viernes, 28 de diciembre de 2012

Dónde escribir / Where to Write

Less than a minute first tip on Creative Writing by Enrique Páez, author of the book "Writing. A Guide of Narrative Technics", SM Publishers, Madrid, Spain, 5th edition.
http://youtu.be/jOeDbv0Xeg4

Menos de un minuto para hablar del lugar en el que escribe un escritor. Primera entrega de "Escribir.Manual de técnicas narrativas", Ed. SM, Madrid, 2003-2012. 
Vendrán más :-)
http://youtu.be/IgnfVCzXRvQ



More info:
www.enriquepaez.com (bilingual site)
www.tallerdeescritura.com (bilingual site)
www.enriquepaez.blogspot.com



domingo, 23 de diciembre de 2012

Beatriz Montero cuenta "La escalera" en TV

Beatriz Montero contó su cuento "La escalera" en TV. Y ahora en Youtube. No te lo pierdas. Pincha el enlace. 
http://www.youtube.com/watch?v=1o8rJgf385A




La escalera
Ed. OQO, Pontevedra, 2012
Beatriz Montero & Raúl Nieto Guridi
12,90€ | 978-84-9871-384-8
28 págs. | cartoné | 25x23 cm |
mayo 2012
El cartero subió, subió, subió por la escalera.
Llamó a la puerta:
¡Din-don! ¡Din-don!
No había nadie.

Dejó la carta en el suelo…
… y bajó, bajó, bajó por la escalera.

Esta acción la repiten, con el mismo resultado infructuoso, el zapatero, el jardinero y el panadero. De este modo, encima de la carta depositada ante la puerta del cuarto piso acaban acumulándose un par de zapatos, un ramo de flores y una barra de pan hasta que entra en escena una niña resuelta y pizpireta.
Al igual que el resto de personajes, la pequeña sube por la ya conocida –para el lector– escalera hasta el también consabido cuarto piso. Una vez allí, el relato da un giro inesperado, gracias a la espontaneidad y picardía de la pequeña que resuelve con gracia y de inmediato toda la trama.
La escalera es un cuento original de Beatriz Montero que recrea la adquisición del lenguaje en los niños de corta edad. Cada peldaño es una pequeña conquista de su mente. El cartero, el zapatero, el jardinero y el panadero suben la escalera y van dejando los nombres de sus oficios y algunos objetos ante la puerta. De este modo, aprenden poco a poco nuevas palabras y conceptos. “No entienden todas las palabras que escuchan, pero la repetición les ayuda a grabarlas en su memoria”, subraya la escritora.
Con este cuento, Beatriz Montero pretende despertar las capacidades intelectuales de los más pequeños. Por eso, tiene una estructura sencilla y repetitiva que facilita la memorización y el juego de interacción con los niños. “Subir y bajar la escalera dota al cuento de un movimiento divertido, por donde pasan personajes con diferentes oficios”.
Cada oficio es un escalón necesario en la vida cotidiana, y todos son igual de importantes. El panadero hace el pan para comer, el zapatero arregla los zapatos para caminar, el jardinero cuida las plantas y los árboles, el cartero reparte las cartas y nos conecta con los que viven lejos.


domingo, 16 de diciembre de 2012

Mo Yan, un cuentacuentos Premio Nobel de Literatura 2012

Que le den el Premio Nobel de Literatura a un escritor que se define a sí mismo como cuentacuentos es muy raro. Pero más raro aún es que los que se dedican a contar cuentos de viva voz y en público, llámense a sí mismos como se llamen, cuentacuentos, narradores orales, cuenteros, griots, storytellers o como más les guste, no se hayan hecho eco de la noticia. Ni en España, ni en EEUU, ni en Francia, ni en Japón. Más raro aún. 



¿Les importará tres pitos la literatura?
Parece imposible. 
¿Les da rabia que un cuentacuentos gane el Premio Nobel? 
Sería suicida. 
¿Piensan que eso no tiene nada que ver con ellos/as?
Demasiado paleto. 
¿Les parecerá que Mo Yan es un intruso?
Qué más quisieran.
¿Le preocupará a Mo Yan que no le hagan caso los "profesionales" que se dedican a contar cuentos?
Sospecho que no. 

Pero como a mí sí me parece importante, dejo aquí sin más las palabras de Mo Yan, que no necesitan defensa ni apoyo, pero que merecen difusión. Para leer el discurso completo de recepción del Premio Nobel, titulado "Cuentacuentos", visita la página oficial del Nobel Prize:



