De las 6700 lenguas vivas que existen actualmente en el mundo, se calcula que la mitad de ellas habrán desaparecido a finales del presente siglo, según cálculos realizados por la Unesco en su Atlas de las lenguas en peligro en el mundo. Con ellas se extinguirá una parte fundamental del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Cada lengua que muere equivale a lo que en biología sería la muerte de una especie. De la lengua hablada, de su uso cotidiano y su trasmisión de generación en generación, dependen tanto los modos de entender y organizar el mapa mental del mundo, como los rituales, las artes escénicas y la artesanía.
Los biólogos y naturalistas se alarman, con razón, cada vez que desaparece una especie, porque con ella desapaceren también todas las posibilidades de regeneración celular, elaboración de antídotos y medicinas, alimentos únicos, cadenas de ADN imposibles de clonar y que tardaron millones de años en perfeccionarse, y eliminación de la biodiversidad. Cada vez que una lengua muere, con ella muere toda una tradición de pensamiento, los rastros de una cultura que fue lo suficientemente fuerte como para generar las estructuras lingüísticas y el léxico necesario para construir un universo mental, un sistema de comunicación creado, compartido y consensuado por la comunidad de hablantes, una visión única e irrepetible del mundo, unas reglas de comunicación y convivencia que nunca más podrán ser exploradas ni compartidas. Es como si de un único cerebro mundial, compuesto por tantas neuronas como hablantes, estuviera siendo trepanado y se le amputaran la mitad de sus neuronas.
¿Por qué desaparece una lengua? La razón primera, trágica y obvia, es la muerte de todos sus hablantes. Puede ser resultado de guerras y genocidios, o debido a epidemias imparables, como las que se extendieron en América en las poblaciones indígenas a raíz de la llegada de los españoles, o debido a catástrofes naturales que acaban con todo el conjunto de hablantes. La muerte de una lengua, en esos casos, va unida a la muerte de toda una raza, a la desaparición física de todos sus hablantes. Cada dos semanas desaparece un idioma, debido a la muerte de su último hablante. La lengua de Manx en la isla de Man, se extinguió en 1974 cuando con 97 años murió Ned Maddrell. La lengua Eyak, de Alaska, desapareció en 2008 cuando murió Marie Smith Jones con 89 años. El idioma zoque, del pueblo de Ayapán, en el estado suroriental de Tabasco, México, solo tiene dos hablantes vivos: son dos ancianos que están peleados entre sí, y que han dejado de hablarse hace pocos años.
Existen casos en que la desaparición de lenguas está provocada por cambios en el medio ambiente, debido a la destrucción del sustrato de una comunidad de hablantes, con los procesos consiguientes de emigración, diseminación y renuncia. Las invasiones culturales son factores que pueden afectar a la actitud de los hablantes hacia su propia lengua. Sucede cuando una comunidad entra en contacto con otra de lengua diferente, de economía más fuerte y de cultura más agresiva y excluyente. Si al factor económico se añade el político, hay una sentencia de muerte sobre la lengua amenazada. Bolivia, por ejemplo, tiene el doble de diversidad lingüística que toda Europa, ya que cuenta con 37 lenguas y ocho familias lingüísticas.
Existe un Registro de buenas prácticas en la preservación de las lenguas en peligro de extinción. Las que corren más peligro, como es natural, son las que están más desprotegidas, con menor número de hablantes, desprestigiadas por las culturas dominantes, y que se hablan en entornos donde la economía y el apoyo gubernamental es más débil. Esto ocurre por desgracia con varios miles de lenguas de América central, Sudamérica, África y Asia.
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Imagen: Detalle del cartel elegido por la Unesco para conmemorar el Día Internacional de la Lengua Materna 2009
martes, 27 de octubre de 2009
domingo, 25 de octubre de 2009
Con Antonio Rodríguez Almodóvar
La Biblioteca de Sarajevo fue bombardeada e incendiada el 25 de agosto de 1992 por la artillería del ejército serbobosnio. Tenía en sus fondos unos dos millones de libros y miles de documentos y manuscritos conservados a lo largo de siglos tanto por musulmanes como por serbios ortodoxos, croatas católicos y judíos.
