Aquel indio shuar cuando al fin pudo abrir el arcón de sus antepasados jíbaros, descubrió aterrado que todos estaban allí dentro, esperándole.
--No seas tonto, ven, que hay sitio. Te haremos hueco junto al abuelo.
Cayó dentro. Murió del susto.
Su hijo aún lo anda buscado.
Está a punto de encontrarlo. Le espera en la tiniebla del desván, donde los muebles viejos.
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