© FUNDACIÓN NOBEL 2012

Discurso Nobel

7 diciembre de 2012
By Mo Yan
Cuentacuentos

"...Una vez vino un cuentacuentos a nuestro mercado. Yo me escaqueé de los trabajos que me había asignado mi madre y fui allí en secreto a escuchar los cuentos. Mi madre me criticó por ello. Por la noche, cuando mi madre se disponía a confeccionar las chaquetas de invierno bajo la débil luz de la lámpara de aceite, no pude controlarme y recité los cuentos que había aprendido durante el día. Al principio, ella no tenía ganas de escuchar ni una palabra porque le parecía que ser cuentacuentos no era una profesión normal y que los cuentacuentos eran personas charlatanas y unos farsantes; además, los cuentos que contaban no versaban sobre cosas buenas. No obstante, poco a poco le fueron atrayendo los cuentos que le recitaba. Más adelante, cada vez que se celebraba la feria, mi madre no me asignaba ninguna tarea; me había dado un permiso implícito para ir a escuchar los cuentos. Para recompensar su gratitud y también para presumir de mi buena memoria, le recitaba con todo detalle todos los cuentos que había escuchado durante el día.
Al poco tiempo, no me satisfacía recitarle los cuentos de los cuentacuentos tal cual, así que me inventaba detalles durante mi relato. Con el propósito de que le gustaran a mi madre, creaba unos nuevos párrafos e incluso modificaba el final del cuento. La audiencia no se limitó solo a mi madre, sino que mi hermana, mis tías y mi abuela también formaron parte. Hubo veces en que después de escuchar el cuento, mi madre expresaba sus preocupaciones. Parecía que se estaba dirigiendo a mí pero también podría ser que estuviera hablando consigo misma: “Hijo mío, ¿que vas a hacer en el futuro?, ¿quieres ganarte la vida contando cuentos?”.
Como dice un refrán chino: Es fácil cambiar de dinastía, es difícil modificar la personalidad y aunque mis padres me habían educado con mucho cuidado, no consiguieron cambiar el hecho de que a mí me gustara hablar. Esto le había dado un sentido irónico a mi nombre Mo Yan que significa “no hables.

...
Después de abandonar el colegio, me exilié entre los adultos y empecé un largo periodo deleer con las orejas. Hace doscientos años, en mi provincia natal, vivía un cuentacuentos que era un genio: El señor Songling Pu. Muchos de mi pueblo, incluido yo mismo, somos sus herederos. En el campo de la comunidad, en la granja de la brigada de producción, en la cama de mis abuelos, en el tembloroso carro tirado por el buey, había escuchado muchos cuentos sobre fantasmas y duendes, muchas leyendas históricas, anécdotas interesantes que estaban estrechamente vinculadas con la naturaleza local y la historia familiar, y me habían producido una clara sensación de realidad.
...
...Tengo que confesar que en el proceso de creación del distrito Dongbei de Gaomi en mis obras, William Faulkner, el escritor estadounidense, y García Márquez, el escritor colombiano, me han inspirado mucho. ...
Lo que hice fue muy sencillo: contar mis cuentos a mi manera. Mi manera es la misma de los cuentacuentos del mercado de mi pueblo, a quienes conocía muy bien; es también la manera de mis abuelos y los ancianos de mi pueblo natal. Sinceramente, cuando cuento mis cuentos, no puedo imaginar quiénes serán mis lectores. A lo mejor, es alguien como mi madre, o alguien como yo.
..."
Al final de su discurso continuó diciendo:
"No quería comentar nada más, pero teniendo en cuenta el momento y el lugar siento que debo hacerlo, así que les hablaré de la única manera que sé.
Soy un cuentacuentos y sigo queriendo contarles cuentos."

Mo Yan contó un cuento:
"Permítanme contarles el último cuento que me contó mi abuelo hace muchos años: Hubo ocho albañiles que salieron de su pueblo natal para buscar trabajo. Para resguardarse de la tormenta que estaba a punto de caer, todos entraron en un templo en ruinas. Los truenos se sucedían, los relámpagos iluminaban el oscuro cielo, unos extraños sonidos penetraban por la puerta del templo y parecían los rugidos de un dragón. Todos estaban muertos de miedo, y sus rostros se habían vuelto pálidos. Uno de ellos comentó: “Es señal de castigo celestial. Entre nosotros debe haber alguien que ha hecho algo malvado. ¿Quién es ese maldito? Sal ahora mismo. Sal para recibir tu condena celestial y para no extender la mala suerte entre nosotros”. Obviamente, nadie quería salir fuera. Otro propuso: “Como nadie de nosotros quiere salir, arrojaremos nuestros sombreros de paja fuera y el que no vuelva significará que su dueño es la persona de la que estamos hablando. Entonces, le pediremos que se vaya”. Todos asintieron y lanzaron sus sombreros afuera. Solo un sombrero quedó en el exterior y los demás volvieron dentro. Los siete albañiles querían echar del templo a la persona cuyo sombrero había quedado fuera. El chico se negó a aceptar esa decisión. En ese momento, los siete jóvenes le cogieron y le expulsaron a la fuerza. Supongo que a estas alturas ya habrán adivinado el final del cuento: En el mismo instante en que le expulsaron el templo se hundió y los siete chicos murieron.
Soy un cuentacuentos.
Me han dado el Premio Nobel por mis cuentos.
Después de haber sido premiado han ocurrido muchas anécdotas maravillosas que serán parte de mis próximos cuentos y que me hacen creer en la existencia de la justicia y la verdad.
En el futuro seguiré contando cuentos.
¡Muchas gracias por su atención!"