No es la primera, ni la última. Quemar bibliotecas es un deporte que se practica desde la antigüedad. Los dos incendios de la Biblioteca de Alejandría tienen prolongaciones en el presente. El domingo 13 de abril del 2003 la Biblioteca Nacional de Irak fue asaltada y quemada. En esa ocasión desaparecieron más de un millón de libros, así como tablillas cuneiformes sumerias que narraban la Creación o el Diluvio, ejemplares valiosos del Corán y la primera revista en lengua persa editada en el mundo.
El viernes nos levantamos temprano, nos fuimos al puerto de Santa Cruz y cruzamos en barco a la isla de Gran Canaria. Allí se iba a celebrar el Día de la Biblioteca, y teníamos una cita con Antonio Rodríguez Almodóvar para hablar de cuentos, novelas, tradición oral y de la Red Internacional de Cuentacuentos, a la que Antonio se ha incorporado como uno de los nuevos coordinadores desde hace poco.
Para quien no lo conozca (es difícil que así sea, siempre hay sucesos inexplicables), Antonio Rodríguez Almodóvar es el mayor estudioso de cuentos de tradición oral de cuantos existen en España. Es casi imposible encontrar una biblioteca que no tenga sus Cuentos al amor de la lumbre, o los Cuentos de la Media Lunita. Antonio no solo ha recogido la mayor y más exacta colección de cuentos de tradición oral de España, sino que sus estudios teóricos, bien asentados en Propp y en el estructuralismo, han generado la hermenéutica y taxonomía de cuentos más precisa de cuantas se han publicado. Recomiendo desde aquí El texto infinito (podréis leer en la web de la Red Internacional de Cuentacuentos su Introducción), y el recién salido de imprenta Del hueso de una aceituna (nuevas aproximaciones a la literatura oral), editado por Octaedro, prolongación y apostillas a El texto infinito. Su trabajo de recopilación e investigación es impagable, por más que la editorial Anaya afirme que los cientos de miles de ejemplares vendidos de sus obras han sido puntualmente abonados. Ahora, además, se descuelga con una novela para adultos, con ribetes eróticos de alta tensión en los últimos capítulos, que será publicada por Alianza editorial antes de fin de año.
En el Día de Biblioteca leyó el pregón uno de los grandes escritores canarios de literatura infantil y juvenil: Carlos Guillermo Domínguez, 85 años dedicados a la escritura. Luego estuvimos hablando de los orígenes de La Hora del cuento con Montserrat del Amo, otra de las grandes de la literatura y del cuento. Zoraida Rodríguez y Nieves Pérez Ribero, del Plan del Fomento a la Lectura, hicieron de buenas anfitrionas, nos condujeron hasta el Gabinete Literario, y nos pusieron un trozo de tarta en las manos. ¿Qué más pedir a la vida? Bueno, sí, una cosa: que dejen de una puta vez de quemar bibliotecas cada vez que a un energúmeno se le calientan tres neuronas.
Antonio Rodríguez Almodóvar, Bea y yo nos escapamos a hurtadillas del Gabinete Literario y nos fuimos a una terracita al aire libre a comer croquetas, tortilla y queso con tres pintas de cerveza a las puertas de la Biblioteca Municipal. La noche fue generosa y cálida como una mulata caribeña, y una orquesta de rumanos con saxo, contrabajo, violín, acordeón y pandereta nos rondaron con tangos y piezas clásicas de jazz. ¿Qué más pedir? Un gin-tonic y un Ballantine’s con hielo, por favor. Y que dejen de una puta vez de quemar bibliotecas, si no les importa.
