martes, 2 de agosto de 2011

Creative Writing Tips

When writing a story try to follow these 11 tips

1st. Before starting to write, plan ahead your story: Think out what’s the story you want to tell about: main characters and major events. Maybe you already know the end before writing the first sentence: that's not bad.

2nd. Once you start writing, do not stop: Keep your hand moving. Write and write telling the story with many details (they will appear while you write). When writing, do not worry about punctuation, or spelling, or syntax. You can correct it at the end, when you've finished your story, not while you’re writing it.

3rd. Keep from beginning to end the same point of view of the narrator: Do not jump from first to third person, and vice versa, in the middle of the story. (Don’t write: “Andrew came downstairs, went out and bought the newspaper. I browsed and searched to find out the winning number in the lottery. It was mine! I was the winner!”) Don’t you see the bug? You must be able to maintain the same point of view from beginning to end in your story.

4th. Do not change tenses: If you go from past to present without realizing it, it’s a mistake. As in the previous case, jumping in a moment of peak action should be avoided: “When I went into the bank I met Julian. I recognized him immediately. I go out, I cross the street and I hide in a doorway...”

5th. Do not use telegraphic language: Describe the space, dialogues, gestures and actions with the necessary extension. Don’t be lazy. If the idea is clear in your mind, put it down with as much detail as possible.

6th. Avoid if possible the use of onomatopoeia and ellipsis: Writing isn’t a comic. In colloquial speech it could have primary use and aids communication, but in the world of writing, onomatopoeias must be described through their effects. Instead of writing: “Esther fell off the chair. Crash! Alas!,” it’ll be better to describe it: “The chair creaked and broke up making a big noise. Esther fell down, hit her forehead and gave a cry of pain.”

7th. Use adjectives and adverbs sparingly. From a misconception that literary language is the ornate, baroque and elaborate one, people try to imitate the great authors using a language that sounds “literary”. If I say: “The white, spongy and soft snow falls gently upon the roof,” I'm wasting words, because the snow itself has no other choice but to be white, spongy, soft, and falling gently.

8th. Use common words: To tell a story it is not necessary to resort to unusual or high-sounding words, but the naturalness, vitality and continuity of the scenes. If you describe a child on the beach who says: “Oh, Dad. Have you noticed how beautiful is that crustacean that lies beneath the sun?” No one believes it, because children don’t speak like that. So ask yourself: Do your characters speak within the text as real people speak in normal life? Use concrete nouns.

9th. Don’t write philosophical theses about loneliness, war, and love, but tell stories, fictional but concrete, starting with the names of the characters, buildings, streets and cities. Instead of tree, write pine, ash or acacia; instead of a car, write Peugeot 205 red type. Not a town, but Rome. Not a child, but Charles. Not a flower, but a white rose. Not a store, but Smithson’s Appliances.

10th. Fill your story with details and movement: A tale should almost always have “something” (an odd story, a conflict, a strong scene, an event). Make something happen (not necessarily tragedies), and be sure that your characters move and make gestures. Describe them using all senses (sight, hearing, taste, touch, and smell) in small, visual and tangible details. It is often the magic of a well-described scene that catches the reader’s attention.

11th. Check all it when you’ve finished: Edit, change, cut the unnecessary, rewrite, add details and sharpen your text. Now is the right time to do it.

----

(c) Enrique Páez

sábado, 30 de julio de 2011

Derrida al habla

Cuenta Derrida, sí, Derrida, ese, Jacques, el de la deconstrucción, que existe un miedo a la escritura que aparece en los momentos en los que se está más despierto. Es decir, cuando no se

está escribiendo. Él, claro, porque dice que cuando escribe está en un estado no comatoso, pero desde luego no despierto. En el espacio transicional de Winnicot, supongo, o en estado de semitrance, o poseído, o abducido. El lenguaje es múltiple, y solo los fascistas insisten en que sea puramente denotativo, unidimensional, con campos semánticos cerrados y policías lingüísticos en la frontera, para que las palabras sin papeles no se cuelen y empiecen a manchar la decencia de la lengua. Hay palabras violadoras, de casta inferior, delincuentes. Las palabras populares, sobre todo, que además de ser las más usadas, se doblan, se retuercen, recogen significados perdidos, y lo dicen todo, para rabia de los comisarios de la lengua. Pero yo hablaba de Derrida, y me pierdo, como él, porque incluso digo que Derrida dice, y es mentira, porque Derrida murió hace unos poquitos años, menos incluso que Paul de Man, porque le dio tiempo incluso a escribir un libro sobre De Man y la deconstrucción norteamericana, él que era más francés que el cruasán, pero está muerto, así que no dice nada, sino que decía, claro, pero luego va Enrique y se encuentra un video en Youtube y de golpe Derrida está ahí, con el pelo blanco y la mano en la frente, que le pesa, que no puede ya aguantar más lo que va a decir, y por primera vez entiendo lo que dice, aunque habla en francés (no sé francés) con subtítulos en inglés (eso sí, uf). Y Derrida se pone a decir, ponía, ya lo sé, pero a mí sus palabras me llegan en directo con unos años de retraso, así que es presente del lector o del escuchador, que no todo el privilegio es el del autor, el lector y el oyente hacen la otra media parte del juego de la comunicación, así que es un diálogo con una pausa, una cesura en medio de unos pocos años, aún me acuerdo de la nota necrológica de El País, así que Derrida me habla, sin él saberlo, cuando los gusanos ya han devorado todas las neuronas de su cerebro, y yo lo cuento aquí, y a saber quién o cuándo lo va a leer, tal vez cuando ya esté muerto también, Cuando nada importe, como decía el uruguayo tumbado en su camastro de Avenida de América, Onetti, el Juntacadáveres, pero lo cuento a su estilo, emborronado, que lo que más me cabrea de Derrida es que me gusta, pero es casi imposible entender lo que dice cuando escribe, a ver quién tiene huevos para decirme que la de la Diseminación está chupado, que es como los poemas de Gloria Fuertes, pues no, padre, no, ni de coña, que su escritura es una escritura de tiburón, dándole vueltas a un concepto inasible, tal vez inefable, inédito, acercándose, acechándolo, desgastándolo, en círculos que cada vez son más cerrados, el tiburón, la dialéctica de Hegel, y en otro video contaban como en los años 60 Lévi-Strauss, sí, el antropólogo, el estructuralista, se pilló el cabreo de su vida cuando en el último homenaje que le hicieron en Harvard se plantó Derrida en la tribuna y desglosó el inicio de la decontrucción, y Lévi-Strauss se lo tomó como una sentencia de muerte al estructuralismo, y puede que sí, pero más bien parece que desde entonces hasta ahora ha habido un abandono de todo, incluido el generativismo y transformativismo de, ¿cómo se llamaba ese?, sí el que desde entonces hace más bien ensayos acerca de política y sociología, y ha dejado a sus alumnos de informática que sigan sus investigaciones de Inteligencia Artificial, tiene un nombre con una C dentro, y creo que una Y, ¿no sabes quién es?, joder, voy a tener que googlearlo para recordarlo, el nuevo almacén de la memoria, Wikipedia, ahí está, la gramática generativa proporciona un conjunto de reglas o principios que predicen correctamente las combinaciones que aparecen en oraciones gramaticalmente correctas para una determinada lengua, ideas básicas de modelos incluidos en esta corriente que tienen su origen en la teoría estándar formulada por Noam Chomsky, ya te lo dije, Noam Chomsky, no Chuck Norris, ese es otro, no creo que se conozcan, aunque quién sabe, y Derrida decía que cuando está muy cansado, al final de la jornada larga de escritura peleándose con la diferencia y el espesor de los significados, de pronto es más libre para escribir lo que le da la gana (ya no, claro, el muerto al hoyo), y le importa un guano lo que digan otros, pero después, por la mañana, bien despierto, duchado y desayunado, le entraban los miedos, los siete males, el canguelo, porque el fantasma de Lévi-Strauss se le aparecía exigiendo un poco de respeto, pero él sabía que tenía que escribir lo que que tenía que escribir, punto pelota, y que el venga detrás que arree, así que así lo llevaba a la imprenta, y yo que no lo entiendo a él ni en español ni en inglés cuando lo leo (escucharlo es mejor, se entiende algo), de pronto caigo en la cuenta de que lo que hace el hijoputa es retorcer el lenguaje no para que sea críptico y reducido a los acólitos iniciados, como los de Barthes, sino porque no quiere que el lenguaje signifique una sola cosa, no quiere permitirle la denotación capasignificados, sino que quiere el texto libre, descolocado, a veces incomprensible (muchas veces, desde luego), y que los críticos se jodan porque a lo inasible no se le puede poner un bozal, poner puertas al campo, pero la descontrucción también es eso, precisamente, quitar el marco de referencia, quitar los apoyos, dejar de repetir el hábitat que, según Bourdieu, otro que tal baila, es cualquier estructura estructurada que genera una estructura estructurante, lo juro, esa es la definición, que me la sé de memoria por los huevos que le echó al formularla, así que lo que dice Derrida, por una vez, tiene que ver con lo que dice, con desmontar las farsas de la lengua, las trampas del lenguaje, para ver si se puede decir algo por debajo, sin que el autor se dé cuenta, sin que el lector se dé cuenta, qué agobio, como esa novela de Malcom Lowry, Bajo el volcán, en la que el Consul se la pasa borracho el 90 por ciento de la novela, ciego de mezcal y tequila, y las palabras de pronto también parecen mareadas, y el propio lector vive en sus carnes, o en sus neuronas, la borrachera del protagonista en el México profundo. Quería contar más cosas de Derrida, pero tengo canelones para cenar, así que mañana más.