Traducido del chino por Yifan Li en colaboración con Cora Tiedra Garcia.

martes, 4 de diciembre de 2012

Cuando un imbécil te critica / Jerk critic

Cuando un imbécil te critica sin apenas conocerte es porque 
a) siente envidia, 
b) te tiene miedo, 
c) tiene complejo de inferioridad, 
d) las tres cosas a la vez. 

Así que nunca discutas con un idiota: te verás obligado a descender a su nivel y entonces, con su experiencia, te derrotará.

La mayor crueldad es no darles respuesta: la indiferencia les mata.


When a jerk criticizes you, and he/she barely knows you, it is because
a) He/she is envious of you,
b) he/she is afraid of you,
c) he/she has an inferiority complex,
d) all three at once.

So never argue with idiots: you'll be forced to descend to their level and then, with their  experience, they will defeat you.

The greatest cruelty is not answer them: indifference will kill them.


lunes, 12 de noviembre de 2012

Dando una conferencia en Kuala Lumpur, Universidad de Malaya, Malasia

La semana pasada estuve participando con una conferencia en una sesión plenaria dentro del Festival Sestara Kanak-Kanak de Literatura Infantil, en la Facultad de Artes y Ciencias Sociales de la Universidad de Malaya (la más importante de Kuala Lumpur), invitado por el IBBY (International Board of Books for Young People) de Malasia. Todo en inglés, claro.
El vicerrector me invitó a impartir un curso de seis meses durante el próximo año, ya verenmos.
Bea estuvo contando cuentos durante la misma semana. También en inglés, claro.

Una gozada. Buena gente. Un país con futuro, multicultural, multirracial, multirreligioso. Y son capaces de convivir y compartir sin problemas. Todo un ejemplo.

martes, 30 de octubre de 2012

Lecture in Kuala Lumpur, Fantasia Membaca Festival


Children's Literature Festival 2012 "Fantasia Membaca" begins next Thursday, November 1. It will take place at the University of Malaya (Kuala Lumpur). It is the most important Festival related to Children's Literature in Malaysia. This Festival presents local and foreign speakers who are actively involved with children’s literature. The international guests came from Japan, Iran, Spain and Thailand.  

Beatriz Montero will participate as an international storyteller. She will tell stories in English at Faculty of Arts and Social Sciences at the University of Malaya on Friday, November 2 (16 to 17h).

Enrique Paez will give a plenary lecture about "Resources on Creative Writing" for teachers and writers in the Lecture Hall B (Dewan Kuliah B) also in the Faculty of Arts and Social Sciences, University of Malaya, on November 3.

The activities are designed for teachers, writers, storytellers, illustrators, librarians, children, and anyone interested in Children's Literature.

There will be different activities such lectures, storytelling, Kamishibai workshops, musical theater, painting workshops, author meetings, visits to Petronas, creative writing contest, puppets and much more.

Organised jointly by the Department of Media Studies, Faculty of Arts and Social Sciences, University of Malaya, Malaysia Board on Books for Young People (MBBY) and Perbadanan Kota Buku Malaysia,

For more information click here.


domingo, 14 de octubre de 2012

¡Hagamos la Revolución!


Miguel Hernández dijo "Nunca medraron los bueyes / en los páramos de España". Fue hace mucho tiempo. Ahora somos un país de bueyes.

¿Cuánto tiempo necesitamos para darnos cuenta de que los que nos han estafado, y arruinado nuestro futuro, son los mismos que están gobernando, dirigiendo los bancos, y robándonos con impuestos?

¿Qué más necesitamos para empezar una Revolución?
A fin de cuentas lo único que podemos perder son nuestras cadenas.

viernes, 12 de octubre de 2012

La caída del imperio

Europa bosteza. Se aburre. La vieja ensoberbecida y apolillada aún fantasea con ser algo, con ser alguien, cuando ya no es más que un aparador desvencijado.


España se ahoga en el vómito de sus banqueros, alcaldes, obispos, diputados y aristócratas. Y asfixia a una generación condenada al fracaso antes de haber nacido.

César Vallejo está muerto, y ya nadie va a gritar aquello de "Niños del mundo, si España cae, digo, es un decir, salid, niños del mundo, id a buscarla."

Desde Malasia, con espanto, solo escucho el ruido que provoca la caída del imperio.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Deconstrucción de “El gato que está triste y azul”

Sostiene Roberto Carlos en su famosa canción que uno de sus quehaceres era Cuando era un chiquillo, que alegría, jugando a la guerra noche y día”. Así vamos mal, claro. Son los dos primeros versos, que yo no me lo invento.


Pero eso no tiene demasiada importancia, de momento, excepto para afirmar, ya desde ese inicio, que el narrador es intradiegético, y cuenta la historia en primera persona. Desde el yo, personal, y omnisciente solo sobre sí mismo, si es que se conoce un poco y no se autoengaña, como casi todos. Y limita su omnisciencia, por tanto, a lo privado, y pasado o presente. No más. Y a lo que le alcanzaren los sentidos y fuere capaz de interpretar.

