Elías. Sé que están Peancha, Basilio, Raquel, Jaime, Salud, Coke, Nacho, Jorge, la Nena, Tito, Javier… Pero no sé dónde estoy yo. No sé qué pasa. No sé qué es esto.
Es la intensidad. La pura intensidad del dolor, que hace que la sensación de ahogo sea tan nítida y sobrecogedora que me deja en un éxtasis de desolación, de nirvana mortal. Todo desaparece en esos momentos, se abre frente a mí un cielo negro, y ni siquiera me acuerdo de mis padres muertos ni de mis hermanos malheridos. Es el dolor en estado puro, que me deja flojas las piernas, y me agota en un instante, dejándome a merced del viento. No es que me quiera dejar morir, ni suicidarme, ni regodearme en el padecimiento. Nada de eso. Es el puro asombro de que exista esa frontera del dolor inédito, y que más allá de esa desolación extrema, aún exista una geografía hermética y despoblada, un vértigo de luz negra que empaña la vista, tapona los oídos y comprime el aire. Es otro universo paralelo, y desde allí escucho con sordina, como si viniera de muy lejos, los ruidos apagados de este otro mundo que a veces me reclama. Algunos místicos, drogadictos, visionarios o torturados, hablan del éxtasis del dolor, el que se encuentra al otro lado del cuerpo, hermano de la esquizofrenia. No sé si será el mismo dolor, solo sé que me deja tiritando sin piel en el centro mismo del vacío, sordo, sin aire y sin conciencia. La tarde cae, y me encuentro desnudo en un páramo sin límites ni carreteras. No sé dónde estoy. Me cuesta respirar, cierro los ojos emborronados de lágrimas y trato de calentar con mi propio aliento las yemas de los dedos congelados.
Sé que estáis ahí, todos y cada uno de vosotros. Os oigo, os leo. Os doy las gracias por todos los ánimos. Sé que está Bea, y Elías. Sé que están Peancha, Basilio, Raquel, Jaime, Salud, Coke, Nacho, Jorge, la Nena, Tito, Javier… Pero no sé dónde estoy yo. No sé qué pasa. No sé qué es esto.
lunes, 1 de diciembre de 2008
La muerte
Me pregunta Bea que cómo me encuentro. No sé, le digo, me siento raro. Es como si la luz de las calles hubiera cambiado, como si siempre hubiese niebla, como si estuviera viviendo en un lugar que no conozco. Imagino que es el luto. Le digo que soy como un turista desganado. Peancha llora cada vez que se queda sola, y cuando se despierta en mitad de la noche. Y si lleva varias horas sin estar sola, se esconde un rato para llorar a oscuras. Yo me siento destemplado. El sol no me calienta, a pesar de que estoy en Tenerife, y hasta he conseguido pillar un constipado sin venir a cuento.
Oigo ladrar a Dogo, el perro del vecino, y me entran ganas de sentarme en las escaleras junto a él para ladrar a dúo, para decir a gritos que me siento desprotegido, con frío a pleno sol, con ganas de llorar sin que me vean, con ganas de dormir a todas horas, desganado, flojo, sin hambre, destemplado, encogido, mustio, congestionado por una fiebre fría y con los oídos taponados.
“¿Qué es lo que no quieres oír?”, me preguntaría sin duda el doctor Blanco. Él siempre era directo y claro. Blanco. Pues qué va a ser, le diría, no quiero oír que se han muerto mis padres, los dos al mismo tiempo; no quiero oír que aún no tengo casa, y que duermo de prestado en la de mi hermana pequeña; no quiero oír que tengo toda mi vida, mis libros, mis recuerdos, metidos en un container de 20 pies en el muelle de Santa Cruz, entre latas de atún y ferretería industrial. Todo eso me da frío y me tapona los oídos.
Ya sé que los padres tienen que morir para recordarnos que no somos inmortales. Pero cuando mueren, heredamos su muerte. De golpe la muerte está ahí, y no es el miedo a morir, sino el frío que dejan detrás, la tiritona, el estómago revuelto, tanto da si es verano como si es invierno.
Los hijos son un poco nosotros mismos, y los padres también. Somos lo que fuimos, incluso antes de nacer; y también lo que seremos, después de muertos. Perpetuados en la genética, en una historia colectiva, en un cuerpo colectivo que se desescama escupiendo cadáveres, uñas y miembros cercenados para regenerarse. No somos más que un préstamo a plazo corto.
Mi padre está en mí. Supongo que sí. Al menos tengo sus genes, su ADN, el calor de la mano, sus traumas, su aversión al deporte, sus gestos. Y de mí pasarán a Elías, con algunas alteraciones. Pero ahora también tengo su muerte, su corazón congelado, su alzheimer, sus ojos ciegos y sus escaras taladrándome la espalda. Yo soy ahora mi padre, corre la lista, un proyecto de cadáver, una promesa de extinción, de ceniza y olvido.
Hubo un tiempo necesario en que mis padres eran dios. Un dios bicéfalo indestructible, capaces de protegerme más allá del sueño y de la noche. Cuando mueren los padres muere dios, muere el paraguas protector, muere la eternidad y la invulnerabilidad. Dios ha muerto dos veces en noviembre: se llamaban Aurora y Alfredo. Me gustaría poder decir con Groucho Marx la frase “Dios ha muerto, Carlos Marx también ha muerto, y yo mismo no ando muy bien de salud”, pero tampoco ando bien de humor a estas horas.
Mientras escribía “El viaje de Lidia” no podía imaginar que estaba escribiendo mi propio viaje: quemando la casa a orillas del río Ambroz, buscando a mi madre ausente, y asistiendo a la muerte de mi padre. De algunas cosas sí que era consciente: mi hermano Gonzalo murió hace tiempo, y aún le echo de menos. Ringo ya no está conmigo.
Bea me observa, preocupada, y me pregunta si me voy a morir. Aún no, le digo. Tenemos tiempo. Calculo que unos treinta y tantos años. Hace apenas diez días mi hermano Coke escribió con caligrafía hermosa los nombres de mis padres en el cemento que sella su tumba, y todos sus hijos apretamos la huella de nuestro pulgar en el cemento fresco. Diez huellas huérfanas en un espejo que ya no nos refleja. También nosotros, y nuestras huellas, estamos enterrados en Santander, muy cerca de la tumba de Gonzalo. Salimos del cementerio con dos cadáveres a cuestas, inyectados por debajo de la piel, en lo más profundo del hueso. Hacía frío. Pocos días después se desató el vendaval de lluvia y nieve por toda la península, pero nosotros ya lo teníamos dentro, como una garrapata congelada, una costra de hielo por debajo del abrigo.
Siento la amputación de un cuerpo que no es el mío, pero sé que volveré a sentir calor dentro de unos meses, cuando me acostumbre a estar un poco muerto, y a caminar con la espalda vencida por el peso de los cadáveres, el tiempo y los espejos.
Oigo ladrar a Dogo, el perro del vecino, y me entran ganas de sentarme en las escaleras junto a él para ladrar a dúo, para decir a gritos que me siento desprotegido, con frío a pleno sol, con ganas de llorar sin que me vean, con ganas de dormir a todas horas, desganado, flojo, sin hambre, destemplado, encogido, mustio, congestionado por una fiebre fría y con los oídos taponados.
“¿Qué es lo que no quieres oír?”, me preguntaría sin duda el doctor Blanco. Él siempre era directo y claro. Blanco. Pues qué va a ser, le diría, no quiero oír que se han muerto mis padres, los dos al mismo tiempo; no quiero oír que aún no tengo casa, y que duermo de prestado en la de mi hermana pequeña; no quiero oír que tengo toda mi vida, mis libros, mis recuerdos, metidos en un container de 20 pies en el muelle de Santa Cruz, entre latas de atún y ferretería industrial. Todo eso me da frío y me tapona los oídos.
Ya sé que los padres tienen que morir para recordarnos que no somos inmortales. Pero cuando mueren, heredamos su muerte. De golpe la muerte está ahí, y no es el miedo a morir, sino el frío que dejan detrás, la tiritona, el estómago revuelto, tanto da si es verano como si es invierno.
Los hijos son un poco nosotros mismos, y los padres también. Somos lo que fuimos, incluso antes de nacer; y también lo que seremos, después de muertos. Perpetuados en la genética, en una historia colectiva, en un cuerpo colectivo que se desescama escupiendo cadáveres, uñas y miembros cercenados para regenerarse. No somos más que un préstamo a plazo corto.
Mi padre está en mí. Supongo que sí. Al menos tengo sus genes, su ADN, el calor de la mano, sus traumas, su aversión al deporte, sus gestos. Y de mí pasarán a Elías, con algunas alteraciones. Pero ahora también tengo su muerte, su corazón congelado, su alzheimer, sus ojos ciegos y sus escaras taladrándome la espalda. Yo soy ahora mi padre, corre la lista, un proyecto de cadáver, una promesa de extinción, de ceniza y olvido.
Hubo un tiempo necesario en que mis padres eran dios. Un dios bicéfalo indestructible, capaces de protegerme más allá del sueño y de la noche. Cuando mueren los padres muere dios, muere el paraguas protector, muere la eternidad y la invulnerabilidad. Dios ha muerto dos veces en noviembre: se llamaban Aurora y Alfredo. Me gustaría poder decir con Groucho Marx la frase “Dios ha muerto, Carlos Marx también ha muerto, y yo mismo no ando muy bien de salud”, pero tampoco ando bien de humor a estas horas.
Mientras escribía “El viaje de Lidia” no podía imaginar que estaba escribiendo mi propio viaje: quemando la casa a orillas del río Ambroz, buscando a mi madre ausente, y asistiendo a la muerte de mi padre. De algunas cosas sí que era consciente: mi hermano Gonzalo murió hace tiempo, y aún le echo de menos. Ringo ya no está conmigo.
Bea me observa, preocupada, y me pregunta si me voy a morir. Aún no, le digo. Tenemos tiempo. Calculo que unos treinta y tantos años. Hace apenas diez días mi hermano Coke escribió con caligrafía hermosa los nombres de mis padres en el cemento que sella su tumba, y todos sus hijos apretamos la huella de nuestro pulgar en el cemento fresco. Diez huellas huérfanas en un espejo que ya no nos refleja. También nosotros, y nuestras huellas, estamos enterrados en Santander, muy cerca de la tumba de Gonzalo. Salimos del cementerio con dos cadáveres a cuestas, inyectados por debajo de la piel, en lo más profundo del hueso. Hacía frío. Pocos días después se desató el vendaval de lluvia y nieve por toda la península, pero nosotros ya lo teníamos dentro, como una garrapata congelada, una costra de hielo por debajo del abrigo.
Siento la amputación de un cuerpo que no es el mío, pero sé que volveré a sentir calor dentro de unos meses, cuando me acostumbre a estar un poco muerto, y a caminar con la espalda vencida por el peso de los cadáveres, el tiempo y los espejos.
sábado, 22 de noviembre de 2008
La muerte de mis padres
Hace quince días murió mi madre.
Estaba muy enferma desde hacía meses. Un precipicio se abrió a mis pies. Sentí vértigo.
La semana pasada vendimos nuestra casa a orillas del río Ambroz. La misma en la que nos casamos Bea y yo hace dos años. Entonces mis padres vinieron desde Santander, y fue su último viaje, y la última vez que bailaron al ritmo de la música de los mariachis.
Hemos empezado a buscar una casa en Tenerife, cerca del mar. No nos ha dado tiempo.
Ayer murió mi padre.
Por primera vez en diecisiete años nos hemos vuelto a reunir en Santander los nueve hermanos que aún estamos vivos.
Antes de incinerarle, toqué los dedos de mi padre para calentarle las manos, pero no hay calor suficiente en el mundo para rescatar a un padre de la muerte.
Pasado mañana volveremos a Tenerife. Todas nuestras cosas están almacenadas en un container en el Puerto de Santa Cruz. Hemos encontrado una casa en El Sauzal con vistas al mar y al Teide.
Hay cosas tan dífíciles de vivir, que no sé cómo contarlas.
Estaba muy enferma desde hacía meses. Un precipicio se abrió a mis pies. Sentí vértigo.
La semana pasada vendimos nuestra casa a orillas del río Ambroz. La misma en la que nos casamos Bea y yo hace dos años. Entonces mis padres vinieron desde Santander, y fue su último viaje, y la última vez que bailaron al ritmo de la música de los mariachis.
Hemos empezado a buscar una casa en Tenerife, cerca del mar. No nos ha dado tiempo.
Ayer murió mi padre.
Por primera vez en diecisiete años nos hemos vuelto a reunir en Santander los nueve hermanos que aún estamos vivos.