viernes, 22 de julio de 2011

Un trato bien simple

Aún faltaba media hora para amanecer cuando Paolo desanudó la cuerda que atrancaba la puerta y salió al campo abierto. Igual que cada día. No había luna, nunca la hubo, pero Paolo no necesitó luz alguna para llegar hasta el sembrado, apenas distante un kilómetro de la cabaña. Se situó mirando al este, como cada mañana, y empezó lanzar las semillas a los surcos, los pies descalzos sobre la tierra, saludando al sol que arañaba las cumbres de las montañas. A su espalda, la noche retrocedía acobardada, y Emilia se desperezaba en el camastro de paja. Emilia, la enamorada, cuerpo de violín, guayaba, fresa, estación terminal de todos los caminos.

A medida que avanzaba la mañana, mientras la siembra continuaba con la misma monotonía de todos los días, a Paolo le pareció escuchar a más de un kilómetro de distancia el ruido mínimo del agua escurriendo sobre la piel de Emilia, el sonido del cepillo desenredando su cabello, desanudando sueños, el roce del vestido sobre la piel iluminada, el aullido de las ventanas que se abrían.

La misma siembra cada día, durante semanas meses, años, décadas. Siempre la misma siembra, jamás la recogida. Ese era el trato. Las plantas jamás crecerían en esa tierra, jamás Paolo las recolectaría. Y a cambio siempre regresaría a casa al anochecer cansado y feliz, para comer apenas un bocado, y entregarse al cuerpo de violín de Emilia, la eterna enamorada.

El roble de la entrada estaba seco desde hacía más de doscientos años, desde que Paolo lo recordaba, y sin embargo siempre tenía trenzado en su rama más baja un ramo de flores silvestres recién cortadas.

El trato era bien simple, según Paolo: vivir siempre el mismo día, agotado y monótono hasta la extenuación, y morir siempre la misma noche en la que nunca habitó el desamor.

jueves, 21 de julio de 2011

Malena entre rejas

Desde hace año y medio Malena está encerrada en una celda cuadrada de 1,2 metros de lado.

Ni siquiera en diagonal puede dormir estirada, porque la diagonal no alcanza el 1,70 que ella necesita. La culpa es de Pitágoras, se ríe Malena, aunque no tenga ni puta gracia. Además lleva todo ese tiempo sin comer. Debería estar muerta desde hace mucho, pero el problema es que Malena ya estaba muerta antes de que la metieran en esa celda, y los muertos no mueren dos veces. Al menos no de hambre, ni de sed. Malena se aburre, qué remedio, y lo que más le aterra es que se hayan olvidado de ella, o que los vampiros que la encerraron allí hayan desaparecido, se hayan marchado a otro lugar, hayan sido exterminados.

Pero no. Los vampiros siguen allí, al otro lado de la puerta. Y el tiempo, que ciertamente es el que es, y que ha gastado año y medio de balde, no ha dejado la menor huella en Malena. Cirugía plástica de de ultratumba. Maravillas del formol y de la la ultracongelación. ¿Malena está congelada, como Walt Disney y los muslos de pollo de Mercadona, o en una urna de cristal bañada en formol como el pene de Napoleón?

Puede ser, pero ya va siendo hora de sacarla de esa celda, que le de un poco el aire.

Así pues, bajo el volcán Kracatoa hay un movimiento telúrico, una falla se disloca y la puerta de la celda de Malena se hace trizas. Deus est machina, Malena está libre.

Esa es la gran ventaja de escribir con respecto al cine: los autores tienen a su disposición todos los medios técnicos que quiera. ¿Un volcán? Pues marchando un volcán. Pero si prefieres un meteorito, yo desvío en un momento la órbita de Halley y te lanzo un pepinazo donde más te guste. También tengo centrales nucheares dispuestas a estallar, y a un sobrino de Bin Laden cabreado con cinco bombas en una camioneta.

Malena sale de la celda. Del armario. Del silencio.

Tiene un verano por delante, y hasta es posible que se enamore. Para eso se hicieron los veranos, ¿no?

martes, 21 de junio de 2011

Nuevo libro: "Eu me chamo Suzana, e você?"

Acabo de recibir 20 ejemplares de mi nuevo libro, publicado en Brasil: "Eu me chamo Suzana, e você?" (la traducción obvia: "Yo me llamo Susana, ¿Y tú?")

El libro es precioso, con unas ilustraciones de Maurizio Manzo (un italiano residente en Belo Horizonte, Minas Gerais). En mi próximo viaje a Brasil, que ojalá sea dentro de no tanto, tengo que darle un abrazo grande, de paternidad compartida, porque gracias a sus ilustraciones, el libro me ha parecido incluso mucho mejor de lo que ya era antes (y eso que ya antes era bueno, amor de padre).

Lo miro y lo remiro. Lo sobo, lo acuno, lo abro, lo cierro, lo huelo, lo palpo, lo leo, lo pongo en una mesa, en la distancia, para ver cómo se ve desde lejos, lo coloco en una pila sobre todos los demás, le busco erratas (y no las encuentro), le cuento los deditos de las manos y de los pies, lo vuelvo a abrir, lo saco de paseo, lo arropo. Cierro los ojos para no verlo, y los abro de golpe para encontrarlo.

Qué le voy a hacer: es mi libro. Acaba de nacer.

Y el hecho que tenga ya unos cuantos libros más publicados, no me impide emocionarme otra vez como con el primer libro. Soy su padre, y me cae una babilla por la comisura de los labios.

Está publicado por Aletria Editora, de Belo Horizonte, Minas Geris, Brasil. Rosana Mont'Alverne y Juliana son las responsables de que este libro ya esté disponible para todos los lectores brasileños. Sin ellas el libro no sería ni la mitad de hermoso de lo que es. Son editoras tan comprometidas con su trabajo, que casi se podría decir que son co-autoras.

Bueno, si alguno quiere mirarlo más de cerca, puede ver tres páginas aquí.

El libro lleva una dedicatoria en la primera página: "Para Beatriz, que salva a minha vida a cada dia."

Y empieza así: "Não sei o seu, mas meu pai sempre foi muito excêntrico. Todos dizem. Com certeza, por isso se casou com minha mãe. São feitos um para o outro. Nunca estão de acordo em nada..."

Olha que coisa mais linda, mais cheia de graça...

miércoles, 8 de junio de 2011

La escritura diafragmática

Escribir, respirar. Respirar, escribir. Para los escritores más vocacionales, ese es el binomio correcto, la simetría perfecta. Necesitan escribir tanto como respirar. Hace tiempo que los deportistas, los actores, los cantantes y los yoguis saben que hay respiraciones superficiales, débiles, que aspiran el aire a pequeños sorbos; y hay respiraciones profundas, que esponjan las aletas de la nariz y renuevan el aire de los últimos alveolos en la profundidad de los pulmones. Esa es la respiración diafragmática, infrecuente para los no iniciados, pero que se puede alcanzar con unos simples ejercicios bien dirigidos.