El problema está en que Roberto Carlos, que es brasileño, pero no es futbolista, porque  entre otras cosas es cojo desde hace muchísimos años, y nunca le intentaron contratar en el Real Madrid, al menos no para jugar al fútbol, digo, que Roberto Carlos, poco después, en la misma canción, dice que “El gato que está triste y azul nunca se olvida que fuiste mía”


Y lo dice varias veces, porque es el estribillo. Y hasta lo repite en el título, por si nadie se había enterado.


Pero digo yo, ¿Cómo va a saber el narrador, el cantante, Roberto Carlos, ese que jugaba con alegría a la guerra noche y día, que el gato “nunca se olvida que fuiste mía”? ¿Acaso se lo ha dicho el gato? Eso es cosa bien difícil, habremos de convenir. ¿Habla o entiende Roberto Carlos el idioma gatuno? Yo creo que no, ni él, ni Rudyard Kipling, ni Jack London, ni San Francisco Javier, por más que se hagan amigos de todos los animales del barrio. El narrador en primera persona no puede ser omnisciente, y no puede saber los pensamientos de los gatos que no sean él mismo. Y Roberto Carlos no es el gato. 

Por cierto, no hay temas menores en el estudio o la hermenéutica del texto, que conste. El autor de este artículo, Enrique Páez, se sitúa al margen de las batallas entre apocalípticos e integrados, y piensa, como el chileno Ariel Dorfman, que más vale vigilar al enemigo de cerca, porque siempre es de clase. Clase social, no escolar. 

Así que Roberto Carlos, o el narrador de “El gato que está triste y azul”, miente. Se contradice según todas las leyes de la narratología. Es un narrador inconsistente, fulero, bocazas. Y eso sin necesidad de irse a las cualidades del gato, que en ese momento, para definirlo, es aquel que “está triste y azul”. Ese, y no otro. Pero si está triste (tal vez se pueda deducir por su comportamiento hosco y huraño, aunque bien parece que eso es trasladar emociones humanas a los gatos, pero bueno, vale, tiene un pase), pero que además de triste esté azul, eso no tiene sentido. 


Que esté ahora triste, y luego contento, pues bueno, es un gato neurótico, como tantos. Pero que esté azul… no puede ser. Ya es difícil que sea azul, pero tal vez sea una marca de nacimiento, y resulta que es azul. O puede ser un gato transgénico. Pero no. No es que "sea" azul, es que "está" azul. Lo que quiere decir que otras veces no está azul. Cambia de color. ¿Como los camaleones? ¿Acaso va al tinte una vez por semana? ¿Qué coño le pasa a Roberto Carlos, es que no puede escribir y cantar un solo verso con algo de sentido común?

Esta no es una canción surrealista del movimiento Dadá, que conste. Ni un experimento de la gramática generativa y transformacional de Chomsky. No. Aquí no vale compararlo con lo de Paul Éluard  de que “Los elefantes son contagiosos”, porque Roberto Carlos no pretente desnudar las estructuras del idioma con deconstrucciones que dejen la semiótica al descubierto. Para nada. A Roberto Carlos simplemente se le va la puta olla a Camboya, y hasta ahora nadie se lo había dicho.

Y eso solo ribeteando el entramado textual, que tiene un acompañamiento musical y vocal de importancia, porque si no, no nos sabríamos de memoria esa memez antinarratológica. Aunque también habrá quien diga que la pieza melódica es la que tiene un acompañamiento textual que le sirve de soporte sonoro a la voz de Roberto Carlos. Se entiende, claro, porque esa canción no sería la misma cantada con la voz de pito de Ana Torroja que con la voz molona y mojabragas de Manolo Otero (el antiguo novio de María José Cantudo, hay que ser muy viejo para saber de lo que hablo). 


Nota al margen: Lo de molona y mojabragas es una imagen robada a Ángel Zapata, que me perdone, pero ya me habría gustado a mí haberla inventado así, a pelo, y entrar en el Parnaso para la eternidad. 

Pero digo que de las conexiones entre el texto, el paratexto y el contexto deberían interesarse la Pragmática con Umberto Eco a la cabeza, el estructuralismo de Barthes, la deconstrucción de Derrida, y la Lingüística del Texto. Yo no. 

Yo ya no doy más de sí, porque después de oírle a Ángel cantar esa canción en el karaoke que está en el sótano de la Plaza de los Mostenses de Madrid, a medio camino entre el cine Azul y el restaurante Da Nicola, dentro del parking,  (que de ahí veníamos, después de cenar con la gente del Taller de Escritura), ya no me la puedo quitar de la cabeza.

Y eso que han pasado más de diez años ya.

jueves, 20 de septiembre de 2012

En los Wats del norte de Tailandia

En Chiang Mai, al norte de Tailandia, hay muchos más templos budistas que farmacias. Es otra manera de curarse, al menos del espanto este de vivir al borde del primer abismo del siglo XXI.



Las túnicas de los monjes van cambiando de color, del marrón al naranja claro, según ascienden en jerarquía y sabiduría. O a lo mejor es que el color se les va desgastando con los años de lavados. 

Los niños monjes juegan a la pelota junto a los estanques de nenúfares en los patios de los templos, pero les gustaría tener un móvil 4G conectado a Internet con aplicaciones de Android, como todos los niños del mundo, pero estos micromonjes se aguantan y rezan y juegan a los mismos juegos desde hace 700 años, en los mismos Wats renovados de Chiang Mai, al norte de Tailandia. 