Regresamos andando por la calle Triana hasta el hotel El Parque. ¡Qué buena noche, qué olor a mar! Seguimos repasando amigos comunes y geografías compartidas, proyectos de novelas y proyectos de vida (a veces las confundimos, quizá a sabiendas), memorias de la oralidad y memorias escritas. Pasado y futuro enmarcado en la sintaxis del proceso de escritura. A la mañana siguiente, después del desayuno, nos hicimos una foto. ¿Has soñado algo esta noche?, me preguntó Antonio. No me acuerdo bien, le dije, pero sí, ahora que lo dices, soñé que no volvían a quemar ninguna biblioteca. Era un sueño, claro.
No es la primera, ni la última. Quemar bibliotecas es un deporte que se practica desde la antigüedad. Los dos incendios de la Biblioteca de Alejandría tienen prolongaciones en el presente. El domingo 13 de abril del 2003 la Biblioteca Nacional de Irak fue asaltada y quemada. En esa ocasión desaparecieron más de un millón de libros, así como tablillas cuneiformes sumerias que narraban la Creación o el Diluvio, ejemplares valiosos del Corán y la primera revista en lengua persa editada en el mundo.
El viernes nos levantamos temprano, nos fuimos al puerto de Santa Cruz y cruzamos en barco a la isla de Gran Canaria. Allí se iba a celebrar el Día de la Biblioteca, y teníamos una cita con Antonio Rodríguez Almodóvar para hablar de cuentos, novelas, tradición oral y de la Red Internacional de Cuentacuentos, a la que Antonio se ha incorporado como uno de los nuevos coordinadores desde hace poco.
Para quien no lo conozca (es difícil que así sea, siempre hay sucesos inexplicables), Antonio Rodríguez Almodóvar es el mayor estudioso de cuentos de tradición oral de cuantos existen en España. Es casi imposible encontrar una biblioteca que no tenga sus Cuentos al amor de la lumbre, o los Cuentos de la Media Lunita. Antonio no solo ha recogido la mayor y más exacta colección de cuentos de tradición oral de España, sino que sus estudios teóricos, bien asentados en Propp y en el estructuralismo, han generado la hermenéutica y taxonomía de cuentos más precisa de cuantas se han publicado. Recomiendo desde aquí El texto infinito (podréis leer en la web de la Red Internacional de Cuentacuentos su Introducción), y el recién salido de imprenta Del hueso de una aceituna (nuevas aproximaciones a la literatura oral), editado por Octaedro, prolongación y apostillas a El texto infinito. Su trabajo de recopilación e investigación es impagable, por más que la editorial Anaya afirme que los cientos de miles de ejemplares vendidos de sus obras han sido puntualmente abonados. Ahora, además, se descuelga con una novela para adultos, con ribetes eróticos de alta tensión en los últimos capítulos, que será publicada por Alianza editorial antes de fin de año.
En el Día de Biblioteca leyó el pregón uno de los grandes escritores canarios de literatura infantil y juvenil: Carlos Guillermo Domínguez, 85 años dedicados a la escritura. Luego estuvimos hablando de los orígenes de La Hora del cuento con Montserrat del Amo, otra de las grandes de la literatura y del cuento. Zoraida Rodríguez y Nieves Pérez Ribero, del Plan del Fomento a la Lectura, hicieron de buenas anfitrionas, nos condujeron hasta el Gabinete Literario, y nos pusieron un trozo de tarta en las manos. ¿Qué más pedir a la vida? Bueno, sí, una cosa: que dejen de una puta vez de quemar bibliotecas cada vez que a un energúmeno se le calientan tres neuronas.