Antes de incinerarle, toqué los dedos de mi padre para calentarle las manos, pero no hay calor suficiente en el mundo para rescatar a un padre de la muerte.
Pasado mañana volveremos a Tenerife. Todas nuestras cosas están almacenadas en un container en el Puerto de Santa Cruz. Hemos encontrado una casa en El Sauzal con vistas al mar y al Teide.
Hay cosas tan dífíciles de vivir, que no sé cómo contarlas.
viernes, 31 de octubre de 2008
El viaje de Lidia. Epílogo
Gracias a todos los que habéis seguido "El viaje de Lidia" en el blog, escrita y editada casi a tiempo real. Sé que ha sido un viaje doloroso, radical, iniciático y sin concesiones. Como la adolescencia misma.
Gracias por estar al otro lado de la pantalla: Bea, Una ET en Euskadi, Diego Flannery, Edurne, Moderato_joseph, Arcángel mirón, Haldar, Ruth, Berna, Mi vida en 20 kg, Aurora Páez, Belén, Magia de mujer, Mila, Ángel, La maga, Miriam, Carmen Cuevas, Elisa Agudo, Sonia Aldama, David Condes, María Coca, Juanjo Merapalabra, Meiga en Alaska, Ivi(r), Mita, Luis Recuenco, Basilio, Peancha, Manuel Espada, Hombre de barro, Carmen, Revangel, Óscar Alonso, Bizarro sin interrupciones, Ricardo Guadalupe, Raúl, Juanjo, Jimena, Ayshane, Joan X, Frida, IvanH, Dany, Xrisstinah, Leo y los lectores y lectoras del IES Guadarrama. Y todos y todas que no habéis dejado comentarios, pero que leíais en silencio. Gracias por leer.
Apenas he respondido a vuestros comentarios que, sin embargo, me eran de gran ayuda para seguir escribiendo. Ya sé que alguno o alguna le costó aceptar la muerte de Ringo, de Héctor y del padre de Lidia, pero ¿cuándo es bienvenida la muerte si hablamos de los seres queridos?
Debéis saber que, de todos modos, no es una muerte real, sino metafórica: la muerte de la infancia, de los juguetes, de los compañeros, del padre todopoderoso. Solo se crece a través de la muerte, solo se cambia de piel cuando la vieja se desescama. Es la propia Lidia la que se entierra a sí misma con Ringo, con Héctor y con su padre, para llegar junto a la madre crecida, como una madre que adopta a Carlos, y será capaz de desarrollarse y fertilizar el mundo y su vientre en un amor futuro que ya no será un amor de infancia.
En fin, que a pesar de la agonía de esta novela, como un parto seco, yo me he quedado bien a gusto exorcizando demonios.
Un abrazo a diestro y siniestro.
Gracias por estar al otro lado de la pantalla: Bea, Una ET en Euskadi, Diego Flannery, Edurne, Moderato_joseph, Arcángel mirón, Haldar, Ruth, Berna, Mi vida en 20 kg, Aurora Páez, Belén, Magia de mujer, Mila, Ángel, La maga, Miriam, Carmen Cuevas, Elisa Agudo, Sonia Aldama, David Condes, María Coca, Juanjo Merapalabra, Meiga en Alaska, Ivi(r), Mita, Luis Recuenco, Basilio, Peancha, Manuel Espada, Hombre de barro, Carmen, Revangel, Óscar Alonso, Bizarro sin interrupciones, Ricardo Guadalupe, Raúl, Juanjo, Jimena, Ayshane, Joan X, Frida, IvanH, Dany, Xrisstinah, Leo y los lectores y lectoras del IES Guadarrama. Y todos y todas que no habéis dejado comentarios, pero que leíais en silencio. Gracias por leer.
Apenas he respondido a vuestros comentarios que, sin embargo, me eran de gran ayuda para seguir escribiendo. Ya sé que alguno o alguna le costó aceptar la muerte de Ringo, de Héctor y del padre de Lidia, pero ¿cuándo es bienvenida la muerte si hablamos de los seres queridos?
Debéis saber que, de todos modos, no es una muerte real, sino metafórica: la muerte de la infancia, de los juguetes, de los compañeros, del padre todopoderoso. Solo se crece a través de la muerte, solo se cambia de piel cuando la vieja se desescama. Es la propia Lidia la que se entierra a sí misma con Ringo, con Héctor y con su padre, para llegar junto a la madre crecida, como una madre que adopta a Carlos, y será capaz de desarrollarse y fertilizar el mundo y su vientre en un amor futuro que ya no será un amor de infancia.
En fin, que a pesar de la agonía de esta novela, como un parto seco, yo me he quedado bien a gusto exorcizando demonios.
Un abrazo a diestro y siniestro.
jueves, 30 de octubre de 2008
Lidia48 - FIN
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
miércoles, 29 de octubre de 2008
Lidia47
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
martes, 28 de octubre de 2008
Lidia46
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
lunes, 27 de octubre de 2008
Lidia45
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
viernes, 24 de octubre de 2008
Lidia44
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
jueves, 23 de octubre de 2008
Lidia43
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
miércoles, 22 de octubre de 2008
Lidia42
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
martes, 21 de octubre de 2008
Lidia41
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
lunes, 20 de octubre de 2008
Lidia40
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
viernes, 17 de octubre de 2008
Lidia39
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
jueves, 16 de octubre de 2008
Lidia38
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
miércoles, 15 de octubre de 2008
Lidia37
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
martes, 14 de octubre de 2008
Lidia36
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
lunes, 13 de octubre de 2008
Lidia35
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
viernes, 10 de octubre de 2008
Lidia34
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
jueves, 9 de octubre de 2008
Lidia33
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
miércoles, 8 de octubre de 2008
Lidia32
CAPÍTULO 8
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
martes, 7 de octubre de 2008
Lidia31
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
lunes, 6 de octubre de 2008
Lidia30
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
viernes, 3 de octubre de 2008
Lidia29
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
jueves, 2 de octubre de 2008
Lidia28
CAPÍTULO 7
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
miércoles, 1 de octubre de 2008
Lidia27
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
martes, 30 de septiembre de 2008
Lidia26
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
lunes, 29 de septiembre de 2008
Lidia25
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
sábado, 27 de septiembre de 2008
Lidia24
CAPÍTULO 6
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
viernes, 26 de septiembre de 2008
Lidia23
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
jueves, 25 de septiembre de 2008
Lidia22
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
miércoles, 24 de septiembre de 2008
Lidia21
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
martes, 23 de septiembre de 2008
Lidia20
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
lunes, 22 de septiembre de 2008
Lidia19
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
sábado, 20 de septiembre de 2008
Lidia18
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
viernes, 19 de septiembre de 2008
Lidia17
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
jueves, 18 de septiembre de 2008
Lidia16
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Lidia15
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
martes, 16 de septiembre de 2008
Lidia14
CAPITULO 4
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
lunes, 15 de septiembre de 2008
Lidia13
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
sábado, 13 de septiembre de 2008
Lidia12
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
viernes, 12 de septiembre de 2008
Lidia11
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
jueves, 11 de septiembre de 2008
Lidia10
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
Lidia09
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
martes, 9 de septiembre de 2008
Lidia08
CAPÍTULO 3
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
lunes, 8 de septiembre de 2008
Lidia07
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
sábado, 6 de septiembre de 2008
Lidia06
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
viernes, 5 de septiembre de 2008
Lidia05
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
jueves, 4 de septiembre de 2008
Lidia04
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
Lidia03
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
martes, 2 de septiembre de 2008
Lidia02
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
lunes, 1 de septiembre de 2008
Lidia01
CAPÍTULO 1
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
viernes, 29 de agosto de 2008
Cuenta atrás para la nueva novela
El próximo lunes, 1 de septiembre, empezaré a escribir la nueva novela con el personaje de Lidia aquí, en este blog, días tras día.
Espero que salga mejor, incluso, que la de "120 kilos" que algunos/as leísteis en abril y mayo de este mismo año.
Mientras tanto, desde hace ya 15 días estoy con la construcción de la estructura, argumento, personajes, espacio, tiempo y tono.
Lidia contará, en primera persona, la historia de un viaje iniciático.
Espero que os guste.
martes, 19 de agosto de 2008
Mendigo
La idea fue del Gangas, sí, sí, el hijoputa ese que trabajaba de conserje en Hermanos Miralles, el que decía que su abuela le iba a dejar una pasta en herencia, qué cabrón, si nos conocemos todos desde el orfanato; su abuela, no te jode, y una mierda, creo que sí, que se llamaba Álvaro, pero de eso no estoy muy seguro, porque por su nombre solo le llamaba el juez y el de la condicional, bueno, pues sí, pues ese, el Gangas, ese fue el que se empeñó en que le jodiéramos el andamio al Goyo, que era un cabrón, que se joda, pero eso fue hace muchos años, que la mitad no habíais nacido aún, ¿el Goyo con los maquis?, tú te pinchas, ¿no?, si el hijoputa era más franquista que Milans del Bosch, pues no te digo más que todos los primeros viernes de mes, después de comulgar en la parroquia de San Ginés, se pasaba por los sótanos de la DGS a comerle la polla al inspector Conesa, y yo no sé si sería porque la hostia se le atragantaba o porque quería ahorrarse las cuatro pesetas que costaba el chocolate con churros, pero te juro por mi madre, aunque no sé quién cojones es, que lo que te cuento es tan verdad como que yo me llamo Marcelo, que soy de Sanlúcar, y que nunca falté a mi difunta esposa, y si no que vengan aquí cuatro civiles y me rompan la almorrana a cipotazos, hostias, que además estaban allí Carlos, el carnicero de Vallecas, y el putón de Mila, esa que se ponía los hábitos de carmelita cuando se iba a hacer la calle, y cobraba el doble, la jodía, porque decía que sor Pilar le lavaba el coño con agua bendita.
(Pequeño homenaje a la novela "Mendigo", de Milagros García Guerrero)
(Pequeño homenaje a la novela "Mendigo", de Milagros García Guerrero)
domingo, 17 de agosto de 2008
Buscando a Lidia
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
viernes, 15 de agosto de 2008
Vocación de eternidad
Me acuerdo de que, a los diez años, decidí ser santo. Quería ser devorado por los leones en el circo romano como san Ignacio, o decapitado en la vía Aureliana como San Pancracio, o caer en una olla de hambrientos caníbales africanos a los que yo trataba de evangelizar sin demasiado éxito. Debí poner mucho empeño en ello, porque mi madre me apuntó a unas clases particulares de santidad, en un convento de dominicos, cerca de las Torres del Silencio, a la sombra del Ávila, donde el padre Celerino trataba de calmar como podía la urgencia que tenía por morirme en loor de santidad. Eso de vivir en un valle de lágrimas, dada la gloria eterna que nos esperaba a los muertos en gracia de Dios, me parecía una pérdida de tiempo, un trámite absurdo, y quería quitármelo de encima lo antes posible.
miércoles, 13 de agosto de 2008
Oficio de masoquistas (4)
Y entonces, ¿de dónde viene esa buena prensa que tiene la escritura y los escritores? Es muy llamativo que personas que han llegado a tener el máximo poder en el mundo (presidentes, dictadores, diplomáticos, políticos), cuando se retiran o los retiran, desean fervientemente pasar a la posteridad como escritores. Será la mala conciencia, y la sospecha de que nadie les va a nombrar en sus oraciones nocturnas. Será que el engreimiento les hace pensar que escribir se hace con la polla, y que su mensaje mesiánico debe ser trasmitido a las generaciones futuras. Empiezan por sus biografías hagiográficas, siguen dando charlas divulgativas de su sabiduría innata (don divino, epifanía, anagnórosis), y terminan escribiendo historia ficción, reinterpretando el pasado para que la historia universal y la evolución de las especies se comprenda como un lapsus que culmina en él. Perdón, en Él. Cuanto más hijo de puta ha sido un político, más hambre de letras tiene. Hasta el analfabeto Franco, después de ser generalísimo, quiso ser escritorísimo con el guión cinematográfico de Raza. A Winston Churchill, a cambio, le dieron el premio Nobel de literatura justo después de le Segunda Guerra mundial. Con dos cojones. Aznar y su mujer también intentan escribir, tras la estela de Ricardito Bofill. Y que Bola de nieve me perdone, pero ¿no sería mejor que se dedicaran a cantar boleros?
Lo malo, o lo bueno, según se mire, es que para escribir hay que ser masoquista, y eso no le gusta a todo el mundo. Y a los reyezuelos menos. Es un oficio en el que solo se precisa hilar palabras, bien baratas, y agrupar sintagmas. Eso parece más difícil. Mejor contratemos a un negro literario y que nos lo escriba. No te jode.