Tailandia es de otro color. Este es el menú restaurante callejero de Chiang Mai, intramuros de la ciudad vieja. Precio medio por comida y persona: 1 euro (bebida incluida).

domingo, 9 de septiembre de 2012

Bartleby, preferiría no hacerlo

“I would prefer not to”, repetía testarudo Bartleby el escribiente cada vez que le pedían que hiciera algo que él no quería hacer. Y no lo hacía. ¿Por qué? Simplemente he would prefer not to, punto pelota. Herman Melville sigue vivo después de 120 años de su muerte a través de sus historias.


Dicen que Bartleby es el único personaje central, protagonista de una historia literaria, que rompe con las leyes de la narratología al ser un ser inactivo, reacio al movimiento, letárgico, que no avanza, ni cambia, ni toma decisiones, ni hace con sus actos que la historia crezca (las catálisis de Barthes en el Análisis estructural del relato).

Yo no lo veo así. Bartleby es para mí, el Ghandi de Wall Street, el primer insumiso,  un activista de la inacción, un protoindignado empapado de filosofía zen. Su resistencia es mucho más proactiva que los maravillosos secundarios comnpañeros de oficina Turkey, Nippers y Ginger Nut.



Me gustaría repetir, como un mantra, a muchas órdenes, solicitudes y demandas, lo mismo que Bartleby.


Márchate a Alemania a buscar trabajo.
I would prefer not to (preferiría no hacerlo).

Cásate.
I would prefer not to (preferiría no hacerlo).


Vota.
I would prefer not to (preferiría no hacerlo).

Compra bonos del Estado.
I would prefer not to (preferiría no hacerlo).

Renuncia a tus derechos sindicales.
I would prefer not to (preferiría no hacerlo).

Obedece.
I would prefer not to (preferiría no hacerlo).

jueves, 30 de agosto de 2012

Cien mil visitas

Hace unos días, no sé cuántos, pero pocos, este blog llegó a las 100.000 visitas. Han pasado algo más de cuatro años desde su inicio en 2008, unos centenares de entradas, muchos microcuentos, desvaríos, quejas, poemas, noticias, secretos, y hasta novelas (dos y media, una de ellas ya publicada con el nombre de "Cuatro muertes para Lidia").
Cien mil gracias por vuestras visitas.
Cien mil abrazos por vuestros comentarios.
Cien mil besos por vuestro apoyo. 

lunes, 27 de agosto de 2012

Con Teresa Andruetto en el IBBY de Londres

En el Instituto Goethe de Londres nos encontramos con la Premio Andersen 2012 (algo así como el Premio Nobel de la Literatura Infantil y Juvenil). Nos la presentó la bibliotecaria del Instituto Cervantes. Es la primera vez en más de 40 años que le dan ese premio a alguien que escriba en español. Teresa Andruetto es de Córdoba, Argentina, e intercambiamos libros y consejos.

Ella se queja de que los libros suyos, y los de los autores argentinos de la LIJ en general, apenas llegan a España, y yo me quejo de la inversa. A fin de cuentas el tema de este Congreso del IBBY era "Crossing Boundaries: Translations and Migrations".
Luego, por la tarde, recibió el Premio en el Museo de las Ciencias, en la ceremonia de cierre del IBBY 2012, con un discurso hermoso.
El próximo IBBY será en México, en el 2014. 

lunes, 20 de agosto de 2012

IBBY 2012: El mayor congreso de LIJ del mundo

Cada dos años se celebra el Congreso del IBBY en un país diferente. El último fue en España, en 2010, en Santiago de Compostela, y el próximo será... a finales de esta misma semana en Londres. Allí estaremos Bea y yo, participando con un seminario y un póster.

Ya estuvimos en el de Santiago de Compostela en el 2010, donde Bea dio una charla sobre Bebecuentos. Allí nos encontramos con Pep Durán, Anne Pellowski, Patrick Ryan, Antonio Rodríguez Almodóvar, Jordi Serra i Fabra, Gonzalo Moure, Victoria Fernández, Margareth Leam, Luisa Mora, Manuel Rivas, Paloma Sánchez Ibarzábal, Geta Wolf, Tea Bendix, y unos cuantos más. Días hermosos.

Yo estuve también en el de Cartagena de Indias del 2000, con Alekos, y Alicia Barberis, Yolanda Reyes, Triunfo Arciniegas, Luciana Savagnet, Silvia Castrillón y muchos más.

Ahora toca el reencuentro con tantos amigos. Y presentar nuestros proyectos: yo llevo el de "Historias para cambiar el Mundo / Stories to Change the World", y Bea con "Two Worlds / Dos Mundos: Bilingual Storytelling in India and Spain".  Todo en inglés, of course.


IBBY es la Organización Internacional para el Libro Juvenil, por las siglas inglesas de International Board on Books for Young People. Wikipedia señala que es un colectivo internacional de asociaciones y personas interesadas en fomentar la lectura entre los niños y jóvenes. Se fundó en Zúrich en 1953 y hoy tiene su sede en Basilea. En la actualidad cuenta con más de sesenta secciones nacionales.