Al escribir sucede lo mismo. Hay escritores superficiales, que apenas rozan la epidermis de los hechos y las personas, constructos llenos de tópicos y arquetipos, la levedad de la escritura. Y al mismo tiempo, habitando otros cuerpos, hay otros autores que se sumergen en el pozo, que radiografían a los personajes, que hacen visible lo que no era obvio, y quiebran el secretismo de los deseos. Escritura superficial contra escritura diafragmática.

Ojalá todos los escritores aprendamos a escribir con el diafragma, con las entrañas (lo más entrañable que tenemos).

Ojalá los políticos también empiecen a respirar con profundidad, en otros aires menos corruptos, y su olfato les conduzca más allá del olor a barniz y naftalina de sus despachos oficiales.

Ojalá todos nos bebamos la vida a grandes sorbos, exiliados de la monotonía, y salgamos a la calle con los pulmones llenos de aire nuevo y refrescante, como si todos los días fueran un 15-M en la Puerta del Sol de Madrid.

miércoles, 1 de junio de 2011

Memento mori

No sé cómo, pero mientras veía el programa de Buenafuente por televisión, me convertí en una estatua de piedra. Al principio no me importó. Pensé que sería algo pasajero. Pero por el rabillo de ojos vi poco después cómo mi gato se empezaba a desdibujar. Perecía una estatua de arena azotada por el viento. En apenas tres minutos solo quedó de él un remolino de granos en desbandada.
Tras el gato, se desintegró el sofá, el salón, las paredes de mi casa...
Aún no sé si he dejado de existir, si he pasado a ser polvo en el viento, porque ya no tengo espejos en donde buscarme.
Además, esta entrada en el blog ya estaba programada desde ayer.

martes, 31 de mayo de 2011

Reunión familiar

Aquel indio shuar cuando al fin pudo abrir el arcón de sus antepasados jíbaros, descubrió aterrado que todos estaban allí dentro, esperándole.

--No seas tonto, ven, que hay sitio. Te haremos hueco junto al abuelo.

Cayó dentro. Murió del susto.

Su hijo aún lo anda buscado.

Está a punto de encontrarlo. Le espera en la tiniebla del desván, donde los muebles viejos.

lunes, 30 de mayo de 2011

La mariposa y el pez

Aquella mariposa quería aprender a nadar. Quería volar por el interior del agua, como los peces. Se acercó hasta el borde de las olas para preguntarle al pez volador, al pez saltarín, si eso era posible.

Claro que sí, le respondió el pez. Acércate un poco más, que yo te llevaré dentro.

Y se la comió.

martes, 24 de mayo de 2011

True Democracy NOW

Hi, friends:

In Spain we are very excited about the protests, for the first time in many years of political passivity. The Spanish Revolution, named "Democracia Real YA" (True Democracy NOW), follows the footsteps of Tunisia and Egypt. The Puerta del Sol in Madrid center has been occupied by the movement of "indignation" against the politicians and bankers, more than 40,000 protesters permanently installed there since last Sunday, and begins to expand throughout Europe. There are concentrations today in over 160 cities in Spain. Things are changing, and we hope for the better.

This is the manifesto written by the group True Democracy NOW:

“We are ordinary people. We are like you: people, who get up every morning to study, work or find a job, people who have family and friends. People, who work hard every day to provide a better future for those around us.

Some of us consider ourselves progressive, others conservative. Some of us are believers, some not. Some of us have clearly defined ideologies, others are apolitical, but we are all concerned and angry about the political, economic, and social outlook which we see around us: corruption among politicians, businessmen, bankers, leaving us helpless, without a voice.

This situation has become normal, a daily suffering, without hope. But if we join forces, we can change it. It’s time to change things, time to build a better society together. Therefore, we strongly argue that:

• The priorities of any advanced society must be equality, progress, solidarity, freedom of culture, sustainability and development, welfare and people’s happiness.

• These are inalienable truths that we should abide by in our society: the right to housing, employment, culture, health, education, political participation, free personal development, and consumer rights for a healthy and happy life.

• The current status of our government and economic system does not take care of these rights, and in many ways is an obstacle to human progress.

• Democracy belongs to the people (demos = people, krátos = government) which means that government is made of every one of us. However, in Spain most of the political class does not even listen to us. Politicians should be bringing our voice to the institutions, facilitating the political participation of citizens through direct channels that provide the greatest benefit to the wider society, not to get rich and prosper at our expense, attending only to the dictatorship of major economic powers and holding them in power through a bipartidism headed by the immovable acronym PP & PSOE.

• Lust for power and its accumulation in only a few; create inequality, tension and injustice, which leads to violence, which we reject. The obsolete and unnatural economic model fuels the social machinery in a growing spiral that consumes itself by enriching a few and sends into poverty the rest. Until the collapse.

• The will and purpose of the current system is the accumulation of money, not regarding efficiency and the welfare of society. Wasting resources, destroying the planet, creating unemployment and unhappy consumers.

• Citizens are the gears of a machine designed to enrich a minority which does not regard our needs. We are anonymous, but without us none of this would exist, because we move the world.

• If as a society we learn to not trust our future to an abstract economy, which never returns benefits for the most, we can eliminate the abuse that we are all suffering.

• We need an ethical revolution. Instead of placing money above human beings, we shall put it back to our service. We are people, not products. I am not a product of what I buy, why I buy and who I buy from.

For all of the above, I am outraged.

I think I can change it.

I think I can help.

I know that together we can. I think I can help.

I know that together we can.”


Best wishes from Spain,

Enrique Páez

www.enriquepaez.com
www.tallerdeescritura.com
www.cuentacuentos.eu

lunes, 23 de mayo de 2011

Diez mentiras sobre Democracia Real Ya

Aquí pongo diez puntualizaciones recogidas por Ignacio Escolar www.escolar.net sobre el grupo 15-M. ¿El 15-M? Sí, esos lunáticos acampados en Sol, y que tantos dolores de cabeza van a provocar a los chorizos vocacionales que se presentaron a las elecciones el pasado domingo.

1. Es falso que sólo traigan protestas y no propuestas. Están en su web, y son más concretas que algunos programas electorales.

2. Es falso que estén contra los políticos. Lo que piden es políticos responsables que
no estén en contra de la sociedad y que no utilicen las instituciones de todos para su interés personal.

3. Es falso que rechacen la democracia. Lo que quieren es más democracia, y que la soberanía resida en el pueblo, no en los mercados ni en los banqueros.


4. Es falso que no crean en el voto. Por eso exigen una reforma electoral, para que cualquier voto de cualquier ciudadano valga igual.


5. Es falso que sean unos antisistema. Antisistema es la corrupción, la injusticia o la impunidad. ¿Es acaso esa democracia, que ellos reivindican desde la primera palabra, contraria al sistema actual?


6. Es falso que sean violentos. Apenas ha habido incidentes, a pesar de la muchísima gente que hay.


7. Es falso que sean apolíticos. Es un movimiento apartidista, que no es igual.


8. Es falso que sean sólo jóvenes. Hay muchos jóvenes en esas plazas; jóvenes a los que ya no se podrá descalificar como “ninis” o “conformistas”. Pero también hay ciudadanos de cualquier edad.


9. Es falso que pidan la abstención. Lo que piden es el voto responsable: un atrevimiento “contra la libertad“, según el casposo criterio de la Junta Electoral de Madrid.

10. Y sobre todo es falso que esto se vaya a terminar el domingo, después de votar. Porque la democracia no consiste en votar y callar. Porque el lunes, cuando estas elecciones hayan terminado, el Mayo de 2011 continuará.

sábado, 21 de mayo de 2011

Manifiesto de los acampados en la Puerta del Sol

Nadie os obligó a ser políticos. Ninguno de nosotros os pidió que sirvierais al país. Fue vuestra decisión, libre y soberana, así que no vamos a bajar el listón de nuestra exigencia, al contrario, vamos a incrementarlo como nunca antes lo habíamos hecho y vamos a convertir nuestra determinación en el motor de una revolución pacífica que no podréis ni soñar en detener.

