Según el obispo Dionisio Areopagita, discípulo de San Pablo, hay nueve categorías de ángeles, divididos en tres esferas jerárquicas: mensajeros, gobernadores y consejeros. Eso es como en cualquier empresa. Así que si te contratan en el cielo, que sepas que hasta llegar a Dios vas a tener que pasar por los siguientes estratos: ángel de la guarda, arcángel, principado, potestad, virtud, dominación, trono, querubín y serafín. Cuando seas serafín, estarás en lo más alto, tendrás seis pares de alas y podrás salir a cazar unicornios con Dios, porque serás uno de los que están a su lado cantando y comiéndole la oreja todo el día: Santo, santo, santo. Habrás ido perdiendo masa terrenal y aumentando la frecuencia de vibración. O sea, que no se te ve, estás arriba de la escala funcionarial, y ni siquiera es necesario que vayas a fichar. Lógico. Aquí pasa lo mismo: ¿Desde cuándo está el consejero delegado en su despacho? Yo nunca lo he visto. Pues a los consejeros celestiales tampoco. Están soplando la flauta en otro departamento.
Por debajo de los serafines están los querubines (los del fundamento y los del firmamento), capitaneados por el arcángel Gabriel. Parece una contradicción que un arcángel mande más que un querubín, ¿verdad? Pero es que por lo visto los arcángeles son seres superlumínicos, y transportan órdenes directas del Jefe. De hecho, al arcángel Rafael, que cualquiera lo puede reconocer porque trabaja con el rayo verde, dirige a las dominaciones. El arcángel Miguel con su rayo blanco dirige a las potestades, y Uriel a los principados. Todo es cuestión de organizarse.
Desde luego, al obispo Dionisio no le faltaba imaginación. O tal vez consiguió infiltrar un topo, un quintacolumnista, en el consejo de administración del Altísimo. Pero ahora que sé cómo funciona la burocracia celestial, me quedo más tranquilo, porque ya sé en qué ventanilla presentar mi instancia.
Por debajo de los serafines están los querubines (los del fundamento y los del firmamento), capitaneados por el arcángel Gabriel. Parece una contradicción que un arcángel mande más que un querubín, ¿verdad? Pero es que por lo visto los arcángeles son seres superlumínicos, y transportan órdenes directas del Jefe. De hecho, al arcángel Rafael, que cualquiera lo puede reconocer porque trabaja con el rayo verde, dirige a las dominaciones. El arcángel Miguel con su rayo blanco dirige a las potestades, y Uriel a los principados. Todo es cuestión de organizarse.
Desde luego, al obispo Dionisio no le faltaba imaginación. O tal vez consiguió infiltrar un topo, un quintacolumnista, en el consejo de administración del Altísimo. Pero ahora que sé cómo funciona la burocracia celestial, me quedo más tranquilo, porque ya sé en qué ventanilla presentar mi instancia.
3 comentarios:
Joder!!
Me parece que tiro la toalla, no veas lo que me esta costando aqui en la tierra no tener que fichar para saber que luego tengo otra vez que luchar para dejar de fichar...
Madre DE DIOS!!!
Yo es que al único serafín que conozco es la voz de Dios, el Metatrón. Y sólo porque en la peli "Dogma" lo interpretaba Alan Rickman, que si no, ni eso.
Esto de los coros de ángeles siempre me pareció de los más divertido. Me hizo reír tu nota, y, a propósito, ¿sabrías decirme de dónde sale la versión que dice que el arcángel Gabriel era una fémina?
Cordialmente,
V.
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