Lo malo, o lo bueno, según se mire, es que para escribir hay que ser masoquista, y eso no le gusta a todo el mundo. Y a los reyezuelos menos. Es un oficio en el que solo se precisa hilar palabras, bien baratas, y agrupar sintagmas. Eso parece más difícil. Mejor contratemos a un negro literario y que nos lo escriba. No te jode.
martes, 12 de agosto de 2008
Oficio de masoquistas (3)
Estuve dudando de si llamar a la escritura oficio masoquista u oficio de masoquistas. No es lo mismo. En el primer caso el masoquismo es congénito a la escritura, es una propiedad interna que infecta al que la ejerce. Pasa lo mismo al afirmar que la tortura es un oficio cruel: es una de sus características intrínsecas, no se puede hablar de tortura como oficio piadoso, u oficio creativo. Como mucho, a modo de broma irónica, se puede hablar Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes (Thomas de Quincey). La frase genial que resume el libro dice que “Si uno empieza por permitirse un asesinato, pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente. Una vez que empieza uno a deslizarse cuesta abajo ya no sabe dónde podrá detenerse. La ruina de muchos comenzó con un pequeño asesinato al que no dieron ninguna importancia en su momento.”
No todos los que escriben alguna vez tienen como oficio la escritura, ni siquiera considerado como contrato por obra temporal durante media hora, o a tiempo parcial. No hago valoraciones de calidad, porque hay muchos escritores que nos harían un favor ecológico si publicaran sus libros en la arena, como ha habido muchos que no siendo escritores han escrito obras geniales. La mayoría de los autores, para justificar la escasa producción y la inmensidad de tiempos muertos en su vida profesional, aseguran que cuando no están escribiendo, están gestando, están construyendo la historia en su mente, y que esa pre-escritura forma parte necesaria e indisoluble de la escritura. Así ya no hay tiempos muertos. En parte es cierto, pero a mí me suena al axioma friki que también afirma que “Chuck Norris no duerme: espera”.
¿Acaso se puede medir la escritura de modo cuantitativo? ¿Podría valorarse a un autor por el número de palabras producidas, tal y como les sucede a los traductores? Según eso Rulfo sería uno de los peores autores de la literatura mundial, y Barbara Cartland una de las mejores. Creo que fue Luis Landero el que dijo que Monterroso es un autor que engaña, porque sus libros de microcuentos no tienen 80 páginas, sino 400, porque se leen cinco veces; mientras que otros autores escriben tostones de 800 páginas que en realidad son novelas diminutas, porque nunca llegan a leerse. La pragmática textual lo apoyaría.
La gloria y la muerte de la escritura está en su aparente simpleza y accesibilidad. Cualquiera, en teoría, puede escribir una novela: No se necesitan más palabras que las que ya conocemos. Es más, a veces el excesivo conocimiento funciona como bloqueo. ¿Cuántos críticos de literatura escriben ficción? Ya lo adelantaba León Felipe: “No sabiendo los oficios los haremos con respeto. Para enterrar a los muertos como debemos, cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero”. Pero yo no hablo de escribir una carta de amor en un rapto de pasión, sino del oficio de escribir, del trabajo que realiza aquel que ha decidido o ha aceptado la condena de ser escritor, de dedicarse a escribir como oficio final, al margen de la mayor o menor fortuna que adquieran con los derechos de autor y de la calidad de sus obras. ¿Este oficio es masoquista, o son masoquistas los que lo ejercen?
En este oficio se aprenden estrategias (hay quien las llama técnicas, trucos, artimañas, recursos), pero más estructurales que concretas. Es más: de lo que se ha escrito ya no se puede volver a escribir. En eso difiere bastante de los otros oficios, porque en el resto se avanza cada vez que se repiten los hallazgos, depurando y mejorando la técnica en la reiteración. Los protésicos dentales, los sexadores de pollos y los albañiles repiten con literalidad los trucos que aprenden, experimentan lo menos posible, y se enorgullecen de ello. En la escritura eso está prohibido: no solo no se puede repetir lo que uno ha escrito, sino que además no se debe repetir nada que haya escrito ningún otro. Volviendo a Richard Ford, él dice que los buenos escritores “son jugadores que llevan a cabo una especie de práctica amateur de una exigencia ferviente, en la que un proyecto acabado no enseña gran cosa sobre el que vendrá después. Y en el caso de las novelas, un proyecto consume casi todos sus recursos y por lo general deja al autor vacío, aturdido y desconcertado con los oídos pitándole.” Una maravilla de oficio, como para perdérselo. Yo es que soy un grafodependiente, doctor, ¿no me podría recetar alguna pastilla? Si después alguien se dedica al oficio de escribir, que no venga con lloreras. Haber preferido muerte.
No todos los que escriben alguna vez tienen como oficio la escritura, ni siquiera considerado como contrato por obra temporal durante media hora, o a tiempo parcial. No hago valoraciones de calidad, porque hay muchos escritores que nos harían un favor ecológico si publicaran sus libros en la arena, como ha habido muchos que no siendo escritores han escrito obras geniales. La mayoría de los autores, para justificar la escasa producción y la inmensidad de tiempos muertos en su vida profesional, aseguran que cuando no están escribiendo, están gestando, están construyendo la historia en su mente, y que esa pre-escritura forma parte necesaria e indisoluble de la escritura. Así ya no hay tiempos muertos. En parte es cierto, pero a mí me suena al axioma friki que también afirma que “Chuck Norris no duerme: espera”.
¿Acaso se puede medir la escritura de modo cuantitativo? ¿Podría valorarse a un autor por el número de palabras producidas, tal y como les sucede a los traductores? Según eso Rulfo sería uno de los peores autores de la literatura mundial, y Barbara Cartland una de las mejores. Creo que fue Luis Landero el que dijo que Monterroso es un autor que engaña, porque sus libros de microcuentos no tienen 80 páginas, sino 400, porque se leen cinco veces; mientras que otros autores escriben tostones de 800 páginas que en realidad son novelas diminutas, porque nunca llegan a leerse. La pragmática textual lo apoyaría.
La gloria y la muerte de la escritura está en su aparente simpleza y accesibilidad. Cualquiera, en teoría, puede escribir una novela: No se necesitan más palabras que las que ya conocemos. Es más, a veces el excesivo conocimiento funciona como bloqueo. ¿Cuántos críticos de literatura escriben ficción? Ya lo adelantaba León Felipe: “No sabiendo los oficios los haremos con respeto. Para enterrar a los muertos como debemos, cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero”. Pero yo no hablo de escribir una carta de amor en un rapto de pasión, sino del oficio de escribir, del trabajo que realiza aquel que ha decidido o ha aceptado la condena de ser escritor, de dedicarse a escribir como oficio final, al margen de la mayor o menor fortuna que adquieran con los derechos de autor y de la calidad de sus obras. ¿Este oficio es masoquista, o son masoquistas los que lo ejercen?
En este oficio se aprenden estrategias (hay quien las llama técnicas, trucos, artimañas, recursos), pero más estructurales que concretas. Es más: de lo que se ha escrito ya no se puede volver a escribir. En eso difiere bastante de los otros oficios, porque en el resto se avanza cada vez que se repiten los hallazgos, depurando y mejorando la técnica en la reiteración. Los protésicos dentales, los sexadores de pollos y los albañiles repiten con literalidad los trucos que aprenden, experimentan lo menos posible, y se enorgullecen de ello. En la escritura eso está prohibido: no solo no se puede repetir lo que uno ha escrito, sino que además no se debe repetir nada que haya escrito ningún otro. Volviendo a Richard Ford, él dice que los buenos escritores “son jugadores que llevan a cabo una especie de práctica amateur de una exigencia ferviente, en la que un proyecto acabado no enseña gran cosa sobre el que vendrá después. Y en el caso de las novelas, un proyecto consume casi todos sus recursos y por lo general deja al autor vacío, aturdido y desconcertado con los oídos pitándole.” Una maravilla de oficio, como para perdérselo. Yo es que soy un grafodependiente, doctor, ¿no me podría recetar alguna pastilla? Si después alguien se dedica al oficio de escribir, que no venga con lloreras. Haber preferido muerte.
lunes, 11 de agosto de 2008
Oficio de masoquistas (2)
Y lo primero que tengo que resaltar es que escribir se trata de un oficio. No es una profesión, como la de militar, periodista o abogado, porque esas profesiones suelen estar bendecidas por un título oficial (universitario a ser posible, y si no de otro tipo que lo simule), sus miembros se colegian en asociaciones blindadas que se protegen de posibles intrusismos, y en algún momento crítico de sus vidas sacan el carnet y dicen aquello de “Yo soy un profesional, oiga, así que me respeta”. Al escritor nadie le da un triste carnet que le proteja, por más que muchos lo busquen en la Escuela de Letras, en la Escuela de Escritores, o en la Asociación Colegial de Escritores. Escritor puede ser cualquiera, no hace falta estar apuntado en ninguna lista, porque no existe ningún editor que exija (gracias a dios) cualificaciones previas. Es más, para un editor, de buenas a primeras, será mucho más apetitoso que el manuscrito que se le entrega esté firmado por el vencedor de Gran Hermano que por un multidoctorado en Letras.
Los oficios son simples, no los dignifica un título colgado en la pared, y se aprenden con tiempo y esfuerzo: ebanista, titiritero, carterista, bailarina, herrero, puta, cocinero, pescador (hagan el favor de poner todos los sexos en todas partes, no se queden solo con las putas). Algunos tratan de dignificar su oficio diciendo que lo suyo ha ascendido a un nivel superior, y se ha convertido en una profesión o en un arte, tanto las putas como los vendedores de pólizas de hogar.
Pues no, la escritura tampoco es un arte, como podría ser el canto, la pintura, la escultura o la danza. Por supuesto que todos los trabajos pueden realizarse con más o menos arte, y en algunos casos ese componente es fundamental (desde la esgrima hasta el psicoanálisis). En eso la escritura no es diferente. Pero pienso, y en eso difiero de muchos mitómanos de la escritura, que se puede escribir bien con oficio y sin arte, pero no hay manera de escribir algo más extenso que tres haikus con arte y sin oficio. Las musas ayudan mucho, pero no escriben libros (los editores estarían encantados al dejar de pagar derechos de autor). Los libros los escriben unos enfermos esquizoides que pertenecen a un gremio de masoquistas (no un colegio profesional, quita, quita) que reniegan siempre de su oficio, que dudan de sus capacidades, que se desesperan cuando no escriben, que sudan sangre cuando escriben, y que enrojecen si alguien les llama escritores. A todos ellos, por cierto, la peor pregunta que se les puede hacer es la que se les hace con más frecuencia: “¿Qué estás escribiendo ahora?”
Los oficios son simples, no los dignifica un título colgado en la pared, y se aprenden con tiempo y esfuerzo: ebanista, titiritero, carterista, bailarina, herrero, puta, cocinero, pescador (hagan el favor de poner todos los sexos en todas partes, no se queden solo con las putas). Algunos tratan de dignificar su oficio diciendo que lo suyo ha ascendido a un nivel superior, y se ha convertido en una profesión o en un arte, tanto las putas como los vendedores de pólizas de hogar.
Pues no, la escritura tampoco es un arte, como podría ser el canto, la pintura, la escultura o la danza. Por supuesto que todos los trabajos pueden realizarse con más o menos arte, y en algunos casos ese componente es fundamental (desde la esgrima hasta el psicoanálisis). En eso la escritura no es diferente. Pero pienso, y en eso difiero de muchos mitómanos de la escritura, que se puede escribir bien con oficio y sin arte, pero no hay manera de escribir algo más extenso que tres haikus con arte y sin oficio. Las musas ayudan mucho, pero no escriben libros (los editores estarían encantados al dejar de pagar derechos de autor). Los libros los escriben unos enfermos esquizoides que pertenecen a un gremio de masoquistas (no un colegio profesional, quita, quita) que reniegan siempre de su oficio, que dudan de sus capacidades, que se desesperan cuando no escriben, que sudan sangre cuando escriben, y que enrojecen si alguien les llama escritores. A todos ellos, por cierto, la peor pregunta que se les puede hacer es la que se les hace con más frecuencia: “¿Qué estás escribiendo ahora?”
domingo, 10 de agosto de 2008
Oficio de masoquistas (1)
En el blog de David Condés, Peter el rojo, leo un magnífico artículo escrito hace nueve años por Richard Ford, "Holgazanear mientras la musa se recarga", que trata acerca de los momentos en los que un escritor no escribe, que son la mayoría a lo largo de toda su vida. Excepto Lope de Vega, Menéndez Pelayo, Blyton, Simenon y Serra i Fabra, que pasaron o pasan más tiempo escribiendo que todas las demás actividades juntas (incluido dormir), para los demás autores, pintores, escultores y músicos, el momento literal de sentarse a crear es un tiempo limitado, a veces efímero, y casi siempre obsesivo, odiado y añorado. Hay una rara contradicción, porque escribir escuece, pero el no escribir escuece más aún. La mayoría de los autores pasan la mayor parte de su vida sin escribir, agonizando, hasta que la mala conciencia y el disgusto por no escribir es tan insoportable, que supera al terror de ponerse a escribir. Entonces, muy a su pesar, gozosamente, se sientan a escribir estrujando sus intestinos. José Luis Sampedro dice que el escritor es un minero de sí mismo, y debe bajar a la mina cada día, garganta adentro, para ver si encuentra alguna pepita de oro que le alegre el día. Un clavo ardiente para tapar el vacío. La mayoría de las excavaciones terminan en fracaso, dando palos de ciego en un sótano oscuro. Oficio de masoquistas. Es mejor no escribir. Si puedes aguantar las ganas, dedícate a otra cosa. Sólo si no eres feliz con ninguna otra actividad ajena a la escritura, si el veneno ya está dentro, si eres un yonqui de las letras, entonces escribe, qué remedio, la cura aún no se ha inventado.