Nosotros sustentamos la nación con nuestro trabajo y sostenemos al estado con nuestros impuestos. Nosotros parimos los hijos, los educamos para que continúen manteniendo la nación cuando les llegue el turno y los alojamos en nuestras casas más tiempo del necesario para su vuelo. Y vosotros no habéis hecho vuestra parte del trabajo.

Ahora no tenemos pan para alimentar a muchos de los nuestros. Ahora una generación entera mejor preparada que ninguna otra antes está agonizando sin futuro. Por vuestra culpa.

Ahora lo sabemos: con vuestra hambre de prebendas y vuestra medrosa intemperancia habéis vendido nuestro país y nos habéis vendido a nosotros. Lo peor es que también queréis que paguemos la factura de vuestras pavorosas componendas.

Nosotros cuidamos de los ancianos, mantenemos el ritmo económico del país y hacemos que el progreso sea una realidad para todos inventando internet, descubriendo los principios activos de los medicamentos, aportando ayuda para paliar cualquier desgracia colectiva, viajando a lugares remotos para llevar consuelo o conocimientos, creando los puestos de trabajo y limpiando el chapapote mental con que vuestra negligencia nos roba vidas, haciendas y esperanzas.

Somos nosotros los que morimos por vuestras decisiones, demasiadas veces equivocadas: y es que nosotros ponemos los muertos en los accidentes, en los atentados, en las guerras y en las catástrofes. Vosotros solo nos miráis desde arriba, insaciables, pidiendo más y más y más.

Ahora, cuando las cosas van mal, así sea individual o colectivamente, seguimos siendo nosotros los que apechugamos para salir del hoyo que vosotros cavasteis. Y de paso os sacamos también a vosotros, ingratos, que encima sonreís y os ponéis la medallita que solo es de la masa, de la gente, de la muchedumbre. De la ciudadanía. Nuestra. Y ya hemos llegado al final de nuestro aguante.

Hasta hoy os hemos pedido poco, muy poco. Solamente que no metierais mano en la caja, que no anduvieseis a la gresca por una silla apenas unos centímetros más alta que la otra, que conocierais y respetarais la Constitución , que entendierais nuestras necesidades como sociedad, que fuerais demócratas en el más estricto sentido de la palabra y que protegierais a los más frágiles de entre nosotros. Los servidores públicos sois vosotros y estáis a nuestra disposición, pero lo olvidasteis hace décadas y vendisteis muy barato nuestras vidas, nuestras haciendas, nuestras esperanzas.

Os pedimos muchas veces que nos respetarais como a iguales, que dejarais de perder el tiempo en nimias controversias sobre el tamaño de vuestros egos, enormes por demás. Os gritamos que fuerais más constructivos, capaces y tolerantes, que no dierais tan mal ejemplo a todos los que os hemos estado mirando, atónitos.

Ha llegado el momento de recordaros algo muy importante: este país es nuestro, no vuestro. Y os lo vamos a hacer saber con cuanta determinación y esfuerzos sean necesarios.

Ha llegado el momento. Vamos a recuperar nuestras vidas, nuestras haciendas y, por encima de todo, nuestras esperanzas y nunca más volveréis a robárnoslas.

Ha llegado el momento. Somos más y cada uno de nosotros vale más que todos vosotros juntos porque a nosotros nos mueve la confianza en el nuevo tiempo al que pertenecemos y no vuestro miedo a perder un tiempo que ya murió.

Ha llegado el momento. Vamos a recuperar la sociedad de una nación a la que queremos más que vosotros, con más sensatez y mejores capacidades. Una sociedad que sabe lo que quiere, cómo lo quiere y cuándo lo quiere; una sociedad segura de sí y que sabe bien lo que no quiere: a vosotros.

Ha llegado el momento de abrir la caja de Pandora: y ahora solo resta que os vayáis y dejéis el campo libre para que podamos hacer las cosas bien, con la participación de todos y con la hermosa bandera de la Democracia Real izada en nuestros pabellones. No lo pongáis difícil empecinados en vuestra arrogancia.

Idos a casa, politiquillos. Idos ahora cuando todavía os cabe el honor de la retirada silenciosa. Después no habrá tiempo y será muy doloroso.

Estáis despedidos. Sin 45 días. Ni paro.

Democracia Real Ya.

viernes, 20 de mayo de 2011

Apoyo al 15-M: Por la Democracia Real YA

Ayer estuve en la Puerta del Sol, junto a los "indignados" y a los insumisos del sistema. Parece que después de 80 de años del inicio de la II República, y de 35 años de la muerte de Franco, por fin hay una nueva era que comienza. La democracia adormecida se ha ido corrompiendo, degenerando, y olvidando a los propios ciudadanos.

No queremos ni políticos, ni banqueros. Estos, no. Que se vayan. Este sistema ya no nos representa.

También fue a raíz de unas elecciones municipales como se terminó con el reinado de Alfonso XIII, y también en la Puerta del Sol de Madrid. Torres más altas han caído. La historia nunca se detiene.

A la estela de las revueltas en Túnez y Egipto, la Spanish Revolution (como ya es conocida más allá de nuestras fronteras) parece que ha prendido, y ha sorprendido a todos los políticos corruptos.

Ya empieza a extenderse por Europa.

A mí me convenció para unirme a este movimiento 15M el escritor José Luis Sampedro, a través de una carta que ha sido hecho pública por el movimiento "Democracia Real YA".

En la Puerta del Sol se escuchan verdades que hace tiempo que estaban silenciadas. Como estas:

Lo llaman democracia y no lo es.
Estoy cansado de ser el futuro: soy el presente.
No pasa nada, la plaza está ganada.
Espe, Espe, Espe, Especulación.
Así, así, de Túnez a Madrid.
Deseo, luego existo.
Tu botín, mi crisis.
Que no, que no, que no nos representan.
El capitalismo no se transforma: se destruye.
Ningún ser humano es ilegal.
Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir.
No tenemos poco tiempo, sino que perdemos mucho.
Tenemos Sol, ahora a por la Luna.
No hay pan para tanto chorizo.
Pienso, luego estorbo.
Yes, we camp.
Tu otro banco, y cada día el de más gente (Pegado en un banco de la plaza)
No nos falta dinero, nos sobran ladrones.
Violencia es cobrar 600 euros.
No somos antisistemas, somos cambia-sistemas.
Manos arriba, esto es un contrato.
Menos policía, más filosofía.
Apaga la Tv, enciende tu mente.


A

miércoles, 11 de mayo de 2011

En el Instituto Cervantes de Utrecht

Nos vamos a Holanda, Bea y yo. A mí me toca impartir 4 talleres de escritura sobre Bestiarios (que hay muchos, cada vez más en el siglo XXI). Dos de los talleres en Utrecht, y los otros dos en La Haya.

Alekos, que ya estuvo allí el año pasado, dice que Guadalupe e Inés, las que llevan Cultura del Cervantes holandés, son estupendas. Mejor me lo pones.

Será un taller parecido al que di en Rabat, Marruecos, hace un par de meses, también en el Instituto Cervantes.

Bea estará contando cuentos también en el Instituto Cervantes. Carambola.

A ver si nos dejan tiempo para oler tulipanes, comer quesos, montar en bicicleta, fotografiar molinos y tomar cafés en esos lugares que solo son legales en Holanda, tú ya sabes. Seguro que sí.

Muy contento, claro que sí.

jueves, 5 de mayo de 2011

Mi novela "Abdel", en película y videojuego

Sergio Dibujante está en proceso de convertir mi novela "Abdel" (Ediciones SM, El barco de Vapor, serie roja, 36 ediciones) en película y / o videojuego.

De "Abdel" se vendieron en el año pasado más de 10.000 ejemplares (lleva ya 180.000 en total), así que no puedo estar más contento.

Aquí está el trailer que se estrenará el próximo 13 de mayo en Madrid. Yo no podré asistir, porque ese mismo día estaré dictando un Taller de Escritura Creativa sobre "Bestiarios" en Holanda, el Instituto Cervantes de Utrecht.




http://www.youtube.com/watch?v=cYphs31VCio

Gracias por tu trabajo, Sergio.

