Una buena historia, con un buen argumento en su interior (Don Juan Tenorio, Romeo y Julieta, La Cenicienta, La Odisea…) se escribe no una vez, sino muchas, a lo largo de la historia. Y lo hacen distintos escritores en diferentes épocas y países. Y lo seguirán haciendo en el siglo xxi y en el xxii. Las buenas historias, además de ser eternas, tienen la capacidad de poder contarse una y otra vez como si fueran nuevas. Por supuesto, unas versiones serán mejores y otras peores, dependiendo de la habilidad del escritor que las reescriba, pero de eso no tendrá la culpa el argumento.
La
Odisea, ese
viaje de Ulises a la deriva por el mar Mediterráneo, 20 años buscando el camino
de regreso a Ítaca, se ha reescrito cientos de veces desde la primera versión
de Homero. Y son muy pocas comparadas con las veces que se volverá a escribir
en el futuro.
Aunque siempre sea el mismo Ulises, el
navegante a la deriva, sin embargo lo veremos transformado en un soldado
infiltrado detrás de las líneas enemigas, o en un borracho que va dando tumbos
por Dublín de taberna en taberna, o en un emigrante marroquí sin papeles, o en
una niña abandonada en un orfanato, o en un religioso que ha perdido la fe.
Incluso el Quijote podría entenderse
también como un Ulises perdido en tierras manchegas. Todos viven el viaje de
Ulises. Sólo hace falta comprender su historia, transformar el texto, y volver
a escribirlo como si sucediera en otro lugar y bajo otros nombres. Eso también
es literatura, en una de las tradiciones de creación más poderosas y respetadas
de todos los tiempos. No lo confundas nunca con el plagio.
·
Haz
que suceda en otro lugar: bajo el mar, en la selva, en tu instituto, en una
nave espacial…
·
Haz
que los personajes cambien de nombre y de aspecto: que los que eran animales
ahora sean personas; que cambien de sexo; y que alguna persona de la historia
original sea ahora un animal.
·
Y
en otra época: ¿En la prehistoria? ¿En este año? ¿En el siglo xxv?
No hay comentarios:
Publicar un comentario