Y para no escribir los autores inventan miles de trucos con los que ocupar el tiempo. Vázquez Montalbán se convirtió en cocinero, Shakespeare en contable, Allan Poe en pederasta, Vargas Llosa en actor de teatro, George Orwell en guerrillero, Larra en suicida y Wittgenstein en pastor de cabras. Cada uno escapa del vacío a su manera. En su artículo, Richard Ford confiesa que entre libro y libro puede pasar dos estaciones (seis meses) viendo programas de deportes por televisión, o hacer larguísimos viajes para comprarse un coche de segunda mano. Yo me como las uñas, barro el patio con un escobón, me afeito cinco veces al día, y me desespero. No me consuela saber que a los demás autores les sucede lo mismo. Oficio miserable, dice Gómez Cerdá. Oficio de tinieblas, en un lapsus de Cela. Oficio y enfermedad, dicen otros.
Y para no escribir los autores inventan miles de trucos con los que ocupar el tiempo. Vázquez Montalbán se convirtió en cocinero, Shakespeare en contable, Allan Poe en pederasta, Vargas Llosa en actor de teatro, George Orwell en guerrillero, Larra en suicida y Wittgenstein en pastor de cabras. Cada uno escapa del vacío a su manera. En su artículo, Richard Ford confiesa que entre libro y libro puede pasar dos estaciones (seis meses) viendo programas de deportes por televisión, o hacer larguísimos viajes para comprarse un coche de segunda mano. Yo me como las uñas, barro el patio con un escobón, me afeito cinco veces al día, y me desespero. No me consuela saber que a los demás autores les sucede lo mismo. Oficio miserable, dice Gómez Cerdá. Oficio de tinieblas, en un lapsus de Cela. Oficio y enfermedad, dicen otros.
martes, 29 de julio de 2008
Los espejos perplejos
Hay un coronel de la guardia republicana en México, acusado de corrupción, que se llama Enrique Páez.
Pero Enrique Páez, de 37 años, murió de dos balazos en el 2002 cuando colocaba una ventana en su vivienda de la avenida Centenario al 2000, esquina Alvear, en el sur de Buenos Aires.
También existe un oceanógrafo uruguayo llamado Enrique Páez que imparte clases en la universidad.
Yo mismo, hace seis años, le vendí una casa diminuta en la calle Pelayo 30 de Madrid a una transexual llamada Enriqueta Páez, que no dejaba de cotejar mi carnet de identidad en la notaría de Claudio Coello.
El poeta chileno Enrique Páez vino a visitarme hace nueve años, pero nunca llegamos a encontrarnos en el café Gijón.
Mi amigo Marcelo mató de once lanzadas traicioneras al titiritero Enrique Páez en su novela Las bodas tristes.
Hace media hora he recibido otra carta de Enrique Páez, que ahora vive en Italia:
"¡Hola, Enrique! No sé si será por el arrastre de la vejez o es algo natural, pero me quedé pasmado cuando vi tu blog. Quien te escribe este emilio es nada más ni menos que Enrique Páez. A mí me parece un poco esquizofrénico o de ciencia-ficción dirigir un mensaje a mí mismo, alguien que se nombra como yo. No tengo todo el pelo que vos tenés pero creo que, a deducir de la foto, andamos por la misma edad... Uno es divino a los quince como a los ochenta, o una mierda desde que nace y eso es lo que vale (pa' mí). A vos, que sos un hombre de mundo, te parecerá una pavada, pero a mí me impresiona este tocayismo repentino y, para más, de un ibérico altivo león. Amo España con furor y la conozco bastante. Actualmente vivo (desde hace 30 años) en Verona, Italia, pero nací en Santa Fe -de la Verdadera Cruz- en Argentina, a orillas del Paraná, donde crecen los sauzales, la flor del jacarandá, como dice una vieja canción folklorística. Sentí un irrefrenable ataque de escribirte cuando descubrí tu blog. Soy un Virgo pero con profunda coloración leonina... serán pajas pero es otro modo de explicar-justificar este inusitado comportamiento. Mil besos, Enrique, aká Kike".
Así no hay manera de buscarse. Así no hay manera de encontrarse. Mi nombre es Legión, como el malo malísimo de las Escrituras, y mi psicoanalista está de vacaciones.
Estoy pensando en montar una asociación. Todos podrán ser presidentes, vicepresidentes y secretarios al mismo tiempo. Y nuestro patrón y presidente honorífico, Ijon Tichy (hay que leer a Stanisław Lem, que si no el chiste no tiene gracia).
Porca miseria.
Pero Enrique Páez, de 37 años, murió de dos balazos en el 2002 cuando colocaba una ventana en su vivienda de la avenida Centenario al 2000, esquina Alvear, en el sur de Buenos Aires.
También existe un oceanógrafo uruguayo llamado Enrique Páez que imparte clases en la universidad.
Yo mismo, hace seis años, le vendí una casa diminuta en la calle Pelayo 30 de Madrid a una transexual llamada Enriqueta Páez, que no dejaba de cotejar mi carnet de identidad en la notaría de Claudio Coello.
El poeta chileno Enrique Páez vino a visitarme hace nueve años, pero nunca llegamos a encontrarnos en el café Gijón.
Mi amigo Marcelo mató de once lanzadas traicioneras al titiritero Enrique Páez en su novela Las bodas tristes.
Hace media hora he recibido otra carta de Enrique Páez, que ahora vive en Italia:
"¡Hola, Enrique! No sé si será por el arrastre de la vejez o es algo natural, pero me quedé pasmado cuando vi tu blog. Quien te escribe este emilio es nada más ni menos que Enrique Páez. A mí me parece un poco esquizofrénico o de ciencia-ficción dirigir un mensaje a mí mismo, alguien que se nombra como yo. No tengo todo el pelo que vos tenés pero creo que, a deducir de la foto, andamos por la misma edad... Uno es divino a los quince como a los ochenta, o una mierda desde que nace y eso es lo que vale (pa' mí). A vos, que sos un hombre de mundo, te parecerá una pavada, pero a mí me impresiona este tocayismo repentino y, para más, de un ibérico altivo león. Amo España con furor y la conozco bastante. Actualmente vivo (desde hace 30 años) en Verona, Italia, pero nací en Santa Fe -de la Verdadera Cruz- en Argentina, a orillas del Paraná, donde crecen los sauzales, la flor del jacarandá, como dice una vieja canción folklorística. Sentí un irrefrenable ataque de escribirte cuando descubrí tu blog. Soy un Virgo pero con profunda coloración leonina... serán pajas pero es otro modo de explicar-justificar este inusitado comportamiento. Mil besos, Enrique, aká Kike".
Así no hay manera de buscarse. Así no hay manera de encontrarse. Mi nombre es Legión, como el malo malísimo de las Escrituras, y mi psicoanalista está de vacaciones.
Estoy pensando en montar una asociación. Todos podrán ser presidentes, vicepresidentes y secretarios al mismo tiempo. Y nuestro patrón y presidente honorífico, Ijon Tichy (hay que leer a Stanisław Lem, que si no el chiste no tiene gracia).
Porca miseria.
jueves, 24 de julio de 2008
Un fantasma
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
martes, 22 de julio de 2008
Especies de espacios
(Homenaje a George Perec)
Para emociones desbordadas: Un pantano fangoso, un humedal con mosquitos, unos manglares con tortugas y cangrejos.
Para violencia seca: un polígono industrial, un congreso de farmacéuticos, unas favelas en el extrarradio de Río de Janeiro, una taberna abertxal en Donosti, una brownstone quemada en Brooklyn, de unos invernaderos de kiwis en Almería, un burdel en Ankara, unas chabolas de rumanos en Madrid.
Para arruinar la infancia: El patio de un colegio de jesuitas, las minas de oro de Perú, los chats de anorexia y bulimia, los contratos de castidad que firman padre-hija, los círculos de capacobardes del instituto, los campamentos de pederastas infiltrados en los boyscouts, los confesionarios parroquiales, los gimnasios.
Para rendirse: Una ciudad al atardecer, el parque los domingos por la tarde, la sala de espera de un hospital, una biblioteca vacía, un puente dinamitado, un cementerio al mediodía, el aeropuerto, la estación de trenes, la zona de la piscina donde no se hace pie.
Para equivocarse: Un bar a las tres de la noche, un salón de bodas, una fiesta de fin de curso, el camino de Santiago, una comisaría a las seis de la tarde, la cola del paro, las siluetas a contraluz, las urnas electorales, las teclas del teléfono.
Para crecer: En plena guerra, en un monasterio del Tibet, en un barco mercante, en una silla de ruedas, en la consulta de un psicoanalista, en un asilo de ancianos, en una escuela primaria, en un departamento de medicina forense, en una granja de supervivencia, en una tienda de ortopedia, en un taxi.
Para nacer / para morir: A orillas del mar, en lo profundo del bosque, en pleno éxtasis (con sexo, con drogas, con dolor, con vértigo, con epifanías), debajo de un champiñón gigante, matando (a otro, a la madre, a uno mismo), con fuegos artificiales, en silencio y al fondo de una cueva.
Para emociones desbordadas: Un pantano fangoso, un humedal con mosquitos, unos manglares con tortugas y cangrejos.
Para violencia seca: un polígono industrial, un congreso de farmacéuticos, unas favelas en el extrarradio de Río de Janeiro, una taberna abertxal en Donosti, una brownstone quemada en Brooklyn, de unos invernaderos de kiwis en Almería, un burdel en Ankara, unas chabolas de rumanos en Madrid.
Para arruinar la infancia: El patio de un colegio de jesuitas, las minas de oro de Perú, los chats de anorexia y bulimia, los contratos de castidad que firman padre-hija, los círculos de capacobardes del instituto, los campamentos de pederastas infiltrados en los boyscouts, los confesionarios parroquiales, los gimnasios.
Para rendirse: Una ciudad al atardecer, el parque los domingos por la tarde, la sala de espera de un hospital, una biblioteca vacía, un puente dinamitado, un cementerio al mediodía, el aeropuerto, la estación de trenes, la zona de la piscina donde no se hace pie.
Para equivocarse: Un bar a las tres de la noche, un salón de bodas, una fiesta de fin de curso, el camino de Santiago, una comisaría a las seis de la tarde, la cola del paro, las siluetas a contraluz, las urnas electorales, las teclas del teléfono.
Para crecer: En plena guerra, en un monasterio del Tibet, en un barco mercante, en una silla de ruedas, en la consulta de un psicoanalista, en un asilo de ancianos, en una escuela primaria, en un departamento de medicina forense, en una granja de supervivencia, en una tienda de ortopedia, en un taxi.
Para nacer / para morir: A orillas del mar, en lo profundo del bosque, en pleno éxtasis (con sexo, con drogas, con dolor, con vértigo, con epifanías), debajo de un champiñón gigante, matando (a otro, a la madre, a uno mismo), con fuegos artificiales, en silencio y al fondo de una cueva.
sábado, 19 de julio de 2008
A favor de las lenguas minoritarias
Desde hace unos días circula un manifiesto sospechoso (UPyD y El Mundo están detrás) en defensa del castellano, que según dicen está amenazado por el euskera, el catalán y el gallego. Dicen que el castellano está siendo hostigado, arrinconado, censurado y ninguneado. Que, como nos descuidemos, va a desaparecer. La verdad, yo que he nacido en Madrid, y he vivido en Cataluña y en Euskadi, y que estoy licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, nunca he visto la amenaza por ninguna parte. Ni siquiera cuando estoy en Bilbao, en Barcelona, o en Santiago de Compostela. Los argumentos apocalípticos esgrimidos y que aseguran que el castellano está en peligro son muy parecidos a los que utilizaba Franco para hacer exactamente lo mismo que ahora estos iluminados piden que se haga: tratar de acallar el euskera, el catalán y el gallego.