¡Larga vida a las historias!

martes, 3 de mayo de 2011

Fascistas a trisca porrillo

Iba a titular esta entrada "Dioses a trisca porrillo", o sea, a mogollón, pero en realidad tanto monta, monta tanto, porque un Señor que juega al escondite y a la unión hipostática del Verbo y la Carne detrás de una nube, te regala una polla pero te prohibe usarla, te permite ser libre pero te castiga si lo eres, planta manzanos pero no te deja que te comas las manzanas, y te exige que todos los domingos y festivos vayas a su casa a darle jabón con eso de que es bueno, muy santo y muy guay, pues la verdad, es un dios tocapelotas, lo pongan donde lo pongan. Y luego, eso sí, pone voz ronca y dice: "Yo soy el creador de todo esto. En una semana escasa, después de una eternidad en soledad tocándome los huevos, monté este Universo. ¿A que mola?"

Así que sus hijos han salido al Padre. Igual de pretenciosos. Igual de totalitarios. Igual de fachas.

Da igual a qué se dediquen, que lo suyo siempre es lo más guay; y lo que hagan los demás, una puta mierda pa' tu boca.

Pongamos que son astrofísicos. De esos jefes de departamento en la universidad. Qué caña: Todo el universo es suyo. ¿La Tierra entera? Quia, mucho más. Eso no es nada comparado con lo que ellos controlan: galaxias enteras. El origen y el final de la vida, incluyendo agujeros negros, el caos, la antimateria, los neutrinos, el Big Bang, el contador del tiempo, los límites de la velocidad de la luz y las torceduras del tiempo. Fuera de su libro de texto no hay nada. Pero nada de nada. Un vacío que te cagas.

Pero si no te gustan los astrofísicos, puedes hacerte filósofo. Todo el conocimiento está ahí. Los amantes del saber, los philos-sofos. El universo es apenas una parte de su conocimiento. La astrofísica es apenas un apéndice del saber universal. Para chulos, ellos.

Tienes la posibilidad de ser también biólogo. A fin de cuentas todos los astrofísicos y los filósofos son apenas unos bichejos minoritarios de entre todas las especies que ellos estudian, y las ocurrencias que tengan son apenas procesos neuronales de sus cerebros en proceso de crecimiento. No son mucho más complejos que las hormigas, o que las algas marinas. La vida y la evolución el lo único que importa. Pinche pendejos, ¿qué se creían?

Existen también vocaciones mesiánicas, como las de los obispos y monjas, que hablan con Dios, representan a Dios, mediante conjuros transforman el pan en carne de Dios y el vino en sangre de Cristo, y hasta se casan con Dios. Más vale estar a buenos con esos. ¿Quién puede más, Franco o el Cid? Ni uno ni otro: mi padre, que es Guardia Civil. Para chulo, mi pirulo. Y para chula, chulita, mi rajita.

Aunque también los hay, como yo, filólogos deicidas, que nos sacamos de la manga la Lingüística del texto, y a partir de ahí el que quiera decir algo, que pague peaje a las palabras, que son las únicas que significan, así que como somos los dueños del diccionario, resulta que somos los que partimos el bacalao, porque si les dejamos a todos sin palabras, van a tener que convencernos de sus teorías teogónicas a base de cortes de mangas y escupitajos.

¿Qué pasa al final?

Pues que llega el militar, el de la gorra de plato, y nos mete a todos la porra por el culo.
Se acabó la discusión, con un par de hostias entran todos en vereda.

¿No querías fascismo? Pues toma pistola.

jueves, 21 de abril de 2011

Narraciones imposibles

Lo absurdo, lo contradictorio en sí mismo, es una de las mejores fuentes de la creación literaria. No hablamos sólo de lo imposible o lo que nunca ha sucedido (en realidad toda la ficción son historias que no han ocurrido), sino lo que está más allá de la comprensión misma. ¿Has oído hablar de un animal llamado catoblepas? Se habla de él en numerosos libros desde la Edad Media, y su característica más importante es que se alimenta de sí mismo. Se empieza a comer por los pies hasta que consigue devorarse completamente. Eso sí que es ser autosuficiente.

Y de la misma familia (deben de ser primos lejanos) es el prantocox del que nos habla Ursula Wölfel en el siguiente texto. Es un animal que existe porque se imagina a sí mismo. No sabemos cómo es un prantocox exactamente, porque incluso el que existía ha desaparecido, pero tal vez en algún momento pueda volver a autoimaginarse.


LA HISTORIA DE PRANTOCOX

Un prantocox fue al Registro de Habitantes. Quería ser habitante. El empleado le preguntó su nombre.
—Me llamo Prantocox.
El empleado escribió en el impreso de inscripción: "Apellido: Cox. Nombre: Pranto". Después le preguntó:
—Nacido, ¿cuándo?
—¡Hoy! —exclamó el prantocox, y el empleado le felicitó por su cumpleaños. Pero también quería saber cuántos años tenía ahora el prantocox.
—¡Es que hoy es la primera vez que me he imaginado a mí mismo! —dijo.
—¿Imaginado? —preguntó el empleado—. ¿Usted mismo se ha imaginado a sí mismo? ¿Se cree usted que todavía me llevan en brazos?
—Si quiere probamos —dijo el prantocox, y cogió al empleado en brazos y le subió en alto. El hombre pataleaba y se agarró fuerte a la lámpara.
—¡Maleducado! —gritó—. ¡Usted es imposible!
—¿Completamente y en absoluto imposible? ¡Ah, qué pena! —susurró el prantocox, y se fue haciendo lentamente invisible.
En ese momento llegó otro empleado. Vio a su compañero moviéndose en la lámpara.
—¡No! —gritó y cerró los ojos horrorizado.
El prantocox todavía pudo sentar al empleado en el sillón. Después ya no estaba. El empleado tenía razón: los prantocox son imposibles. Por eso no hay ninguno.

URSULA WÖLFEL: Veintinueve historias disparatadas



Tu trabajo no va a ser tan complicado como el del prantocox. No vas a tener que imaginarte a ti mismo antes de existir para poder existir, sino sólo imaginarte a otro bicho.

Pero, cuidado, no valen dragones, ni monstruos, ni fantasmas, ni nada facilito lleno de brazos, bocas, ojos y antenas. Tiene que ser un bicho que sea imposible en sí mismo, como el catoblepas o el prantocox. O como tú en algunas ocasiones.

Y una vez imaginado, sitúalo junto a otros animales más comunes, como los que habitan este mundo, haciendo amigos o enemigos, ayudando o molestando (depende de cómo sea el bicho). Pero acuérdate, eso sí, de concederle alguna característica humana que desentone con tu bicho: es muy tímido, o le gusta bailar rock-and-roll, o resolver ecuaciones de segundo grado, o ver películas de Walt Disney. Tú sabrás. El caso es que nos lo cuentes por escrito antes de que deje de existir.

lunes, 18 de abril de 2011

Lo cotidiano en verso

No pienses que la poesía tiene que tratar sólo de temas transcendentales y con un lenguaje oscuro y remilgado. En absoluto. Muchos de los que escriben así no son poetas, sino simplemente pedantes.

Si a mí me preguntaran que cuál es la esencia de la poesía, tendría que responder con que es algo así como la esencia de la vida. Dar con ella, y con su definición, me parece igual de difícil, y también igual de cotidiano. Hay palabras que son demasiado grandes y al mismo tiempo demasiado cercanas: amor, libertad, felicidad, solidaridad, esperanza… Puede que sea difícil definirlas (para ti, para mí y para cualquier vecino), pero cuando nos suceden sabemos distinguirlas bastante bien. Pertenecen a nuestra vida diaria, y nos son tan familiares como el cepillo de dientes, o el pequeño desconchón que hay en el techo de nuestro dormitorio.

Con lo cotidiano, con sucesos simples y cercanos, está construido este poema de Javier Rodríguez. No se necesita más, pero tampoco menos. Para el autor de este poema la esencia de la vida (y de la poesía) no está en las grandes hazañas ni en las revelaciones sorprendentes, sino en vivir con intensidad los pequeños encuentros de cada día.