Antonio Rodríguez Almodóvar, Bea y yo nos escapamos a hurtadillas del Gabinete Literario y nos fuimos a una terracita al aire libre a comer croquetas, tortilla y queso con tres pintas de cerveza a las puertas de la Biblioteca Municipal. La noche fue generosa y cálida como una mulata caribeña, y una orquesta de rumanos con saxo, contrabajo, violín, acordeón y pandereta nos rondaron con tangos y piezas clásicas de jazz. ¿Qué más pedir? Un gin-tonic y un Ballantine’s con hielo, por favor. Y que dejen de una puta vez de quemar bibliotecas, si no les importa.
Regresamos andando por la calle Triana hasta el hotel El Parque. ¡Qué buena noche, qué olor a mar! Seguimos repasando amigos comunes y geografías compartidas, proyectos de novelas y proyectos de vida (a veces las confundimos, quizá a sabiendas), memorias de la oralidad y memorias escritas. Pasado y futuro enmarcado en la sintaxis del proceso de escritura. A la mañana siguiente, después del desayuno, nos hicimos una foto. ¿Has soñado algo esta noche?, me preguntó Antonio. No me acuerdo bien, le dije, pero sí, ahora que lo dices, soñé que no volvían a quemar ninguna biblioteca. Era un sueño, claro.
miércoles, 21 de octubre de 2009
El esqueleto
Esta mañana, después de echar al correo unas cartas, hemos dado una vuelta por el Puntillo del sol, en la Matanza de Acentejo, para visitar el esqueleto. Así lo llaman por aquí, torciendo el gesto.
Nos ha costado un poco encontrarlo, porque estaba oculto en un barranco tras algunos edificios de diez plantas. Tiene que estar detrás de ese. No, no, detrás de aquel. Por fin, después de una curva huérfana, lo encontramos. Desde tierra no es fácil verlo, se esconde avergonzado de sus costillas de metal oxidadas y su hormigón resquebrajado. Lleva allí muchos años, haciéndole burla a los barcos que pasan como un exhibicionista impúdico que muestra su sexo depilado a las adolescentes en el parque. Le hice una foto, que se resistió a entrar en la cámara a través del objetivo. La escuché silbando y arañando el pentaprisma y golpeando después las paredes negras de la caja oscura en donde quedó encarcelada.
Ahora sale aquí, para vergüenza de concejales y arquitectos. Esta es una de tantas heridas de la costa y de la especulación inmobiliaria. El esqueleto respira por las noches, y el viento levanta el polvo y recorre los pasillos por los que nunca correrán los niños, los dormitorios donde ni los fantasmas hacen el amor, los balcones sin baranda que se suicidan en el mar de Tenerife, frente a la isla de la Palma.
Un monumento a la infamia.
No sé, por un momento me ha parecido que ese esqueleto de metal y hormigón despellejado, abandonado a su suerte y su desnudez insoportable, era una foto heredada de un tiempo que aún está por llegar. Tal vez el futuro sea un monstruo a medio construir, un esqueleto despoblado de amor, de una fealdad obscena.
Nos ha costado un poco encontrarlo, porque estaba oculto en un barranco tras algunos edificios de diez plantas. Tiene que estar detrás de ese. No, no, detrás de aquel. Por fin, después de una curva huérfana, lo encontramos. Desde tierra no es fácil verlo, se esconde avergonzado de sus costillas de metal oxidadas y su hormigón resquebrajado. Lleva allí muchos años, haciéndole burla a los barcos que pasan como un exhibicionista impúdico que muestra su sexo depilado a las adolescentes en el parque. Le hice una foto, que se resistió a entrar en la cámara a través del objetivo. La escuché silbando y arañando el pentaprisma y golpeando después las paredes negras de la caja oscura en donde quedó encarcelada.
Ahora sale aquí, para vergüenza de concejales y arquitectos. Esta es una de tantas heridas de la costa y de la especulación inmobiliaria. El esqueleto respira por las noches, y el viento levanta el polvo y recorre los pasillos por los que nunca correrán los niños, los dormitorios donde ni los fantasmas hacen el amor, los balcones sin baranda que se suicidan en el mar de Tenerife, frente a la isla de la Palma.
