viernes, 28 de diciembre de 2012

Dónde escribir / Where to Write

Less than a minute first tip on Creative Writing by Enrique Páez, author of the book "Writing. A Guide of Narrative Technics", SM Publishers, Madrid, Spain, 5th edition.
http://youtu.be/jOeDbv0Xeg4

Menos de un minuto para hablar del lugar en el que escribe un escritor. Primera entrega de "Escribir.Manual de técnicas narrativas", Ed. SM, Madrid, 2003-2012. 
Vendrán más :-)
http://youtu.be/IgnfVCzXRvQ



More info:
www.enriquepaez.com (bilingual site)
www.tallerdeescritura.com (bilingual site)
www.enriquepaez.blogspot.com



domingo, 23 de diciembre de 2012

Beatriz Montero cuenta "La escalera" en TV

Beatriz Montero contó su cuento "La escalera" en TV. Y ahora en Youtube. No te lo pierdas. Pincha el enlace. 
http://www.youtube.com/watch?v=1o8rJgf385A




La escalera
Ed. OQO, Pontevedra, 2012
Beatriz Montero & Raúl Nieto Guridi
12,90€ | 978-84-9871-384-8
28 págs. | cartoné | 25x23 cm |
mayo 2012
El cartero subió, subió, subió por la escalera.
Llamó a la puerta:
¡Din-don! ¡Din-don!
No había nadie.

Dejó la carta en el suelo…
… y bajó, bajó, bajó por la escalera.

Esta acción la repiten, con el mismo resultado infructuoso, el zapatero, el jardinero y el panadero. De este modo, encima de la carta depositada ante la puerta del cuarto piso acaban acumulándose un par de zapatos, un ramo de flores y una barra de pan hasta que entra en escena una niña resuelta y pizpireta.
Al igual que el resto de personajes, la pequeña sube por la ya conocida –para el lector– escalera hasta el también consabido cuarto piso. Una vez allí, el relato da un giro inesperado, gracias a la espontaneidad y picardía de la pequeña que resuelve con gracia y de inmediato toda la trama.
La escalera es un cuento original de Beatriz Montero que recrea la adquisición del lenguaje en los niños de corta edad. Cada peldaño es una pequeña conquista de su mente. El cartero, el zapatero, el jardinero y el panadero suben la escalera y van dejando los nombres de sus oficios y algunos objetos ante la puerta. De este modo, aprenden poco a poco nuevas palabras y conceptos. “No entienden todas las palabras que escuchan, pero la repetición les ayuda a grabarlas en su memoria”, subraya la escritora.
Con este cuento, Beatriz Montero pretende despertar las capacidades intelectuales de los más pequeños. Por eso, tiene una estructura sencilla y repetitiva que facilita la memorización y el juego de interacción con los niños. “Subir y bajar la escalera dota al cuento de un movimiento divertido, por donde pasan personajes con diferentes oficios”.
Cada oficio es un escalón necesario en la vida cotidiana, y todos son igual de importantes. El panadero hace el pan para comer, el zapatero arregla los zapatos para caminar, el jardinero cuida las plantas y los árboles, el cartero reparte las cartas y nos conecta con los que viven lejos.


domingo, 16 de diciembre de 2012

Mo Yan, un cuentacuentos Premio Nobel de Literatura 2012

Que le den el Premio Nobel de Literatura a un escritor que se define a sí mismo como cuentacuentos es muy raro. Pero más raro aún es que los que se dedican a contar cuentos de viva voz y en público, llámense a sí mismos como se llamen, cuentacuentos, narradores orales, cuenteros, griots, storytellers o como más les guste, no se hayan hecho eco de la noticia. Ni en España, ni en EEUU, ni en Francia, ni en Japón. Más raro aún. 



¿Les importará tres pitos la literatura?
Parece imposible. 
¿Les da rabia que un cuentacuentos gane el Premio Nobel? 
Sería suicida. 
¿Piensan que eso no tiene nada que ver con ellos/as?
Demasiado paleto. 
¿Les parecerá que Mo Yan es un intruso?
Qué más quisieran.
¿Le preocupará a Mo Yan que no le hagan caso los "profesionales" que se dedican a contar cuentos?
Sospecho que no. 

Pero como a mí sí me parece importante, dejo aquí sin más las palabras de Mo Yan, que no necesitan defensa ni apoyo, pero que merecen difusión. Para leer el discurso completo de recepción del Premio Nobel, titulado "Cuentacuentos", visita la página oficial del Nobel Prize:



© FUNDACIÓN NOBEL 2012

Discurso Nobel

7 diciembre de 2012
By Mo Yan
Cuentacuentos

"...Una vez vino un cuentacuentos a nuestro mercado. Yo me escaqueé de los trabajos que me había asignado mi madre y fui allí en secreto a escuchar los cuentos. Mi madre me criticó por ello. Por la noche, cuando mi madre se disponía a confeccionar las chaquetas de invierno bajo la débil luz de la lámpara de aceite, no pude controlarme y recité los cuentos que había aprendido durante el día. Al principio, ella no tenía ganas de escuchar ni una palabra porque le parecía que ser cuentacuentos no era una profesión normal y que los cuentacuentos eran personas charlatanas y unos farsantes; además, los cuentos que contaban no versaban sobre cosas buenas. No obstante, poco a poco le fueron atrayendo los cuentos que le recitaba. Más adelante, cada vez que se celebraba la feria, mi madre no me asignaba ninguna tarea; me había dado un permiso implícito para ir a escuchar los cuentos. Para recompensar su gratitud y también para presumir de mi buena memoria, le recitaba con todo detalle todos los cuentos que había escuchado durante el día.
Al poco tiempo, no me satisfacía recitarle los cuentos de los cuentacuentos tal cual, así que me inventaba detalles durante mi relato. Con el propósito de que le gustaran a mi madre, creaba unos nuevos párrafos e incluso modificaba el final del cuento. La audiencia no se limitó solo a mi madre, sino que mi hermana, mis tías y mi abuela también formaron parte. Hubo veces en que después de escuchar el cuento, mi madre expresaba sus preocupaciones. Parecía que se estaba dirigiendo a mí pero también podría ser que estuviera hablando consigo misma: “Hijo mío, ¿que vas a hacer en el futuro?, ¿quieres ganarte la vida contando cuentos?”.
Como dice un refrán chino: Es fácil cambiar de dinastía, es difícil modificar la personalidad y aunque mis padres me habían educado con mucho cuidado, no consiguieron cambiar el hecho de que a mí me gustara hablar. Esto le había dado un sentido irónico a mi nombre Mo Yan que significa “no hables.

...
Después de abandonar el colegio, me exilié entre los adultos y empecé un largo periodo deleer con las orejas. Hace doscientos años, en mi provincia natal, vivía un cuentacuentos que era un genio: El señor Songling Pu. Muchos de mi pueblo, incluido yo mismo, somos sus herederos. En el campo de la comunidad, en la granja de la brigada de producción, en la cama de mis abuelos, en el tembloroso carro tirado por el buey, había escuchado muchos cuentos sobre fantasmas y duendes, muchas leyendas históricas, anécdotas interesantes que estaban estrechamente vinculadas con la naturaleza local y la historia familiar, y me habían producido una clara sensación de realidad.
...
...Tengo que confesar que en el proceso de creación del distrito Dongbei de Gaomi en mis obras, William Faulkner, el escritor estadounidense, y García Márquez, el escritor colombiano, me han inspirado mucho. ...
Lo que hice fue muy sencillo: contar mis cuentos a mi manera. Mi manera es la misma de los cuentacuentos del mercado de mi pueblo, a quienes conocía muy bien; es también la manera de mis abuelos y los ancianos de mi pueblo natal. Sinceramente, cuando cuento mis cuentos, no puedo imaginar quiénes serán mis lectores. A lo mejor, es alguien como mi madre, o alguien como yo.
..."
Al final de su discurso continuó diciendo:
"No quería comentar nada más, pero teniendo en cuenta el momento y el lugar siento que debo hacerlo, así que les hablaré de la única manera que sé.
Soy un cuentacuentos y sigo queriendo contarles cuentos."

Mo Yan contó un cuento:
"Permítanme contarles el último cuento que me contó mi abuelo hace muchos años: Hubo ocho albañiles que salieron de su pueblo natal para buscar trabajo. Para resguardarse de la tormenta que estaba a punto de caer, todos entraron en un templo en ruinas. Los truenos se sucedían, los relámpagos iluminaban el oscuro cielo, unos extraños sonidos penetraban por la puerta del templo y parecían los rugidos de un dragón. Todos estaban muertos de miedo, y sus rostros se habían vuelto pálidos. Uno de ellos comentó: “Es señal de castigo celestial. Entre nosotros debe haber alguien que ha hecho algo malvado. ¿Quién es ese maldito? Sal ahora mismo. Sal para recibir tu condena celestial y para no extender la mala suerte entre nosotros”. Obviamente, nadie quería salir fuera. Otro propuso: “Como nadie de nosotros quiere salir, arrojaremos nuestros sombreros de paja fuera y el que no vuelva significará que su dueño es la persona de la que estamos hablando. Entonces, le pediremos que se vaya”. Todos asintieron y lanzaron sus sombreros afuera. Solo un sombrero quedó en el exterior y los demás volvieron dentro. Los siete albañiles querían echar del templo a la persona cuyo sombrero había quedado fuera. El chico se negó a aceptar esa decisión. En ese momento, los siete jóvenes le cogieron y le expulsaron a la fuerza. Supongo que a estas alturas ya habrán adivinado el final del cuento: En el mismo instante en que le expulsaron el templo se hundió y los siete chicos murieron.
Soy un cuentacuentos.
Me han dado el Premio Nobel por mis cuentos.
Después de haber sido premiado han ocurrido muchas anécdotas maravillosas que serán parte de mis próximos cuentos y que me hacen creer en la existencia de la justicia y la verdad.
En el futuro seguiré contando cuentos.
¡Muchas gracias por su atención!"

Traducido del chino por Yifan Li en colaboración con Cora Tiedra Garcia.

martes, 4 de diciembre de 2012

Cuando un imbécil te critica / Jerk critic

Cuando un imbécil te critica sin apenas conocerte es porque 
a) siente envidia, 
b) te tiene miedo, 
c) tiene complejo de inferioridad, 
d) las tres cosas a la vez. 

Así que nunca discutas con un idiota: te verás obligado a descender a su nivel y entonces, con su experiencia, te derrotará.

La mayor crueldad es no darles respuesta: la indiferencia les mata.


When a jerk criticizes you, and he/she barely knows you, it is because
a) He/she is envious of you,
b) he/she is afraid of you,
c) he/she has an inferiority complex,
d) all three at once.

So never argue with idiots: you'll be forced to descend to their level and then, with their  experience, they will defeat you.

The greatest cruelty is not answer them: indifference will kill them.