NOMINATIVO LORETO

Loreto me ha regalado

una cartera de piel

para que mi documentación

no se mezcle

con pañuelos sucios,
bolígrafos sangrantes
y boletos de rifas.

La cartera guarda
todos mis carnés,
algunas direcciones

y dos o tres fotos al minuto
con las que me tengo
como si fuera
una mariposa
clavadita en un corcho.
El otro día un policía

me pidió la documentación

y yo, con un gesto de película

de serie be,

saqué mi cartera.

El policía miró la foto

para saber si yo era yo.

Cuando se lo conté a Loreto,

ella sonrió

y pensé
que estaba a punto
de pedirme la documentación

para asegurarse,

como el policía,

de que yo era yo.


JAVIER RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ: Tenemos que hablar



A la hora de escribir un poema de lo cotidiano, piensa en algo como esto:

• Cuando un amigo es tu amigo, ¿qué hace? ¿En qué pequeños gestos, en qué pequeños detalles se diferencia de los que no son tan amigos? ¿Cómo te lo demuestra?

• Cuando alguien te enfada, o te divierte, o te da pena, ¿qué haces tú? ¿Cómo se lo haces saber? ¿Qué sientes?

• Si un día estás especialmente feliz, aun sin saber muy bien porqué, ¿en qué te fijas cuando vas andando por la calle?

Esos son ejemplos de argumentos para auténticos poemas. Sólo tienes que sentir lo que dices, o decir lo que sientes, con las mismas palabras que utilizas normalmente. La esencia del poema está en la sinceridad de la escritura, no en la artificialidad del lenguaje.

jueves, 14 de abril de 2011

Malos tiempos para la lírica

Un poema del siglo XXI

Cuando se habla de los poemas que se van a escribir a partir de ahora, en este siglo XXI que comienza, yo creo que muchas personas (tal vez también tú) imaginarán lenguajes informáticos, fusión de idiomas, y sobre todo en bits, chips, chats, webs y e-mails. Pero yo no creo que vayan por ahí los tiros. A mí me parece que, muy por encima de la red de redes y del Windows 2000, los poetas seguirán observando y hablando de las personas que viven con nosotros, aunque a veces parezca que los ordenadores tratan de ocultarlas.
Quizá el siglo XXI será el de las grandes emigraciones, el de las guerras imperdonables, el de las injusticias. Ojalá me equivoque.
La letra de la canción que puedes ver bajo estas líneas pertenece a Manu Chao, antiguo líder de Mano Negra. La mezcla de músicas étnicas presentes en sus discos sí se corresponden con el siglo que comienza.


CLANDESTINO
Solo voy con mi pena, sola va mi condena,
correré mi destino para burlar la ley.

Perdido en el corazón de
la gran Babilón,
me dicen el clandestino por no llevar papel.

Pa' una ciudad del Norte yo me fui a trabajar,
mi vida la dejé entre Ceuta y Gibraltar.
Soy una raya en el mar, fantasma en la ciudad,
mi vida va prohibida, dice la autoridad.
Solo voy con mi pena, sola va mi condena,

correré mi destino por no llevar papel.

Perdido en el corazón de la gran Babilón,

me dicen el clandestino, yo soy el quebra-ley.

Mano negra, clandestina.

Peruano, clandestino.

Africano, clandestino.

Marihuana, ilegal.

Argelino, clandestino.

Nigeriano, clandestino.

Boliviano, clandestino.

Mano negra, ilegal.


MANU CHAO: Clandestino



Y llega tu turno. Piensa, ¿cómo imaginas un poema del siglo XXI? Bueno, no, no lo imagines: mejor escríbelo. Si alguien tiene toda su vida pendiente de este siglo, ese eres tú. Así que nadie mejor para empezar a describirlo.
Es fácil. Seguro que hay algo que te preocupa. Pero de verdad, no por quedar bien. No digas que te preocupa el futuro de los indígenas filipinos, o la capa de ozono, o los delfines, si en realidad no es verdad, si no lo sientes realmente. Pero seguro que hay algo o alguien que sí, que aunque no eres tú ni depende de ti, crees que debería ser de otra manera. Escríbelo en un poema, como un conjuro para que suceda en el futuro. Un poema del siglo XXI, ni más ni menos. Ese será el asunto de tu poema.

martes, 12 de abril de 2011

Jugar al despiste

Una buena historia, con un buen argumento en su interior (Don Juan Tenorio, Romeo y Julieta, La Cenicienta, La Odisea…) se escribe no una vez, sino muchas, a lo largo de la historia. Y lo hacen distintos escritores en diferentes épocas y países. Y lo seguirán haciendo en el siglo XXI y en el XXII. Las buenas historias, además de ser eternas, tienen la capacidad de poder contarse una y otra vez como si fueran nuevas. Por supuesto, unas versiones serán mejores y otras peores, dependiendo de la habilidad del escritor que las reescriba, pero de eso no tendrá la culpa el argumento.

La Odisea, ese viaje de Ulises a la deriva por el mar Mediterráneo, 20 años buscando el camino de regreso a Ítaca, se ha reescrito cientos de veces desde la primera versión de Homero. Y son muy pocas comparadas con las veces que se volverá a escribir en el futuro.

Aunque siempre sea el mismo Ulises, el navegante a la deriva, sin embargo lo veremos transformado en un soldado infiltrado detrás de las líneas enemigas, o en un borracho que va dando tumbos por Dublín de taberna en taberna, o en un emigrante marroquí sin papeles, o en una niña abandonada en un orfanato, o en un religioso que ha perdido la fe. Incluso el Quijote podría entenderse también como un Ulises perdido en tierras manchegas. Todos viven el viaje de Ulises. Sólo hace falta comprender su historia, transformar el texto, y volver a escribirlo como si sucediera en otro lugar y bajo otros nombres. Eso también es literatura, en una de las tradiciones de creación más poderosas y respetadas de todos los tiempos. No lo confundas nunca con el plagio.


EL PRECURSOR DE CERVANTES
Vivía en El Toboso una moza llamada Aldonza Lorenzo, hija de Lorenzo Corchelo, sastre, y de su mujer Francisca Nogales. Como hubiese leído numerosísimas novelas de estas de caballería, acabó perdiendo la razón. Se hacía llamar Doña Dulcinea del Toboso, mandaba que en su presencia las gentes se arrodillasen, la tratasen de Su Grandeza y le besasen la mano. Se creía joven y hermosa, aunque tenía no menos de treinta años y las señales de la viruela en la cara. También inventó un galán, al que dio el nombre de don Quijote de la Mancha. Decía que don Quijote había partido hacía lejanos reinos en busca de aventuras lances y peligros, al modo de Amadís de Gaula y Tirante el Blanco. Se pasaba todo el día asomada a la ventana de su casa, esperando la vuelta de su enamorado. Un hidalgüelo de los alrededores, que la amaba, pensó hacerse pasar por don Quijote. Vistió una vieja armadura, montó en un rocín y salió a los caminos a repetir las hazañas del imaginario caballero. Cuando, seguro del éxito de su ardid, volvió al Toboso, Aldonza Lorenzo había muerto de tercianas.
MARCO DENEVI: Falsificaciones


Busca una historia que conozcas bien y que te guste. Puede ser la de El soldadito de plomo, Terminator, Los tres cerditos, Fray Perico, Blancanieves, E.T. (¿es otra versión de Ulises?) o El patito feo. Y transfórmala. Es decir:

• Haz que suceda en otro lugar: bajo el mar, en la selva, en tu instituto, en una nave espacial…
• Haz que los personajes cambien de nombre y de aspecto: que los que eran animales ahora sean personas; que cambien de sexo; y que alguna persona de la historia original sea ahora un animal.
• Y en otra época: ¿En la prehistoria? ¿En este año? ¿En el siglo XXV?

domingo, 10 de abril de 2011

Corresponsal de guerra

Narrar un acontecimiento

Un corresponsal de guerra tiene que saber escribir, y tiene que saber describir lo que pasa en el frente de batalla. Los lectores no están allí para verlo, y su trabajo consiste en contarles, como si del capítulo de una novela se tratara, algo que no es una novela de ficción, sino una realidad.
Un buen corresponsal de guerra acaba siendo un buen escritor. Hemingway lo fue, y Pérez Reverte también, y Bartolomé de las Casas, y Orwell. Si alguien es capaz de contar algo que está sucediendo y atrapar la atención del lector, es que tiene madera de escritor. Porque lo que importa no es tanto lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. Una buena historia desaparece cuando el que la narra no sabe hacerlo. Eso es lo que pasa con los que cuentan chistes sin tener gracia para contarlos: sólo los revientan, los destripan, pero no logran hacer reír a nadie.
Los buenos autores saben contar sucesos mínimos como si fueran grandes batallas. Ese es el secreto.