Un monumento a la infamia.
No sé, por un momento me ha parecido que ese esqueleto de metal y hormigón despellejado, abandonado a su suerte y su desnudez insoportable, era una foto heredada de un tiempo que aún está por llegar. Tal vez el futuro sea un monstruo a medio construir, un esqueleto despoblado de amor, de una fealdad obscena.
sábado, 10 de octubre de 2009
Enlázate a la Red Internacional de Cuentacuentos
Queridos/as amigos/as:
La Red Internacional de Cuentacuentos (International Storytelling Network) es un portal de narradores orales abierto a todos los interesados en la difusión del cuentacuentos, la animación a la lectura, la creación literaria y las artes escénicas. Esta plataforma de interconexión y divulgación del trabajo de cuentacuentos agrupa a más de 1000 narradores de 50 países en los cinco continentes. El hecho de que gran parte de sus coordinadores sean españoles o latinoamericanos ha permitido que el 90 por ciento de los cuentacuentos inscritos sean de países de habla hispana.
El portal de la Red Internacional de Cuentacuentos www.cuentacuentos.eu, así como su megablog de narradores, y su grupo de Facebook, ha recibido más de 1500 adhesiones de bibliotecas, narradores, centros culturales, fundaciones, editoriales, centros educativos y grupos de teatro.
Desde la Red Internacional de Cuentacuentos queremos ofrecerles nuestra colaboración para actividades relacionadas con el cuentacuentos, la animación a la lectura, y la formación de nuevos narradores orales (Talleres de cuentacuentos). En la Red Internacional de Cuentacuentos están inscritos los mejores narradores, especialistas y autores de la LIJ en lengua española. Nuestro email red@cuentacuentos.eu está a su disposición.
Nos gustaría, por último, solicitar que incorporen en su web o a su blog un enlace a la Red Internacional de Cuentacuentos www.cuentacuentos.eu , con la certeza de que muchos de sus visitantes habituales agradecerán la información que se les brinda.
Red Internacional de Cuentacuentos
El logo que se puede capturar en la página www.cuentacuentos.eu , tras lo cual habrá que hacer el enlace a Red Internacional de Cuentacuentos
Y colorín, colorado....
Un abrazo,
Enrique Páez
La Red Internacional de Cuentacuentos (International Storytelling Network) es un portal de narradores orales abierto a todos los interesados en la difusión del cuentacuentos, la animación a la lectura, la creación literaria y las artes escénicas. Esta plataforma de interconexión y divulgación del trabajo de cuentacuentos agrupa a más de 1000 narradores de 50 países en los cinco continentes. El hecho de que gran parte de sus coordinadores sean españoles o latinoamericanos ha permitido que el 90 por ciento de los cuentacuentos inscritos sean de países de habla hispana.
El portal de la Red Internacional de Cuentacuentos www.cuentacuentos.eu, así como su megablog de narradores, y su grupo de Facebook, ha recibido más de 1500 adhesiones de bibliotecas, narradores, centros culturales, fundaciones, editoriales, centros educativos y grupos de teatro.
Desde la Red Internacional de Cuentacuentos queremos ofrecerles nuestra colaboración para actividades relacionadas con el cuentacuentos, la animación a la lectura, y la formación de nuevos narradores orales (Talleres de cuentacuentos). En la Red Internacional de Cuentacuentos están inscritos los mejores narradores, especialistas y autores de la LIJ en lengua española. Nuestro email red@cuentacuentos.eu está a su disposición.
Nos gustaría, por último, solicitar que incorporen en su web o a su blog un enlace a la Red Internacional de Cuentacuentos www.cuentacuentos.eu , con la certeza de que muchos de sus visitantes habituales agradecerán la información que se les brinda.
Red Internacional de Cuentacuentos
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Y colorín, colorado....
Un abrazo,
Enrique Páez
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