Los filólogos amamos las lenguas. Todas las lenguas: las grandes y las pequeñas, las vivas y las muertas, las que crecen y las que se extinguen. El gallego, el euskera y el catalán son grandes tesoros culturales de España, y hay que protegerlos y sustentarlos (sobre todo cuando han sido perseguidos y censurados por el fascismo franquista durante 40 años). Defenderé con uñas y dientes esas lenguas como si fueran mías. Porque, aunque yo no las hable, las considero mías. Son mías. Pertenecen a mi herencia cultural, son una parte hermosísima de nuestra cultura.
El castellano no está en peligro. No seamos ridículos. Es el idioma que más crece en el mundo, el tercero en extensión entre los miles de idiomas existentes en nuestro planeta (que sí que están en peligro).
No hay lengua en el mundo que ame tanto como al castellano. A fin de cuentas soy castellano, soy escritor de profesión, y escribo con infinito placer en castellano. No me siento amenazado. El reduccionismo lingüístico es fascista. El tratar de eliminar a las minorías es fascista. El no aceptar otras lenguas es fascista. El pretender imponer la lengua oficial de un país sobre las lenguas minoritarias es fascista. Lo dice un filólogo castellano que ve cómo algunos fascistas usan la lengua castellana para someter a los que siempre fueron minoría.
Que Arcadi Espada lo apoye no me provoca confianza alguna, porque he podido leer una buena sarta de mentiras retrógradas firmadas por él. Acerca de las posturas políticas de Vargas Llosa, ni hablemos (qué pena que un escritor tan grande se autodegrade con apoyos a todo tipo de propuestas derechosas). Qué lástima que Savater y Boadella, buenos antifranquistas en su momento, se hayan pasado al enemigo. Qué falta de memoria histórica. Qué vejez tan mal llevada.
La verdad es que a mí no me molesta que en un cartel de carretera ponga Lleida en lugar de Lérida, ni que ponga Bilbo en lugar de Bilbao. Y tampoco me molesta oír a los gallegos o a los catalanes hablar en su lengua por la calle, en los comercios, en las casa y en los bares. Y que en los colegios den clase en catalán, y en euskera, y en gallego. No hay peligro. Todos ellos, sin excepción, ven muchos más programas emitidos en castellano en TVE, Antena 3, Telecinco, la Cuatro y la Sexta, que en todas las cadenas autonómicas juntas. Los periódicos, revistas y libros que se editan y se venden en castellano dentro de Cataluña, Euskadi y Galicia son diez veces más numerosos en cantidad y ejemplares que los que se editan y venden en las lenguas minoritarias dentro de esos mismos territorios. ¿A qué viene tanto miedo? ¿Por qué a la derecha reaccionaria le sigue dando miedo la diferencia, la cultura minoritaria, los rasgos de identidad diferenciales, la multiculturalidad? ¿Pretenden poner en práctica la neolengua mínima orweliana de 1984?
Los filólogos amamos las lenguas. Todas las lenguas: las grandes y las pequeñas, las vivas y las muertas, las que crecen y las que se extinguen. El gallego, el euskera y el catalán son grandes tesoros culturales de España, y hay que protegerlos y sustentarlos (sobre todo cuando han sido perseguidos y censurados por el fascismo franquista durante 40 años). Defenderé con uñas y dientes esas lenguas como si fueran mías. Porque, aunque yo no las hable, las considero mías. Son mías. Pertenecen a mi herencia cultural, son una parte hermosísima de nuestra cultura.
El castellano no está en peligro. No seamos ridículos. Es el idioma que más crece en el mundo, el tercero en extensión entre los miles de idiomas existentes en nuestro planeta (que sí que están en peligro).
No hay lengua en el mundo que ame tanto como al castellano. A fin de cuentas soy castellano, soy escritor de profesión, y escribo con infinito placer en castellano. No me siento amenazado. El reduccionismo lingüístico es fascista. El tratar de eliminar a las minorías es fascista. El no aceptar otras lenguas es fascista. El pretender imponer la lengua oficial de un país sobre las lenguas minoritarias es fascista. Lo dice un filólogo castellano que ve cómo algunos fascistas usan la lengua castellana para someter a los que siempre fueron minoría.
Que Arcadi Espada lo apoye no me provoca confianza alguna, porque he podido leer una buena sarta de mentiras retrógradas firmadas por él. Acerca de las posturas políticas de Vargas Llosa, ni hablemos (qué pena que un escritor tan grande se autodegrade con apoyos a todo tipo de propuestas derechosas). Qué lástima que Savater y Boadella, buenos antifranquistas en su momento, se hayan pasado al enemigo. Qué falta de memoria histórica. Qué vejez tan mal llevada.
La verdad es que a mí no me molesta que en un cartel de carretera ponga Lleida en lugar de Lérida, ni que ponga Bilbo en lugar de Bilbao. Y tampoco me molesta oír a los gallegos o a los catalanes hablar en su lengua por la calle, en los comercios, en las casa y en los bares. Y que en los colegios den clase en catalán, y en euskera, y en gallego. No hay peligro. Todos ellos, sin excepción, ven muchos más programas emitidos en castellano en TVE, Antena 3, Telecinco, la Cuatro y la Sexta, que en todas las cadenas autonómicas juntas. Los periódicos, revistas y libros que se editan y se venden en castellano dentro de Cataluña, Euskadi y Galicia son diez veces más numerosos en cantidad y ejemplares que los que se editan y venden en las lenguas minoritarias dentro de esos mismos territorios. ¿A qué viene tanto miedo? ¿Por qué a la derecha reaccionaria le sigue dando miedo la diferencia, la cultura minoritaria, los rasgos de identidad diferenciales, la multiculturalidad? ¿Pretenden poner en práctica la neolengua mínima orweliana de 1984?
viernes, 18 de julio de 2008
Movistar da por culo
Lo tenía que decir así, tal cual, sin pretender ser políticamente correcto (y que me perdonen Marcelito, José, Carmen, Concha, Almodóvar y Antonio Gala, pero la cosa no va con ellos).
¿Puede una compañía de telefonía móvil dar por culo?
Oh, sí, claro que puede.
Movistar lo hace. Y estoy casi seguro que Orange, Vodafone, y el resto de mafias también lo hacen. Pero a mí quien me da por culo es Movistar (con las otras no lo he probado, ya tengo el bote de vaselina agonizando).
¿Y cómo, cómo? Por dios.
Fácil.
Con miles de anuncios no solicitados (“Cómprese un tanga en Carrefour”, “Una desconocida se está haciendo un dedo pensando en ti, ¿quieres saber quién es? Mándanos un SMS a Sexfake 69”, “Apúntate a la oferta de llamadas desde Pekín”). Juro que me costó mucho más esfuerzo pedir que me borraran de las bases de datos de publicidad de Movistar, que los cursos de Lingüística de texto y Hermenéutica hegeliana en el doctorado. Sin comparación.
Pero la cosa no se queda ahí. Nunca se queda ahí. Movistar y sus creativos nunca descansan: siempre encuentran un modo sutil, o no tan sutil, de dar por culo.
Y en este caso de sutil, nada.
Ayer quise llamar a las 6 de la tarde a Basilio, a su móvil. Pero no me contestó. Quizá estaba en el cine. O follando. A mí me da lo mismo. Simplemente él no estaba, y decidí que ya le llamaría más tarde, o que, probablemente, cuando Basilio pudiera y quisiera, vería una llamada perdida mía en su móvil y me devolvería la llamada. Así de fácil.
A veces la vida parece fácil.
Pero Movistar consigue que no lo sea.
Para eso están.
A la una y veinte de la madrugada, sonó mi móvil con el inequívoco sonido de un mensaje recibido. Tengo el sueño ligero, así que desperté con un calambre. Me temí lo peor: mi madre ha muerto, Pablo está en comisaría, Belén se ha suicidado, le han dado el Planeta a Lucía Etxevarría. En fin, los terrones nocturnos de cada cual.
Pero no era nada de eso.
El mensaje, que abrí con los dedos temblorosos, decía (a la una y veinte de la madrugada): “AVISAME MOVISTAR 606.XXX.134 sigue sin estar disponible, 1:18. Por favor, inténtelo de nuevo más tarde. [01:18:54 AM] ***Fin***”
¿A qué hijo de la gran puta de Movistar se le ocurrió enviarme un mensaje en mitad de la noche para decirme que Basilio no tenía el teléfono disponible todavía? ¿De qué cojones me sirve saber a la una y media de la noche, en mitad del sueño, que no puedo aún llamar a Basilio?
Es lo más absurdo del mundo. No me avisan de que puedo llamar. No. Me avisan de que aunque quisiera llamar a Basilio en mitad de la noche (cosa que no quiero, desde luego), además, no puedo hacerlo. Y para eso me despiertan. Con dos cojones. Hay que ser muy hijo de puta para hacer eso.
A eso le llamo yo dar por culo.
Es evidente que lo hace una máquina, que ha sido programada por un descerebrado, y el programa aprobado por un supervisor hijo de puta, para mayor ganancia y abundancia de dinero de los sátrapas propietarios de Movistar.
Ojalá les salga un cáncer en los huevos. Ojalá un grillo inmortal les haga nido en el oído y les taladre el tímpano cada noche. Ojalá se les enquiste la batería del móvil en el ojo del culo (una de uranio, una que contamine y dure mil años) y les dé calambres intermitentes cada vez que suene un móvil de Movistar. A ellos y a todos sus descendientes.
No soy cristiano, así que no hay perdón: Que les corten todos los dedos, los veinte, despacito, uno a uno, con un cuchillo con poco filo, mellado y oxidado.
¿Puede una compañía de telefonía móvil dar por culo?
Oh, sí, claro que puede.
Movistar lo hace. Y estoy casi seguro que Orange, Vodafone, y el resto de mafias también lo hacen. Pero a mí quien me da por culo es Movistar (con las otras no lo he probado, ya tengo el bote de vaselina agonizando).
¿Y cómo, cómo? Por dios.
Fácil.
Con miles de anuncios no solicitados (“Cómprese un tanga en Carrefour”, “Una desconocida se está haciendo un dedo pensando en ti, ¿quieres saber quién es? Mándanos un SMS a Sexfake 69”, “Apúntate a la oferta de llamadas desde Pekín”). Juro que me costó mucho más esfuerzo pedir que me borraran de las bases de datos de publicidad de Movistar, que los cursos de Lingüística de texto y Hermenéutica hegeliana en el doctorado. Sin comparación.
Pero la cosa no se queda ahí. Nunca se queda ahí. Movistar y sus creativos nunca descansan: siempre encuentran un modo sutil, o no tan sutil, de dar por culo.
Y en este caso de sutil, nada.
Ayer quise llamar a las 6 de la tarde a Basilio, a su móvil. Pero no me contestó. Quizá estaba en el cine. O follando. A mí me da lo mismo. Simplemente él no estaba, y decidí que ya le llamaría más tarde, o que, probablemente, cuando Basilio pudiera y quisiera, vería una llamada perdida mía en su móvil y me devolvería la llamada. Así de fácil.
A veces la vida parece fácil.
Pero Movistar consigue que no lo sea.
Para eso están.
A la una y veinte de la madrugada, sonó mi móvil con el inequívoco sonido de un mensaje recibido. Tengo el sueño ligero, así que desperté con un calambre. Me temí lo peor: mi madre ha muerto, Pablo está en comisaría, Belén se ha suicidado, le han dado el Planeta a Lucía Etxevarría. En fin, los terrones nocturnos de cada cual.
Pero no era nada de eso.
El mensaje, que abrí con los dedos temblorosos, decía (a la una y veinte de la madrugada): “AVISAME MOVISTAR 606.XXX.134 sigue sin estar disponible, 1:18. Por favor, inténtelo de nuevo más tarde. [01:18:54 AM] ***Fin***”
¿A qué hijo de la gran puta de Movistar se le ocurrió enviarme un mensaje en mitad de la noche para decirme que Basilio no tenía el teléfono disponible todavía? ¿De qué cojones me sirve saber a la una y media de la noche, en mitad del sueño, que no puedo aún llamar a Basilio?
Es lo más absurdo del mundo. No me avisan de que puedo llamar. No. Me avisan de que aunque quisiera llamar a Basilio en mitad de la noche (cosa que no quiero, desde luego), además, no puedo hacerlo. Y para eso me despiertan. Con dos cojones. Hay que ser muy hijo de puta para hacer eso.
A eso le llamo yo dar por culo.