Congresos internacionales del IBBY entre 1998 y 2014

2014 México, D. F.
2012 Londres
2010 Santiago de Compostela
2008 København
2006 Macau
2004 Ciudad del Cabo
2002 Basel
2000 Cartagena de Indias, Colombia
1998 Nueva Delhi



viernes, 17 de agosto de 2012

¡NO PASARÁN!

"¡No pasarán!", en español, dice la camiseta que lleva puesta Nadezhda Tolokonnikova, del grupo punky Pussy Riots, juzgada en Moscú por cantar contra Putin en la catedral ortodoxa. 

Es el mismo eslógan que usaron los republicanos madrileños que resistían contra el ejército de Franco. 

La historia se repite siempre con matices diferentes. 

A estas alturas de la crisis provocada por los bancos y los gobiernos, deberíamos todos llevar puesta una camiseta igual. 


lunes, 13 de agosto de 2012

IBBY 2012 Londres y César Vallejo

Ya tengo casi terminado el póster para el próximo IBBY (International Board on Books for Young People) dentro de 10 días en Londres: "Stories to Change the World / Historias para cambiar el mundo". Se esperan más de 700 asistentes de 50 países. En el Imperial College. 

El mío será el único póster procedente de España, aunque sí habrá otros seminarios. 
Habrá algunos amigos y amigas, del IBBY anterior (Santiago de Compostela), de las editoriales, escritores, ilustradores. 

Se acabaron las olimpiadas, y ya quiero llegar.  


Beatriz impartirá el Seminario 25 "Oral Storytelling and Translation: Two Worlds' a bilingual Storytelling project in India and Spain" , y contará cuentos, por supuesto. 

¿Alguien más se apunta?


http://
www.ibbycongress2012.org/

Y como sigo pensando que hay que leer más poesía, aquí pongo una de César Vallejo, La masa, que tiene mucho que ver con mi póster:

Al fin de la batalla, 
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre 
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!» 
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. 

Se le acercaron dos y repitiéronle: 
«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!» 
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. 

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil, 
clamando «¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!» 
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. 

Le rodearon millones de individuos, 
con un ruego común: «¡Quédate hermano!» 
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. 

Entonces todos los hombres de la tierra 
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; 
incorporóse lentamente, 
abrazó al primer hombre; echóse a andar...


martes, 7 de agosto de 2012

A las barricadas

Desde hace tiempo que sabemos, ya sin disimulo, a dónde van nuestros impuestos. La banca, los bancos, ese tragaldabas insaciable, necesita que paguemos muchos más impuestos para llenar su panza sin fondo. Se quedarán, se están quedando, con nuestro dinero, con nuestros salarios, con las jubilaciones, con el derecho a cobrar el paro. Destrozarán, están destrozando, la educación, la sanidad, nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos, condenados a convertirse en una generación perdida. Una generación condenada a la miseria laboral, económica y mental. Mucho más despojada que aquella que vivió la guerra y la posguerra.


Hace casi 30 años Golpes Bajos Caligari decía que eran malos tiempos para la lírica. Yo creo que es momento de volver a la poesía radical, combativa. La de Miguel Hernández (Nunca medraron los bueyes en los páramos de España), la de Gabriel Celaya (Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales), la de Blas de Otero (Esto es ser hombre, horror a manos llenas), la de Ángel González (Lo había perdido todo: / amor, familia, bienes, esperanzas. / Y se decía casi sin tristeza: / ¿no es hermoso, por fin, vivir sin miedo?).

Para empezar, propongo ir ensayando una canción inspiradora. Un himno revolucionario. Empecemos a cantar, a voz en cuello:

Negras tormentas agitan los aires,
nubes oscuras nos impiden ver,
aunque nos espere el dolor y la muerte,
contra el enemigo nos llama el deber.

El bien más preciado es la libertad,
hay que defenderla con fe y valor.

Alza la bandera revolucionaria
que llevará al pueblo a la emancipación,
alza la bandera revolucionaria
que llevará al pueblo a la emancipación.

En pie pueblo obrero, a la batalla,
hay que derrocar a la reacción.

¡A las barricadas, a las barricadas,
por el triunfo de la Confederación!
¡A las barricadas, a las barricadas,
por el triunfo de la Confederación!

viernes, 3 de agosto de 2012

¡Acaban de publicar otro libro mío en Brasil!