Y así lo hace Goscinny. Tal vez su nombre no te suene en un primer momento, pero si te digo que escribió las historias de Astérix y Obélix, y las de Lucky Luke y los hermanos Dalton, puede que ya te suene más. Son historias de batallas entre galos y romanos, o de vaqueros en el oeste norteamericano, o de niños en un colegio normal, como las de El pequeño Nicolás. Fíjate en ésta que comienza así:


VINO EL INSPECTOR
La maestra entró en clase muy nerviosa. —El señor inspector está en la escuela —nos dijo—, cuento con vosotros para que seáis buenos y causéis una excelente impresión. Prometimos que nos portaríamos bien, y, además, la maestra no tiene por qué preocuparse, pues casi siempre somos buenos. —Os advierto —dijo la maestra— que es un inspector nuevo. El viejo ya estaba acostumbrado a vosotros, pero se ha jubilado... Después la maestra nos hizo montones y montones de recomendaciones; nos prohibió hablar sin que nos preguntaran, reír sin su permiso, nos pidió que no dejáramos caer canicas como la última vez que vino el inspector, que se encontró de pronto tirado en el suelo; le pidió a Alcestes que dejara de comer cuando el inspector estuviera allí, y le dijo a Clotario, que es el último de la clase, que no llamara la atención. A veces me pregunto si la maestra nos toma por payasos. Pero como queremos mucho a la maestra, le prometimos todo lo que quiso. La maestra miró todo bien para ver si la clase y nosotros estábamos limpios, y dijo que la clase estaba más limpia que algunos de nosotros. Y después le pidió a Agnan, que es el primero de la clase y su ojito derecho, que pusiera tinta en los tinteros, por si el inspector quería hacernos un dictado.
RENÉ GOSCINNY: El pequeño Nicolás



Y llega tu turno. Se trata de que cuentes una batalla, pero sin muertos. Una batalla insignificante, de las que nunca saldrán publicadas en los periódicos. Una batallita. Pero, eso sí, como si fuera la guerra definitiva contra los invasores extraterrestres.

Puede ser el momento preciso de la salida al patio de recreo, entre empujones y carreras; o un partido de fútbol entre 2ºA y 2ºB; o el día en que el tutor o la tutora lee las notas trimestrales; o el último examen de Educación Física; o la famosa pelea entre Andrés y Carolina…
Recuerda: no es tan importante lo que se cuenta como el cómo se cuenta.

viernes, 8 de abril de 2011

La novela de tu vida

El índice de la novela

Hay muchos escritores que afirman que escribir una novela es su forma de vivir otras vidas que les han sido negadas. Escribiendo pueden cambiar de sexo, nacionalidad, época histórica, profesión, fortuna… Algunos alumnos saben, ya desde la infancia, que han nacido para ser músicos, o deportistas, o científicos, o explorados. Es algo que muchos llaman vocación. Lo saben casi desde el primer momento, y mantienen sus preferencias durante toda su vida.

¿Y los escritores? ¿Saben los escritores que quieren ser escritores ya desde la infancia? Pues la mayoría no. La mayoría lo descubre con el tiempo. Y tal vez, sólo tal vez, lo que descubren es precisamente que les gustaría tener muchos oficios a lo largo de su vida. Ser médicos, astronautas, vagabundos, arquitectos, cantantes, políticos, soldados o hechiceros. Les gustaría vivir en muchos sitios, en mundos reales y en mundos fantásticos. Y eso nadie puede hacerlo. Sólo los escritores, cuando escriben, viven otras vidas, y con la misma intensidad, y a veces más, que las vidas reales.


LITERATURA
E
l novelista, en mangas de camisa, metió en la máquina de escribir una hoja de papel, la numeró, y se dispuso a relatar un abordaje de piratas. No conocía el mar y sin embargo iba a pintar los mares del Sur, turbulentos y misteriosos; no había tratado en su vida más que a empleados sin prestigio romántico y a vecinos pacíficos y oscuros, pero tenía que decir ahora cómo son los piratas; oía gorjear a los jilgueros de su mujer, y poblaba en esos instantes de albatros, y grandes aves marinas los cielos sombríos y empavorecedores. La lucha que sostenía con editores rapaces y con un público indiferente se le antojó el abordaje; y la miseria que amenazaba su hogar, el mar bravío. Y al describir las olas en que se mecían cadáveres y mástiles rotos, el mísero escritor pensó en su vida sin triunfo, gobernada por fuerzas sordas y fatales, y a pesar de todo fascinante, mágica, sobrenatural.
JULIO TORRI: Meditaciones críticas

Ahora imagina tu novela. Tu primera novela ya escrita, firmada por ti, terminada y publicada. ¿Cómo lo has hecho? ¿Has tardado mucho tiempo? Seguro que sí. Las cosas bien hechas necesitan tiempo. En el caso de una novela se puede tardar años. Es como proyectar, construir y decorar un edificio de diez o doce plantas, con todas sus viviendas, oficinas, ascensores, cañerías…
Por eso es importante que sepas que antes de escribir una novela, conviene hacer proyecto, un guión, un resumen, un índice de la novela. Así lo hacen todos los escritores. ¿Te imaginas que alguien construya un edificio sin hacer sobre papel un proyecto previo? ¿Acaso crees que se mantendría en pie? Pues del mismo modo que hay edificios que se derrumban por no estar bien calculados, también las novelas "se caen" (de puro malas) cuando no están bien diseñadas.
Escribe ahora el índice de tu próxima novela. Piensa que tiene que tener, al menos, diez o doce capítulos, y que en cada capítulo tiene que suceder algo: un viaje, un misterio sin resolver, una conversación reveladora, una persecución, un descubrimiento, un accidente, una escena de peligro o de suspense…

No se trata de que escribas la novela ahora, sino el guión: tres o cuatro líneas para cada capítulo. Piensa que puede estar escrita en primera persona, y que en ese caso tú eres el o la protagonista de la historia (real o irreal); o que la puedes escribir en tercera persona, y hacer que el protagonista sea… quien tú quieras.

miércoles, 6 de abril de 2011

La mínima expresión (Hipérboles)

Exagerar es una forma de crear hipérboles, un ejercicio creativo, una figura retórica que busca dar mayor expresividad al lenguaje. Al hacerlo, a ser posible, hay que añadir el sentido del humor. Recuerdo que yo era muy exagerado de pequeño, y que mi madre me decía: "Te he dicho cien millones de veces que no seas exagerado". A mí me hacía gracia, claro, pero me tenía que callar porque me lo decía más enfadada que un cartero buscando Barrio Sésamo.

Hay muchos modos de exagerar, y las hipérboles se pueden construir a partir de cualquier ingrediente. Todo depende del ingenio de cada cual. Hay muchas expresiones hiperbólicas que han pasado al lenguaje común, y de tanto usarse se han convertido en tópicos: Más largo que un día sin pan, Más pesado que una vaca en brazos…

En los modelos que hemos seleccionado siempre hay una referencia al cine o la televisión, para que veas que a partir de las últimas tecnologías también se pueden seguir creando hipérboles desmesuradas. Es un ejercicio creativo que mezcla el ingenio, la fantasía y el humor.