Es evidente que lo hace una máquina, que ha sido programada por un descerebrado, y el programa aprobado por un supervisor hijo de puta, para mayor ganancia y abundancia de dinero de los sátrapas propietarios de Movistar.
Ojalá les salga un cáncer en los huevos. Ojalá un grillo inmortal les haga nido en el oído y les taladre el tímpano cada noche. Ojalá se les enquiste la batería del móvil en el ojo del culo (una de uranio, una que contamine y dure mil años) y les dé calambres intermitentes cada vez que suene un móvil de Movistar. A ellos y a todos sus descendientes.
No soy cristiano, así que no hay perdón: Que les corten todos los dedos, los veinte, despacito, uno a uno, con un cuchillo con poco filo, mellado y oxidado.
martes, 8 de julio de 2008
Mucho tiempo
Es verdad, me fui de viaje. Estuve en Santander once días haciéndome pasar por mi hermano Coque. Engañé a casi todos, menos a mi padre, que no ve nada y tiene Alzheimer. Pero me desenmascaró por el olfato.
--Deja de abanicarme con la Antología rota, que León Felipe me da alergia.
Es muy delicado. Aún así, prefiero que reviente de calor a cultivar su demencia senil con Pemanes o Gironellas. Además, como ya no ve, he desterrado a todos los cipreses creyentes y a los divinos impacientes a Ceuta, para que hagan turismo entre legionarios.
Desde El Cairo, a la sombra de las pirámides, Ivi(r), Contigo pan y cebolla, me concede el premio Brillante Weblog 2008. Muchas gracias. Es el primer premio que me dan, así, por la cara, o por el blog. El premio, en realidad, es tener lectores y lectoras como Ivi(r), así que lo recibo muy contento, lo pongo bien visible en la estantería, y le mando un beso como un queso.
Esta tarde aterrizarán Mila y Álvaro en la Dacha, y mañana o pasado mañana nos iremos a Portugal, a Murtosa, junto al mar. El caso es no parar. No sé si podré escribir mucho allí, pero junto al pozo y debajo de los naranjos pienso leerme El héroe de las mil caras, de Joseph Campbell, que le tengo ganas desde que me lo compré en la Feria del Libro hace dos semanas.
--Deja de abanicarme con la Antología rota, que León Felipe me da alergia.
Es muy delicado. Aún así, prefiero que reviente de calor a cultivar su demencia senil con Pemanes o Gironellas. Además, como ya no ve, he desterrado a todos los cipreses creyentes y a los divinos impacientes a Ceuta, para que hagan turismo entre legionarios.
Desde El Cairo, a la sombra de las pirámides, Ivi(r), Contigo pan y cebolla, me concede el premio Brillante Weblog 2008. Muchas gracias. Es el primer premio que me dan, así, por la cara, o por el blog. El premio, en realidad, es tener lectores y lectoras como Ivi(r), así que lo recibo muy contento, lo pongo bien visible en la estantería, y le mando un beso como un queso.
Esta tarde aterrizarán Mila y Álvaro en la Dacha, y mañana o pasado mañana nos iremos a Portugal, a Murtosa, junto al mar. El caso es no parar. No sé si podré escribir mucho allí, pero junto al pozo y debajo de los naranjos pienso leerme El héroe de las mil caras, de Joseph Campbell, que le tengo ganas desde que me lo compré en la Feria del Libro hace dos semanas.
miércoles, 25 de junio de 2008
Memoria de la sombra
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
martes, 24 de junio de 2008
Surrealismo III
Debería disculparme por arrojar en las dos últimas entradas fragmentos surreales como el que lanza puñados de arena a los ojos de los bañistas. Los bañistas, en este blog, sois vosotros/as, y el hijo puta que tira arena soy yo. Pero no creo que haga falta. Debo, eso sí, explicar que para mí son ejercicios de estiramiento mental, ruptura de las fronteras de la lógica verbal (mucho más agresiva y cercenante que la lógica gramatical), desperezamientos, calentamientos neuronales, exploraciones (podría seguir con sintagmas sinónimos, pero seguro que aburro).
ET en Euskadi tiene razón (y Bea, Mi vida, Elisa, Edurne…), y como el niño del cuento “El traje nuevo del emperador”, grita a todo pulmón: “Enrique está desnudo, se ha tomado un tripi, no se entiende, mira cómo yo también puedo decir chorradas, ¿ese perro esnifa hierba?, viva Zapata, manito”. Y no la culpo. Es más, le agradezco que devuelva la imagen del espejo racional, porque de algún modo era (y es) una provocación. La cultura no es infinita, y “La llave de los campos” no es un movimiento surrealista tan conocido, así que ET no tiene porqué saber que mi amigo Zapata se llama Ángel, y que admira mucho a Emiliano, no me cabe duda, porque ambos son antiimperialistas.
Estas exploraciones o desvaríos irracionales son saludables. No son nuevas, claro que no, pero tampoco son nuevos los sonetos, ni las caminatas por el campo, ni escribir cartas de amor, ni comer arroz, y no por eso vamos a dejar de hacerlo. A veces hay que disfrazarlo de monólogo interior, de fluir de la conciencia, escritura automática, y, sobre todo, resistencia a la lógica. Así que no es tan fácil escribir, con Paul Eluard, “los elefantes son contagiosos”, porque la mano y la mente se resisten. Los elefantes son… grandes, grises, africanos, mamíferos, memoriosos, paquidermos, cuadrípedos… pero pocas veces (ni en el pensamiento, que lo rechaza) son contagiosos, marxistas, etéreos, desenchufados, borrosos o taxidermistas.
Decir también que son buceos en torno a Lidia. No la busco a ella, sino a su sintaxis, su pensamiento profundo, el que ni ella conoce. Solo si alguna vez se psicoanaliza, Lidia podrá saber qué teme, qué busca, qué desea. Pero ella no va a necesitar un psicoanálisis para reír, llorar, enamorarse o vivir. Yo sí necesitaré descuartizarla (digamos mejor deconstruirla, que queda más culterano) para escribir sobre ella y desde ella. Será una pequeña autopsia, una vivisección, no hay por qué alarmarse. Yo sólo seré el narrador (casi seguro en primera persona), su demiurgo, su médium, su transcriptor, su traductor/traidor. Así que sigo en boca de Lidia:
Doscientos alfileres se me clavan en los pechos, un charco de plomo recalienta el desayuno, un arcángel toma apuntes detrás de la ventana, la sangre me destiñe como un cinturón de avispas en los muslos, mi voz se ahoga en la garganta cada vez que se construye un puente, y cada vez que se cierra una puerta. No quiero dormir, porque bajo la cama habita un nido de alacranes y serpientes, y cuando me piquen despertaré dentro del cuerpo derrotado de mi madre, y tú no querrás besarme nunca más, porque mi cuerpo será un cuerpo ajado, y ni siquiera sabré que ya no existo, que ya estoy muerta.
ET en Euskadi tiene razón (y Bea, Mi vida, Elisa, Edurne…), y como el niño del cuento “El traje nuevo del emperador”, grita a todo pulmón: “Enrique está desnudo, se ha tomado un tripi, no se entiende, mira cómo yo también puedo decir chorradas, ¿ese perro esnifa hierba?, viva Zapata, manito”. Y no la culpo. Es más, le agradezco que devuelva la imagen del espejo racional, porque de algún modo era (y es) una provocación. La cultura no es infinita, y “La llave de los campos” no es un movimiento surrealista tan conocido, así que ET no tiene porqué saber que mi amigo Zapata se llama Ángel, y que admira mucho a Emiliano, no me cabe duda, porque ambos son antiimperialistas.
Estas exploraciones o desvaríos irracionales son saludables. No son nuevas, claro que no, pero tampoco son nuevos los sonetos, ni las caminatas por el campo, ni escribir cartas de amor, ni comer arroz, y no por eso vamos a dejar de hacerlo. A veces hay que disfrazarlo de monólogo interior, de fluir de la conciencia, escritura automática, y, sobre todo, resistencia a la lógica. Así que no es tan fácil escribir, con Paul Eluard, “los elefantes son contagiosos”, porque la mano y la mente se resisten. Los elefantes son… grandes, grises, africanos, mamíferos, memoriosos, paquidermos, cuadrípedos… pero pocas veces (ni en el pensamiento, que lo rechaza) son contagiosos, marxistas, etéreos, desenchufados, borrosos o taxidermistas.
Decir también que son buceos en torno a Lidia. No la busco a ella, sino a su sintaxis, su pensamiento profundo, el que ni ella conoce. Solo si alguna vez se psicoanaliza, Lidia podrá saber qué teme, qué busca, qué desea. Pero ella no va a necesitar un psicoanálisis para reír, llorar, enamorarse o vivir. Yo sí necesitaré descuartizarla (digamos mejor deconstruirla, que queda más culterano) para escribir sobre ella y desde ella. Será una pequeña autopsia, una vivisección, no hay por qué alarmarse. Yo sólo seré el narrador (casi seguro en primera persona), su demiurgo, su médium, su transcriptor, su traductor/traidor. Así que sigo en boca de Lidia:
Doscientos alfileres se me clavan en los pechos, un charco de plomo recalienta el desayuno, un arcángel toma apuntes detrás de la ventana, la sangre me destiñe como un cinturón de avispas en los muslos, mi voz se ahoga en la garganta cada vez que se construye un puente, y cada vez que se cierra una puerta. No quiero dormir, porque bajo la cama habita un nido de alacranes y serpientes, y cuando me piquen despertaré dentro del cuerpo derrotado de mi madre, y tú no querrás besarme nunca más, porque mi cuerpo será un cuerpo ajado, y ni siquiera sabré que ya no existo, que ya estoy muerta.
domingo, 22 de junio de 2008
La llave de los campos (a Zapata)
Una carta de mimbre acumula desengaños desde que dejaste de soñar, pero tal vez un beso mortal te regrese a las cafeterías. Aquel árbol sindicalista devolvió el carnet en otoño, harto de hipotecas y de aguantar las meadas de los perros. No te cortes las venas todavía, huye en un barco mercante, seguro que bajo la arena de otra playa, y en el interior de una jeringuilla azul, volverás a encontrar adoquines, bragas sucias y poemas de Cernuda. La uña de tu cuaderno araña la pizarra en las tardes tristes, y los murciélagos te atraviesan el pecho a todas horas, sin que puedas abrazarlos. Hay un túnel de hojarasca bajo tu vientre, una espada sin sangre tiritando bajo tu almohada, una postal que nunca fue escrita, una lágrima enquistada que debiste derramar, y que ahora pregunta, desorientada, por su futuro negado, la frontera del amor, y el desasosiego.
jueves, 19 de junio de 2008
Fragmentos del subconsciente
El hambre de luz me taladra el páncreas con plomo intermitente. Una luciérnaga etíope parpadea junto a la biblioteca de Babel. Hay un niño que nunca nació que pregunta a todas horas por sus zapatos. La vertical del miedo, desde el patio del colegio hasta el olvido, te inmoviliza los brazos y las piernas cada vez que intentas enamorarte a través de otro espejo del callejón del gato. Los elefantes no solo son contagiosos: también caducan detrás de los semáforos. Un beso de agua te araña la memoria, y nunca sabrás de quién eran las espadas ni los labios. Bajo la escalera, junto al cesto de ropa sucia, se esconde la fotografía en tono sepia del deseo y lo negado. Ya no puedes acordarte de quién de quién ibas a ser, ni de quién fuiste, tantas vidas sin vivir, cuando las palabras todavía no engañaban, no eran escudos de saliva frente al mar. Hubo una vez que fuiste humano, tal vez no fueras tú, pero entonces ¿quién movía los músculos por debajo de tu piel?
miércoles, 18 de junio de 2008
Yo soy aquel
Aquí está el video de la canción "Yo soy aquel", cantada a duo por Enrique Páez y Javier Sagarna en la sala Clamores de Madrid, el 14 de junio de 2008, durante la presentación del libro "Con sabor a Sugus. 15 años del Taller de Escritura de Madrid".
Que lo disfrutéis.
Que lo disfrutéis.
martes, 17 de junio de 2008
Con sabor a Sugus
El sábado pasado, 14 de junio, me desperté temprano, pero no encontré a ningún dinosaurio haciendo guardia. Debería haber mirado debajo de la cama, que es donde estaba. Creí, tonto de mí, que iba a ser el primer sábado de mitad de junio que yo no iba a estar en la sala Clamores de Madrid presentando el nuevo libro del Taller. Ringo y Pepa dormían debajo de la mimosa del jardín. Madrid quedaba lejos, a casi 300 kilómetros cruzando tres autonomías, y no era necesario estar allí. Más que nada porque el Taller de Escritura de Madrid se cierra, y este año no había editado un nuevo libro con relatos de los alumnos: Cuatro meses de recopilación y edición cada año, desde el primer volumen Historias para adultos imperfectos de 1994, hasta el último Mentira cochina de 2007.