Es una novela de misterio y aventuras. "Esther, Juan e Bia em: O Sequestro" . Con al mejor editorial, Aletria (Belo Horizonte), y las mejores editoras: Rosana Mont'Alverne y Juliana Flores . Imprescindible. Más contento no puedo estar. 


http://loja.grupoe10.com.br/catalog/product/view/id/27/s/esther-juan-e-bia-em-o-sequestro/

A primeira aventura dos irmãos Esther e Juan e da amiga Bia chega finalmente ao jovem leitor brasileiro. O mistério começa no quarto da pequena Martita, onde a família instalou um receptor/emissor de ruídos. O aparelhos começa a receber interferências e, certa noite, Esther escuta inquietantes conversações telefônicas: o planejamento de um sequestro.

martes, 31 de julio de 2012

Reseña de CUATRO MUERTES PARA LIDIA


Gracias a Cris Monteoliva por esta reseña en su blog 


CUATRO MUERTES PARA LIDIA. Enrique Paez


Título: Cuatro muertes para Lidia
Autor: Enrique Paez
Editorial: Bruño
Págs: 128
Precio: 8,90 €

La adolescencia puede ser una etapa muy feliz, aunque también una época un tanto confusa y llena de obstáculos que salvar. La cosa se recrudece si algo grave ocurre cuando, digamos, tienes quince o dieciséis años. Llegar a la edad adulta sin alguna cicatriz se hará cada vez más difícil conforme comiences a entender ciertas cosas, a raíz de dicho incidente grave o de otros sucesos posteriores. Y si no me crees, adéntrate en “Cuatro muertes para Lidia”, la nueva novela de Enrique Páez de la que hoy os hablaré.
Todo arde alrededor de Lidia, su hermano Carlos y su padre, y salir del pueblo, a pesar de la incertidumbre de lo que habrá más allá de las llamas, se convierte en la máxima de las prioridades. El objetivo está claro en las mentes de los tres: hay que encontrar a mamá, separada de ellos hace tiempo, y construir juntos un futuro viable. De si lo conseguirán o no, de qué es lo que les depara ese futuro, te enterarás solo si te decides por este libro juvenil y apocalíptico de ritmo trepidante.
Como decía antes, la adolescencia es a veces una etapa complicada. Porque no, no es nada fácil dejar de ser niño, abrir los ojos a eso que llaman realidad, aceptar que pronto serás un adulto en un mundo de adultos y nadie podrá protegerte de los monstruos que están por venir. Pocos, eso sí, podrán decir que han vivido su etapa final de adolescente literalmente entre llamas, tal y como lo hace Lidia, la narradora y protagonista de esta novela de aventuras apocalípticas.
La verdad es que Lidia ya lo tenía difícil como adolescente antes del fuego: su hermano gemelo murió cuando ella era aún demasiado pequeña como para entender las crueldades de la vida, su hermano mayor tiene la edad mental de un chico de cinco años (lo que la obliga a cuidar de él continuamente) y, para, colmo, no sabe si Héctor, el muchacho que le gusta, es o no su novio. El fuego no hace más que empeorar las cosas: separando a su familia, forzando a su padre a guiarla a ella y a su hermano por un camino incierto, poniendo cada vez más obstáculos en la carretera al infierno… ¿Merecerá la pena tanto esfuerzo?
Dicen que lo que importa es el viaje, no el destino final. Esto resulta absolutamente cierto en “Cuatro muertes para Lidia”, una novela corta pero terriblemente intensa donde lo que cuenta es la evolución de los personajes a lo largo de sus páginas, tanto física como mentalmente. El camino se encargará de ponérselo cada vez más difícil a todos, aunque, como ya imagináis, sabrán superar los obstáculos hasta el incierto destino. No sin cicatrices, eso sí. Porque esta no es una historia de superhéroes invencibles, sino de personas normales intentando sobrevivir a pesar de todo.
Por último, no hay que olvidar que, además de una historia de trasfondo psicológico y casi filosófico, “Cuatro muertes para Lidia”, es una novela apocalíptica, con todos los elementos que pueden atraer a los amantes (jóvenes o no tan jóvenes) de este género tan de moda últimamente: una catástrofe natural de origen desconocido, unos personajes que se rinden mientras otros deciden seguir adelante pase lo que pase, monstruos con forma de hombres, enfermedades del pasado que vuelven al presente tal vez para quedarse, personas que se sacrifican por otras, escenas crueles pero necesarias, y, sobre todo, mucha, pero que mucha emoción.
“Cuatro muertes para Lidia”, en definitiva, es una novela breve que, sin embargo, tanto te dará que pensar durante y después de la lectura. Atrévete ahora a emprender el viaje junto a Lidia y su familia, en busca de un futuro mejor más allá de las llamas, y descubre lo duro que puede ser el camino para esta adolescente que, ya tan joven, ha de cargar con tantos pesos sobre su espalda. ¿Llegarás al final del camino sin una cicatriz? ¿Conseguirás olvidarte de Lidia tan fácilmente? ¿Me harás caso y te decidirás por este libro sin que yo tenga que seguir haciendo preguntas retóricas?
La adolescencia es para casi todos una montaña rusa de emociones que superamos como podemos. Aunque siempre hay quien lo tiene más difícil. Dime si no es cierto después de leer “Cuatro muertes para Lidia”, una novela que sin duda te sorprenderá.
Cristina Monteoliva

jueves, 26 de julio de 2012

Entrevista y reseña en La Biblioteca Imaginaria


Conversando en diferido con ENRIQUE PAEZ


Comenzamos esta nueva actualización veraniega de La Biblioteca Imaginaria con la refrescante entrevista que tan amablemente nos ha concedido vía email el escritor y profesor de escritores Enrique Paez.
Enrique, autor de numerosas obras juveniles de éxito tanto dentro como fuera de las fronteras españolas, ha publicado recientemente “Cuatro muertes para Lidia”, una novela apocalíptica de gran profundida que, como siempre, veréis reseñada tras este artículo (¡No seáis impacientes!). Hablamos con él sobre este tema, pero también sobre otros. Si queréis saber cuáles, no dejéis de leer esta entrevista. Yo os dejo ya con ella:

¿Cuándo comenzaste a escribir?
A las trece años, como casi todos los adolescentes. Empecé con un diario, poemas, quejas, cartas y reflexiones metafísicas. Luego, poco a poco, se fueron colando todos los personajes a esa fiesta de la escritura.