EXAGERANDO

• Tiene más goteras que el baño del Titanic.
• Tiene más mocos que la cama de Alien.
• Vas a acabar peor que el edredón de Espinete.
• Tienes más peligro que los Gremlins cantando bajo la lluvia.
• Estás más atacado que la nave de Star Trek.
• Tienes más tontería que el salpicadero del coche fantástico.
• Descansas menos que Bruce Willis en La jungla de cristal.
• Eres más desagradable que la niña de El exorcista.
• Es más complicado que jugar con King-Kon a las cocinitas.
• Eres más peligroso que Rambo en un restaurante vietnamita.
• Está más mosqueado que el casero de El fugitivo.
• Tiene menos gracia que regalarle a Stevie Wonder una película de cine mudo.
• Es más larga que la infancia de Heidi.
• Es más desagradable que el lavado de estómago de Tiburón II.
• Es más superficial que el sentido del humor de Freddy Krugger.
• Cantas peor que el pato Donald comiendo polvorones.
• Es más grande que la caja de pinturas de Walt Disney.
• Eres más cursi que un especial de La casa de la pradera.
• Trabajas menos que el sastre de Tarzán.


Y ahora te toca a ti. Ponte las pilas y empieza a exagerar (no será la primera vez). De todo lo que se te ocurra: tus compañeros de clase, programas de televisión, libros, edificios, profesores, juegos, ropa, cualidades, objetos, acciones…

Pero ten en cuenta que no es lo mismo exagerar que insultar. Para exagerar se necesita ingenio y sentido del humor, mientras que para insultar basta con tener ganas de hacer daño.

Algunas de tus hipérboles pueden empezar así: Los exámenes por sorpresa me gustan menos que… Mi amigo Carlos es más raro que… En el pueblo de mis abuelos hace tanto frío que… Cuando el jefe de estudios se enfada parece que… La película del martes era más aburrida que…

Y una última pregunta: ¿Quién es el más hiperbólico de tu familia? ¿Tú?

lunes, 4 de abril de 2011

En la piel del otro (Cambio de narrador)

Si yo soy yo porque soy yo, y tú eres tú porque eres tú, yo soy yo y tú eres tú: Si, por el contrario, yo soy yo porque tú eres tú, y tú eres tú porque yo soy yo, entonces ni yo soy yo ni tú eres tú. Parece un trabalenguas sin sentido, entresacado de la obra de teatro Arte, de Yasmina Reza, pero tiene más enjundia de la que parece a simple vista.
A pesar del equilibrio necesario para poder decir "yo soy yo porque yo soy yo", todos necesitamos a los demás. Tenemos que saber qué les pasa, qué sienten, qué piensan. Y para eso tenemos que ponernos, figuradamente, en la piel del otro. Tenemos que cambiar de narrador.
Por ejemplo, en El secreto del lobo, su autor, Fernando Alonso, vuelve a contar el cuento de Caperucita Roja, pero desde la versión del lobo. En ella el lobo, que es vegetariano y tiene el pelaje rojo de tanto comer zanahorias, es ya un lobo viejo y sin dientes cuando conoce a Caperucita. Jamás se comió a los siete cabritillos, ni a los tres cerditos, y mucho menos a la abuela de Caperucita. Todo ha sido una invención de Caperucita para aprovecharse de él y dejarle en ridículo, así que antes de morir decide revelar su secreto. Lo malo es que casi nadie está interesado en conocerlo. Y eso es algo que pasa a diario en nuestro mundo. Oímos sólo lo que queremos oír, sólo lo que nos conviene.


EL LOBO ROJO
El lobo del bosque tenía muchos años a las espaldas y muchas aventuras en su recuerdo. Cuando la noche abría de par en par su boca de luna llena, el lobo miraba en su memoria. Entonces recordaba su fracaso con los siete cabritillos, su fracaso con el corderito que bebía agua en el arroyo, su fracaso con los tres cerditos... Y con cada año que pasaba, con cada fracaso recordado, al lobo se le fueron cayendo los dientes. Su último fracaso, su último diente perdido, había sido en la estúpida aventura del estúpido pastor bromista. Aquel pastor se había burlado una y otra vez de sus compañeros fingiendo que lo atacaba el lobo. Cuando ya ninguno de los pastores creía en sus gritos, el lobo se abalanzó sobre uno de los corderillos y… ¡Allí perdió su último diente! Desde entonces todos los corderos de la comarca comenzaron a burlarse de él: —Ahí viene el Lobo Desdentado! —¡Cuidado, hijos míos, no os vaya a comer! —¡Ja, ja, ja! Y el pobre lobo, avergonzado, se escurría entre los árboles, mascullando: —¡Hace falta tener mala pata! Todas las aventuras desastrosas han tenido que pasarme a mí.
FERNANDO ALONSO: El secreto del lobo



Mírate a ti mismo como si fueras otro. Imagina que por un momento dejas de ser Laura, o Daniel, y te conviertes en alguien que te observa desde fuera. Un observador que ve todo lo que tú ves y sabe hasta lo que piensas y sientes en cada momento. Un narrador omnisciente, vaya.
Y ahora haz que ese otro (el narrador omnisciente en tercera persona) escriba una página de tu diario personal desde ese punto de vista. Ya no puedes escribir: "Ayer me levanté con una sed terrible. Soñé que estaba perdido en el Sahara y que mi lengua se convertía en arena. Mi madre me preguntó…". Sino algo más parecido a esto: "Miguel (o Inés, o Sandra, o Julián, cualquiera que sea tu nombre) se despertó el miércoles con una sed terrible. Había estado soñando que se perdía en el Sahara y que su lengua se convertía en arena. Su madre le preguntó..."
Escribe de ti como si otro lo estuviera haciendo y cuenta lo que ha sucedido durante un día concreto de la semana pasada. No tiene por qué ser algo espectacular, sino concreto y verdadero.

sábado, 2 de abril de 2011

La granja de los animales

Fábulas en verso

La fábula es uno de los géneros literarios más antiguos de la historia. El primer fabulista conocido, y siempre imitado, fue Esopo, que vivió en Grecia seis siglos antes de Cristo. Luego siguieron Fedro, La Fontaine, Samaniego o Monterroso, cruzando 26 siglos de historia de la literatura. Aún hoy, a comienzos del siglo XXI se siguen escribiendo fábulas, y también lo harán en el siglo XXII, puedes estar seguro.
Nadie sabe bien cuál es el secreto para gozar de una vida tan larga y saludable. La fábula, ya desde su origen, no es mas que una narración literaria, generalmente en verso, con personajes animales que hablan y actúan como las personas. De las historias que se cuentan casi siempre se pueden entresacar algunas enseñanzas prácticas. Esas son casi las únicas leyes de la fábula. Y a pesar de eso las variaciones son casi infinitas.
Alguna vez deberías leer, si no lo has hecho todavía, La granja de los animales, de George Orwell. Es una novela corta magnífica. De fábula. Seguro que te gusta. Y diría aún más: si no te gusta, vuélvela a leer tantas veces como sea necesario hasta que te guste. Lo digo en serio.

LAS RANAS PIDIENDO REY
Sin Rey vivía, libre, independiente,
el pueblo de las Ranas felizmente.
La amable libertad sólo reinaba
e
n la inmensa laguna que habitaba;
mas las Ranas al fin un Rey quisieron,
a Júpiter excelso lo pidieron;
conoce el dios la súplica importuna,

y arroja un Rey de palo a la laguna:

debió de ser sin duda buen pedazo,
pues dio su majestad tan gran porrazo,
que el ruido atemoriza al reino todo;

cada cual se zambulle en agua o lodo,
y quedan en silencio tan profundo
cual si no hubiese ranas en el mundo.
Una de ellas asoma la cabeza
y, viendo a la real pieza,

publica que el monarca es un zoquete.

Congrégase la turba, y por juguete

lo desprecian, lo ensucian con el cieno,
y piden otro Rey, que aquel no es bueno.

El padre de los dioses, irritado,

envía a un culebrón que a diente airado
muerde, traga, castiga,
y a la mísera grey al punto obliga
a recurrir al dios humildemente.
—Padeced —les responde— eternamente;
que así castigo a aquel que no examina

si su solicitud será una ruina.


FÉLIX MARÍA SAMANIEGO: Fábula XVI



En la fábula de Samaniego, cuyo argumento copia de La Fontaine y Esopo, casi todos los versos son endecasílabos, y riman en pareados consonantes de principio a fin. No es esa la única forma de hacerlo: tú puedes tomarte algunas libertades, como dejar el metro y la rima libres.
Pero eso no te libra de intentarlo. Las fábulas te esperan, y no puedes pasar a la siguiente unidad sin al menos haber intentado plagiar a los clásicos.