Pero me equivocaba.
Más de setenta conjurados, acaudillados por una tal Beatriz Montero de las altas Torres, me tenían preparada una encerrona y estaban acuartelados bajo la cama, apretujados contra un dinosaurio que respiraba pesadamente.
En los últimos cuatro meses yo he estado semisecuestrado por mí mismo escribiendo la novela 120 kilos. Los que leen este blog lo saben, la han ido leyendo al hilo de su escritura, y han intervenido con consejos sabios cada vez que yo levantaba infundios contra el protagonista, o cada vez que le obligaba a hacer lo que no podía hacer. Dejar de comer, por ejemplo. Y con tantos kilos de novela (que es breve, a pesar de los 120 kilos de Camilo), no me di cuenta que desde hacía cuatro meses decenas de relatos y fotos llegaban en lenguaje binario hasta el ordenador de Bea, y cómo ella se iba hasta Béjar a comprar tomates y cerezas del Jerte, pero en realidad a editar y componer en la imprenta de Luis Felipe Comendador el libro naranja titulado “Con sabor a Sugus”. El número 15, el que cierra los 15 años del Taller de Escritura de Madrid.
Así que me desperté, me duché, me lavé los dientes, me afeité (es que soy muy limpito, mire usted), me inyecté 38 unidades de insulina Lantus y 10 de Humalog, y bajé a desayunar. Café con leche, tostadas con mermelada casera (nos sale riquísima, una receta de Arguiñano, quien quiera, que pregunte), y fue cuando Bea me dijo:
--Termina pronto, que nos vamos a Madrid.
Hacía un sol estupendo. Yo llevaba ya unos días imaginando las aventuras de Lidia adolescente, mi próxima novela, y me frotaba las manos sabiendo que el fin de semana la pondría en marcha. El río Ambroz bajaba con fuerza, haciendo sonar los guijos en los remolinos que se forman a la sombra del fresno.
--Y un cuerno, yo no me muevo --le dije--, ya iremos otro día.
--Que no, que tenemos que ir hoy mismo.
--Anula lo que sea. Nos quedamos --insistí.
--Nos vamos, mira que eres testarudo --dijo Bea--, y me dio con un libro en la cabeza.
Tenemos cuatro o cinco mil libros en casa, hace tempo perdí la cuenta. Pero los conocía todos. Todos menos ese. “Con sabor a Sugus”. Se lo quité de las manos, y se me hizo un nudo en la garganta. “15 años del Taller de Escritura de Madrid”, decía el subtítulo calado en blanco sobre un fondo naranja. Entre naranja y mandarina. Casi podía olerlo.
Solo entonces me di cuenta. En las solapas y en el índice firmaban 70 autores, entre los que están la propia Bea, mi hijo Elías, Emilio, los diez profesores que han dado clase en el Taller durante todos estos años, un montón de amigos, y tres montones de alumnos y alumnas. 214 páginas de recuerdos compartidos, abrazos, memorias, besos, anécdotas, saudades, ficciones, 50 fotos a todo color, recortes de prensa, programas del Taller. Y dos lagrimones como dos piñones que se me cayeron sobre sus páginas. Otro libro con páginas ahuecadas.
En la contracubierta Bea había escrito:
“Enrique Páez anunció en enero de este año que en junio clausuraba el Taller. Y después de anunciarlo entró en un coma nostálgico que le quitó las ganas de fiestas de despedida y más aún, le quitó la ilusión por hacer el libro de fin de curso. El último libro. A escondidas me puse en contacto con alumnos, profesores, y entre todos hemos hecho lo que a nuestro modo son las memorias de estos 15 años de Taller. El libro guarda anécdotas, recuerdos de primeros días del Taller, resbalones con la escritura, premios, amoríos, reflexiones, secretos inconfesables, relatos fantásticos y gamberradas.
Todos coincidimos en lo mismo: Enrique ha marcado nuestras vidas. Por eso este libro pretende ser también un regalo de agradecimiento y de reconocimiento al maestro de los maestros: Enrique Páez”.
--La presentación es esta tarde, en Clamores, a las siete, como todos los años --me dijo Bea--. Piensan ir todos y algunos más.
--Vámonos --le dije sin soltar el libro de la mano.
En el viaje (condujo Bea) estuve leyendo el libro entero, y volviendo a ver todas las fotos en las que estamos, o estoy, con Augusto Monterroso, José Luis Sampedro, Luis Landero, Germán Sánchez Espeso, Luis Antonio de Villena, Medardo Fraile, y decenas de amigos más. 300 kilómetros con un nudo en la garganta. 15 años de memorias concentrados en 300 kilómetros. Habría necesitado un extra de muchos miles de kilómetros para poder asimilarlo.
Antes de llegar a Madrid, a la altura de Ávila, yo ya estaba congestionado. Comimos en un japonés junto a la plaza de Olavide, y el salmón crudo me pareció mucho más fácil de digerir que las emociones.
En la sala Clamores me abracé a mi hijo Elías, Lara López, Josheras, Gabi Llanos, Mila, Álvaro Cerezo, Elisa Agudo, Sonia Aldama, Carmen Cacho, Emilio Montero, María José Codes, Emilia G. Fidalgo, David Gallego, Luisa Mari y José, Carmen García Romeu, Ángeles Lorenzo, mi hermano Tito con Sonia, Marisa Mañana, Ángel Zapata, Inés Mendoza, Paloma Vallhonrat, Javier Sagarna, Chema Gómez de Lora, Jesús Urceloy, Marisol Huerta, Magdalena Tirado, Amparo Seijo, Mariana Torres, Inés Arias de Reyna, Alfonso Fernández Burgos, Ángeles Lorenzo, Chus Melchor, Pedro Sánchez Torrente, Carlos Molinero, Ana Villa, Clara Pérez Escrivá, Carmen Cacho, Elena Yáguez y Héctor, Victoria Santesmases, Isabel Cañelles, Elmo y Ari, Germán, Teresa Sotillos, Pilar Tesorero, Alma y Emilio, mi hermano Javier con Elena, Flor Moral y su hermana, Ana Añón, Pili Mera, Cesi Sánchez Turanzas, Pepe San Leandro, Fernanda Cabral, Germán Sánchez Espeso y no sé cuantos más (no podré decir todos los nombres, aunque a todos los conozca, porque eran cerca de ciento cincuenta).
Esa tarde, en el hotel, después de comer, había escrito esto en previsión de que entrara en shock y no pudiera decir una palabra:
“A veces soy muy lento, preguntadle a mis hermanos que están por aquí, a Tito, a Javier, así que cuando esta mañana me enteré, tarde, muy tarde, que me habíais preparado una encerrona, esa, esa, ha sido esa, se llama Bea, podéis decir, que yo la he visto, que no se haga la despistada. Si ya sé yo que ha sido ella, si ya la conozco.
Bueno, pues digo que cuando me enteré, me dije, ya está, un homenaje póstumo, estoy muerto, a joderse.
Pero resulta que no, que aún no me he muerto, que yo sepa. Así que si no es eso, pues va a ser que me quieren hacer llorar. Hala, ¿que dejas el Taller de Escritura?, pues mira, aquí nos ponemos todos juntos, haciendo la ola hasta que se te caigan los mocos. Y no sé para qué, qué necesidad hay, por qué ensañarse, en fin, imagino que es una venganza, y que habéis ensayado ya la canción para que, cuando se me caiga una lagrimita cursi, a coro empezar a cantar eso de “Cállate, niño, no llores más”. Pues no pienso daros el gusto, así que más vale que Zapata se suba aquí y empiece con aquello de “Y se marchó, y a su barco lo llamó libertad, y en el cielo descubrió gavioootas, y pintó estelas en el mar”.
Porque 15 años no es nada. Yo siempre he sido así de calvo, así de feo, así de cascarrabias, así de frío, así de muermo. Y a pesar de ello tenéis que saber que Bea me aguanta, y hasta me organiza estos sanfermines para que noventa toros disfrazados de alumnos y profes me lancen relatos y memorias, para que resbale y tropiece en la curva de la calle Estafeta, o me caiga por las escaleras del Clamores, menuda juerga.
Tengo que decir que por primera vez en 15 años he leído el libro del Taller después de estar publicado. Que es lo normal, supongo, pero a mí siempre me tocaba encargar los relatos, leer, corregir, editar y distribuir. Ahora yo soy el lector, y os leo, y descubro que el Taller ha sido una pieza clave en vuestras vidas, que a algunos les ha cambiado la profesión, que a otros les sirvió para zambullirse finalmente en la literatura, y que hasta hubo quien encontró el amor de su vida dentro del aula, como me pasó a mí con Bea, o a Concha y Carmen, o Ángel e Inés, o a Chus y Pedro, que incluso tienen una hija que ha escrito un poema en el libro, y que consiguió que soltara otra lágrima esta mañana, dentro del coche, sin que me vieran.
No me es posible daros las gracias uno a uno, porque tendría que ser con grandes y largos abrazos, así que o nos vamos todos a pasar el verano a un camping y allí os lo detallo, como debería ser, o simplemente me quedo aquí acojonado, pensando si no será que soy un difunto y aún no lo sé, pero es raro, porque por aquí está mi hijo Elías, y también ha escrito sus memorias parricidas en el libro; y también están algunos de mis hermanos, Tito, Javier; y mi tía Chitín, que sigue teniendo quince años aunque su pasaporte diga que tiene ochenta y siete; y mis suegros, y mis cuñados, y los profes que llevan tantos años dando clase conmigo: Chema Gómez de Lora, Javier Sagarna, Ángel Zapata, Alfonso Fernández Burgos, Isabel Cañelles, Carlos Molinero, Jesús Urceloy, Mila García Guerrero, Ángeles Lorenzo, Nacho Ferrando y Beatriz Montero, y que han escrito en este libro las páginas y las dedicatorias más hermosas que jamás he leído. Y todos los alumnos y alumnas que estáis aquí, amotinados pero con cara de yo no he sido, yo venía nada más a tomarme una cerveza. Joder, pero si han venido hasta mis amigos de la Facultad, que veo ahí a Victoria. Debería deciros que sois todos unos hijos de puta, una panda de cabrones que tratáis de minarme la moral. Pero sé que en el fondo no hay mala leche, era solo una broma pesada, como en ese chiste malo, porque yo soy Piscis, no cáncer, qué mala sangre. Venga, vámonos a cenar, que aquí Germán va a echar el cierre, que sois unos pesados, coño, que no hay quien os aguante. Hale.”
Luego me hicieron cantar a capella, con Javier Sagarna (gracias por acompañarme, Javier), “Yo soy aquel”, de Raphael, versión asesinos en serie. En algún momento estará colgado en Youtube, al tiempo.
Dediqué unas cuantas decenas de libros. Y después nos fuimos a cenar a La Gata Flora (esa que dicen que si se la metes grita, y si se la sacas llora). Menos mal que Bea había reservado: “Buenas, que veníamos a cenar, somos 60”. Y cerraron el restaurante para nosotros. Luego, a las 12, como Cenicientas enfermas, nos pusimos a hojear libros en la librería de relatos “Las tres rosas amarillas”, que está justo enfrente del restaurante, porque aún estaba abierta. El dueño también fue alumno del Taller, hay que joderse, a veces me pregunto si hay alguien que no haya pasado por el Taller en estos 15 años.
Y venga a darnos besos y abrazos. Y yo aún no había muerto.
A la una nos fuimos al karaoke de la plaza del los Mostenses, en que está escondido dentro del parking, junto a la Gran Vía. Allí Isa Cañelles, Amparo Seijo, Inés Arias de Reyna y Mariana Torres (cuatro profes de la Escuela de Escritores, antiguas alumnas también del Taller de Escritura, qué le vamos a hacer) cantaron Resistiré. Y muy bien, por cierto, con movimientos sensuales que dejarían ojipláticos a todos sus alumnos. Luego yo canté el clásico Cállate niña versión kale borroca; Sergi Bellver una hermosa canción en inglés, y le pedí Ángel Zapata que cantara una vez más “El gato que está triste y azul”, pero no lo conseguí, creo, porque a las tres, cautivo y desarmado como el ejército rojo, me fui al hotel. Allí se quedaron, buscando nuevas canciones en el menú del karaoke, Pableras, Alfonso, Magdalena, Ángel e Inés, Isa, Amparo, Mariana, Ismael, Sergi, Teresa, Ana Añón, Pili, Cesi, Carmen, Concha, todos los de las Tres rosas amarillas, algunos más que mi memoria pretende ocultar sin conseguirlo.