¿Y cuándo supiste que la escritura era algo más que una afición?
Siempre lo supe. La escritura, en mi caso, es una prolongación de mi brazo, un desagüe de mi cerebro. No concibo la vida ni el pensamiento sin la escritura.

¿Por qué literatura juvenil?
Quizá por identificación personal. Yo sigo siendo un poco adolescente en muchos aspectos, y no me cuesta nada adoptar sus procesos mentales. Los conceptos de justicia, amor, dolor, honor y poder están más agudizados y más equilibrados en la mente adolescente.


Además de escritor, eres profesor de escritores. ¿Cuál de tus dos facetas te resulta más fácil?
Es mucho más fácil enseñar que ejercer. Para escribir hay que dejarse la piel en el papel, mientras que enseñar a escribir se hace desde un lugar más retirado, más protegido. Las dos son tareas placenteras, pero la de escribir es mucho más arriesgada.

Como profesor publicaste hace unos años “Escribir. Manual de técnicas narrativas”, un libro por el que aún muchos lectores de mi blog personal me siguen preguntando. ¿Te has planteado escribir una segunda parte para seguir ayudando a los escritores noveles?
Alguna vez lo he pensado. No tanto una segunda parte de técnicas narrativas para ayudar a romper el bloqueo literario, sino una ampliación en torno a cómo y qué comentar en los escritos de otros, una especie de guía para profesores de escritura creativa a partir de mi experiencia personal.


¿Cómo surgió la idea de escribir “Cuatro muertes para Lidia”?
A raíz de la muerte de mis padres, con 15 días de diferencia uno del otro, yo me vi ante un espacio personal devastado. Sabía que tenía que escribir una novela de viajes, de superación, de crecimiento, de tránsito de un lugar a otro. Tenía modelos tan ilustres como la Odisea, o el Quijote, pero la clave estética del espacio arrasado me la dio Cormac McCarthy con “La carretera”. No es el mismo espacio, ni los personajes, ni el trasfondo, ni siquiera el punto de vista narrativo, pero sí el mismo universo estético. Es una propuesta de escenario minimalista, casi inexistente, para que los personajes destaquen sobre el fondo negro.

¿Se parece Lidia a alguien que conozcas o es un personaje totalmente ficticio?
Lidia se parece a mí, inevitablemente, aunque tenga otro sexo y otra edad. Como decía Flaubert: “Madame Bovary, c'est moi”. Todos los personajes son trasuntos del autor, por identificación o por rechazo. Y se parece también a mis dos hermanas, y a miles de adolescentes de ambos sexos.


¿Crees que sobrevivirías en el mundo de Lidia?
Ya lo he hecho. Ese mundo apocalíptico destruido no es más que un espacio subjetivo, es el mundo visto desde los ojos de una adolescente en un momento de su vida. Todos hemos vivido momentos así a lo largo de nuestra vida, y podemos sobrevivir a esos tiempos terribles. Esa es la esencia de la “resiliencia”, la capacidad para sobreponernos y continuar viviendo, aunque con cicatrices y memorias oscuras, claro está. 

¿Qué futuro le puede deparar a una joven como Lidia en un mundo tan devastado?
Ahora mismo casi parece que ese futuro devastado está más cerca que nunca, por culpa de los bancos y los gobiernos. A pesar de todo yo creo en la capacidad de regeneración del ser humano. Puede que tarde, pero todos los bosques vuelven a crecer después de un incendio. 

¿Qué esperas que encuentres los lectores en “Cuatro muertes para Lidia”?
Espero que encuentren esperanza a pesar de tener ante ellos un futuro que parece muy oscuro. Y espero que encuentren un modelo solidario como el de Lidia, para continuar. Y espero que encuentren consuelo al dolor de ser, simplemente, adolescentes.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Tengo varias novelas esperando a ser escritas girando como planetas alrededor de mi cabeza, y estoy en la fase de selección. Al final sé que no seré yo, sino ellas, o ella, la que se imponga y exija ser escrita de modo inmediato, sin posibilidad de dilación. Yo me convertiré en un intermediario, como decía Cortázar, entre la historia que quiere ser escrita, y el lector que la está esperando.

Muchas gracias, Enrique, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Esperamos que Lidia llegue a muchos lectores, y todas esas novelas que rondan tu cabeza pasen pronto al papel y las librerías.
Y a vosotros, amig@s lector@s, gracias por estar una vez más al otro lado de la pantalla, ¡también cuando hace tanto calor!

Cristina Monteoliva