Hay muchos escritores que afirman que escribir una novela es su forma de vivir otras vidas que les han sido negadas. Escribiendo pueden cambiar de sexo, nacionalidad, época histórica, profesión, fortuna… Algunos alumnos saben, ya desde la infancia, que han nacido para ser músicos, o deportistas, o científicos, o explorados. Es algo que muchos llaman vocación. Lo saben casi desde el primer momento, y mantienen sus preferencias durante toda su vida.
¿Y los
escritores? ¿Saben los escritores que quieren ser escritores ya desde la
infancia? Pues la mayoría no. La mayoría lo descubre con el tiempo. Y tal vez,
sólo tal vez, lo que descubren es precisamente que les gustaría tener muchos
oficios a lo largo de su vida. Ser médicos, astronautas, vagabundos,
arquitectos, cantantes, políticos, soldados o hechiceros. Les gustaría vivir en
muchos sitios, en mundos reales y en mundos fantásticos. Y eso nadie puede
hacerlo. Sólo los escritores, cuando escriben, viven otras vidas, y con la
misma intensidad, y a veces más, que las vidas reales.
Literatura
El
novelista, en mangas de camisa, metió en la máquina de escribir una hoja de
papel, la numeró, y se dispuso a relatar un abordaje de piratas. No conocía el
mar y sin embargo iba a pintar los mares del Sur, turbulentos y misteriosos; no
había tratado en su vida más que a empleados sin prestigio romántico y a
vecinos pacíficos y oscuros, pero tenía que decir ahora cómo son los piratas;
oía gorjear a los jilgueros de su mujer, y poblaba en esos instantes de
albatros, y grandes aves marinas los cielos sombríos y empavorecedores.
La lucha que sostenía con editores rapaces y con un público indiferente se le antojó el abordaje; y la miseria que amenazaba su hogar, el mar bravío. Y al describir las olas en que se mecían cadáveres y mástiles rotos, el mísero escritor pensó en su vida sin triunfo, gobernada por fuerzas sordas y fatales, y a pesar de todo fascinante, mágica, sobrenatural.
Julio Torri: Meditaciones críticas
Ahora imagina
tu novela. Tu primera novela ya escrita, firmada por ti, terminada y publicada.
¿Cómo lo has hecho? ¿Has tardado mucho tiempo? Seguro que sí. Las cosas bien
hechas necesitan tiempo. En el caso de una novela se puede tardar años. Es como
proyectar, construir y decorar un edificio de diez o doce plantas, con todas
sus viviendas, oficinas, ascensores, cañerías…
Por eso es
importante que sepas que antes de escribir una novela, conviene hacer proyecto,
un guión, un resumen, un índice de la novela. Así lo hacen todos los
escritores. ¿Te imaginas que alguien construya un edificio sin hacer sobre
papel un proyecto previo? ¿Acaso crees que se mantendría en pie? Pues del mismo
modo que hay edificios que se derrumban por no estar bien calculados, también
las novelas "se caen" (de puro malas) cuando no están bien diseñadas.
Escribe ahora
el índice de tu próxima novela. Piensa que tiene que tener, al menos, diez o
doce capítulos, y que en cada capítulo tiene que suceder algo: un viaje, un
misterio sin resolver, una conversación reveladora, una persecución, un
descubrimiento, un accidente, una escena de peligro o de suspense…
No se trata
de que escribas la novela ahora, sino el guión: tres o cuatro líneas para cada
capítulo. Piensa que puede estar escrita en primera persona, y que en ese caso
tú eres el o la protagonista de la historia (real o irreal); o que la puedes
escribir en tercera persona, y hacer que el protagonista sea… quien tú quieras.
ã Enrique Páez
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