Y quince años de Taller y de escritura.
Qué noche. Cómo olvidarla.
Pero me equivocaba.
Más de setenta conjurados, acaudillados por una tal Beatriz Montero de las altas Torres, me tenían preparada una encerrona y estaban acuartelados bajo la cama, apretujados contra un dinosaurio que respiraba pesadamente.
En los últimos cuatro meses yo he estado semisecuestrado por mí mismo escribiendo la novela 120 kilos. Los que leen este blog lo saben, la han ido leyendo al hilo de su escritura, y han intervenido con consejos sabios cada vez que yo levantaba infundios contra el protagonista, o cada vez que le obligaba a hacer lo que no podía hacer. Dejar de comer, por ejemplo. Y con tantos kilos de novela (que es breve, a pesar de los 120 kilos de Camilo), no me di cuenta que desde hacía cuatro meses decenas de relatos y fotos llegaban en lenguaje binario hasta el ordenador de Bea, y cómo ella se iba hasta Béjar a comprar tomates y cerezas del Jerte, pero en realidad a editar y componer en la imprenta de Luis Felipe Comendador el libro naranja titulado “Con sabor a Sugus”. El número 15, el que cierra los 15 años del Taller de Escritura de Madrid.
Así que me desperté, me duché, me lavé los dientes, me afeité (es que soy muy limpito, mire usted), me inyecté 38 unidades de insulina Lantus y 10 de Humalog, y bajé a desayunar. Café con leche, tostadas con mermelada casera (nos sale riquísima, una receta de Arguiñano, quien quiera, que pregunte), y fue cuando Bea me dijo:
--Termina pronto, que nos vamos a Madrid.
Hacía un sol estupendo. Yo llevaba ya unos días imaginando las aventuras de Lidia adolescente, mi próxima novela, y me frotaba las manos sabiendo que el fin de semana la pondría en marcha. El río Ambroz bajaba con fuerza, haciendo sonar los guijos en los remolinos que se forman a la sombra del fresno.
--Y un cuerno, yo no me muevo --le dije--, ya iremos otro día.
--Que no, que tenemos que ir hoy mismo.
--Anula lo que sea. Nos quedamos --insistí.
--Nos vamos, mira que eres testarudo --dijo Bea--, y me dio con un libro en la cabeza.
Tenemos cuatro o cinco mil libros en casa, hace tempo perdí la cuenta. Pero los conocía todos. Todos menos ese. “Con sabor a Sugus”. Se lo quité de las manos, y se me hizo un nudo en la garganta. “15 años del Taller de Escritura de Madrid”, decía el subtítulo calado en blanco sobre un fondo naranja. Entre naranja y mandarina. Casi podía olerlo.
Solo entonces me di cuenta. En las solapas y en el índice firmaban 70 autores, entre los que están la propia Bea, mi hijo Elías, Emilio, los diez profesores que han dado clase en el Taller durante todos estos años, un montón de amigos, y tres montones de alumnos y alumnas. 214 páginas de recuerdos compartidos, abrazos, memorias, besos, anécdotas, saudades, ficciones, 50 fotos a todo color, recortes de prensa, programas del Taller. Y dos lagrimones como dos piñones que se me cayeron sobre sus páginas. Otro libro con páginas ahuecadas.
En la contracubierta Bea había escrito:
“Enrique Páez anunció en enero de este año que en junio clausuraba el Taller. Y después de anunciarlo entró en un coma nostálgico que le quitó las ganas de fiestas de despedida y más aún, le quitó la ilusión por hacer el libro de fin de curso. El último libro. A escondidas me puse en contacto con alumnos, profesores, y entre todos hemos hecho lo que a nuestro modo son las memorias de estos 15 años de Taller. El libro guarda anécdotas, recuerdos de primeros días del Taller, resbalones con la escritura, premios, amoríos, reflexiones, secretos inconfesables, relatos fantásticos y gamberradas.
Todos coincidimos en lo mismo: Enrique ha marcado nuestras vidas. Por eso este libro pretende ser también un regalo de agradecimiento y de reconocimiento al maestro de los maestros: Enrique Páez”.
--La presentación es esta tarde, en Clamores, a las siete, como todos los años --me dijo Bea--. Piensan ir todos y algunos más.
--Vámonos --le dije sin soltar el libro de la mano.
En el viaje (condujo Bea) estuve leyendo el libro entero, y volviendo a ver todas las fotos en las que estamos, o estoy, con Augusto Monterroso, José Luis Sampedro, Luis Landero, Germán Sánchez Espeso, Luis Antonio de Villena, Medardo Fraile, y decenas de amigos más. 300 kilómetros con un nudo en la garganta. 15 años de memorias concentrados en 300 kilómetros. Habría necesitado un extra de muchos miles de kilómetros para poder asimilarlo.
Antes de llegar a Madrid, a la altura de Ávila, yo ya estaba congestionado. Comimos en un japonés junto a la plaza de Olavide, y el salmón crudo me pareció mucho más fácil de digerir que las emociones.
En la sala Clamores me abracé a mi hijo Elías, Lara López, Josheras, Gabi Llanos, Mila, Álvaro Cerezo, Elisa Agudo, Sonia Aldama, Carmen Cacho, Emilio Montero, María José Codes, Emilia G. Fidalgo, David Gallego, Luisa Mari y José, Carmen García Romeu, Ángeles Lorenzo, mi hermano Tito con Sonia, Marisa Mañana, Ángel Zapata, Inés Mendoza, Paloma Vallhonrat, Javier Sagarna, Chema Gómez de Lora, Jesús Urceloy, Marisol Huerta, Magdalena Tirado, Amparo Seijo, Mariana Torres, Inés Arias de Reyna, Alfonso Fernández Burgos, Ángeles Lorenzo, Chus Melchor, Pedro Sánchez Torrente, Carlos Molinero, Ana Villa, Clara Pérez Escrivá, Carmen Cacho, Elena Yáguez y Héctor, Victoria Santesmases, Isabel Cañelles, Elmo y Ari, Germán, Teresa Sotillos, Pilar Tesorero, Alma y Emilio, mi hermano Javier con Elena, Flor Moral y su hermana, Ana Añón, Pili Mera, Cesi Sánchez Turanzas, Pepe San Leandro, Fernanda Cabral, Germán Sánchez Espeso y no sé cuantos más (no podré decir todos los nombres, aunque a todos los conozca, porque eran cerca de ciento cincuenta).
Esa tarde, en el hotel, después de comer, había escrito esto en previsión de que entrara en shock y no pudiera decir una palabra:
“A veces soy muy lento, preguntadle a mis hermanos que están por aquí, a Tito, a Javier, así que cuando esta mañana me enteré, tarde, muy tarde, que me habíais preparado una encerrona, esa, esa, ha sido esa, se llama Bea, podéis decir, que yo la he visto, que no se haga la despistada. Si ya sé yo que ha sido ella, si ya la conozco.
Bueno, pues digo que cuando me enteré, me dije, ya está, un homenaje póstumo, estoy muerto, a joderse.
Pero resulta que no, que aún no me he muerto, que yo sepa. Así que si no es eso, pues va a ser que me quieren hacer llorar. Hala, ¿que dejas el Taller de Escritura?, pues mira, aquí nos ponemos todos juntos, haciendo la ola hasta que se te caigan los mocos. Y no sé para qué, qué necesidad hay, por qué ensañarse, en fin, imagino que es una venganza, y que habéis ensayado ya la canción para que, cuando se me caiga una lagrimita cursi, a coro empezar a cantar eso de “Cállate, niño, no llores más”. Pues no pienso daros el gusto, así que más vale que Zapata se suba aquí y empiece con aquello de “Y se marchó, y a su barco lo llamó libertad, y en el cielo descubrió gavioootas, y pintó estelas en el mar”.
Porque 15 años no es nada. Yo siempre he sido así de calvo, así de feo, así de cascarrabias, así de frío, así de muermo. Y a pesar de ello tenéis que saber que Bea me aguanta, y hasta me organiza estos sanfermines para que noventa toros disfrazados de alumnos y profes me lancen relatos y memorias, para que resbale y tropiece en la curva de la calle Estafeta, o me caiga por las escaleras del Clamores, menuda juerga.
Tengo que decir que por primera vez en 15 años he leído el libro del Taller después de estar publicado. Que es lo normal, supongo, pero a mí siempre me tocaba encargar los relatos, leer, corregir, editar y distribuir. Ahora yo soy el lector, y os leo, y descubro que el Taller ha sido una pieza clave en vuestras vidas, que a algunos les ha cambiado la profesión, que a otros les sirvió para zambullirse finalmente en la literatura, y que hasta hubo quien encontró el amor de su vida dentro del aula, como me pasó a mí con Bea, o a Concha y Carmen, o Ángel e Inés, o a Chus y Pedro, que incluso tienen una hija que ha escrito un poema en el libro, y que consiguió que soltara otra lágrima esta mañana, dentro del coche, sin que me vieran.
No me es posible daros las gracias uno a uno, porque tendría que ser con grandes y largos abrazos, así que o nos vamos todos a pasar el verano a un camping y allí os lo detallo, como debería ser, o simplemente me quedo aquí acojonado, pensando si no será que soy un difunto y aún no lo sé, pero es raro, porque por aquí está mi hijo Elías, y también ha escrito sus memorias parricidas en el libro; y también están algunos de mis hermanos, Tito, Javier; y mi tía Chitín, que sigue teniendo quince años aunque su pasaporte diga que tiene ochenta y siete; y mis suegros, y mis cuñados, y los profes que llevan tantos años dando clase conmigo: Chema Gómez de Lora, Javier Sagarna, Ángel Zapata, Alfonso Fernández Burgos, Isabel Cañelles, Carlos Molinero, Jesús Urceloy, Mila García Guerrero, Ángeles Lorenzo, Nacho Ferrando y Beatriz Montero, y que han escrito en este libro las páginas y las dedicatorias más hermosas que jamás he leído. Y todos los alumnos y alumnas que estáis aquí, amotinados pero con cara de yo no he sido, yo venía nada más a tomarme una cerveza. Joder, pero si han venido hasta mis amigos de la Facultad, que veo ahí a Victoria. Debería deciros que sois todos unos hijos de puta, una panda de cabrones que tratáis de minarme la moral. Pero sé que en el fondo no hay mala leche, era solo una broma pesada, como en ese chiste malo, porque yo soy Piscis, no cáncer, qué mala sangre. Venga, vámonos a cenar, que aquí Germán va a echar el cierre, que sois unos pesados, coño, que no hay quien os aguante. Hale.”
Luego me hicieron cantar a capella, con Javier Sagarna (gracias por acompañarme, Javier), “Yo soy aquel”, de Raphael, versión asesinos en serie. En algún momento estará colgado en Youtube, al tiempo.
Dediqué unas cuantas decenas de libros. Y después nos fuimos a cenar a La Gata Flora (esa que dicen que si se la metes grita, y si se la sacas llora). Menos mal que Bea había reservado: “Buenas, que veníamos a cenar, somos 60”. Y cerraron el restaurante para nosotros. Luego, a las 12, como Cenicientas enfermas, nos pusimos a hojear libros en la librería de relatos “Las tres rosas amarillas”, que está justo enfrente del restaurante, porque aún estaba abierta. El dueño también fue alumno del Taller, hay que joderse, a veces me pregunto si hay alguien que no haya pasado por el Taller en estos 15 años.
Y venga a darnos besos y abrazos. Y yo aún no había muerto.
A la una nos fuimos al karaoke de la plaza del los Mostenses, en que está escondido dentro del parking, junto a la Gran Vía. Allí Isa Cañelles, Amparo Seijo, Inés Arias de Reyna y Mariana Torres (cuatro profes de la Escuela de Escritores, antiguas alumnas también del Taller de Escritura, qué le vamos a hacer) cantaron Resistiré. Y muy bien, por cierto, con movimientos sensuales que dejarían ojipláticos a todos sus alumnos. Luego yo canté el clásico Cállate niña versión kale borroca; Sergi Bellver una hermosa canción en inglés, y le pedí Ángel Zapata que cantara una vez más “El gato que está triste y azul”, pero no lo conseguí, creo, porque a las tres, cautivo y desarmado como el ejército rojo, me fui al hotel. Allí se quedaron, buscando nuevas canciones en el menú del karaoke, Pableras, Alfonso, Magdalena, Ángel e Inés, Isa, Amparo, Mariana, Ismael, Sergi, Teresa, Ana Añón, Pili, Cesi, Carmen, Concha, todos los de las Tres rosas amarillas, algunos más que mi memoria pretende ocultar sin conseguirlo.
Y quince años de Taller y de escritura.
Qué noche. Cómo olvidarla.
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