Aquella mariposa quería aprender a nadar. Quería volar por el interior del agua, como los peces. Se acercó hasta el borde de las olas para preguntarle al pez volador, al pez saltarín, si eso era posible.
Claro que sí, le respondió el pez. Acércate un poco más, que yo te llevaré dentro.
Y se la comió.
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