Los macarras de ETA salen de vacaciones con tienda de campaña y una bomba en la mochila. Jo, qué juerga. Cuando regresen a Hernani hincharán el pecho delante de sus colegas:
“Hemos puesto un petardo en un cuartelillo de Mallorca y le hemos volado la cabeza a dos picoletos, qué risa. Les hemos jodido en verano. El mejor policía, el policía muerto. Luego nos fuimos a tomar el sol y a ver si ligábamos con alguna guiri, pero con la emoción del pepinazo no se nos empinaba. Cago en dios, eso es cosa del gobierno. Luego nos quedamos dormidos en la piscina del camping, y a Andoni se quemó toda la espalda. Mira que le avisé, joder, Andoni, ponte un poco de crema, que te vas a quemar. Pero ya sabéis cómo es, que no hace ni puto caso. Por cierto, os hemos traído una ensaimada con cabello de ángel, ya sabemos que es una horterada, pero es que están que te cagas. Para el futuro tenemos que ir pensando en poner una fábrica en Erandio. Lo tengo todo pensado. Ponme otro zurito, chaval, que estamos celebrando.”
Que nadie se piense que estos niñatos podridos son herederos de los guerrilleros antifranquistas. Ni de coña. Eso sería tanto como decir que las mafias rusas que se dedican a la trata de blancas son las herederas de Trotsky, Lenin y el ejército bolchevique. Y un huevo. Los nuevos etarras son macarras envenenados, gallitos de taberna, analfabetos voluntarios. No se distinguen apenas de las maras salvadoreñas, excepto en que los mareros no piden subvenciones al gobierno ni acuden gratis al médico de la Seguridad Social. En el resto se parecen: también entre los pandilleros de ETA ahora hay que hacerse valer, echarle huevos, demostrar que el fin justifica los medios. Andoni echa un trago y trata de explicarse un poco mejor:
“Esto es una guerra, joder, así que si dejamos niños muertos, pues mala suerte. La culpa no es nuestra, sino de sus padres, por ser guardias civiles. Esos cabrones tienen que saber que los mataremos como a cucarachas allá donde estén. Y no solo a todos los policías, militares, picoletos, y ertzainas, sino también a sus mujeres y a sus hijos, para que no se reproduzcan. También iremos a por los concejales vendidos, a por los que nos traicionen, a por los profesores que no piensen como nosotros, a por los periodistas, a por los empresarios que no paguen en impuesto revolucionario, y a por los clientes del Corte Inglés, por burgueses.”
“No jodas, Andoni, que mi hermana trabaja allí, a ver si te la vas a cargar a ella también.”
“Hostias, eso se avisa… Bueno, pues al Corte Inglés de Barcelona, y así aprovechamos para ir al concierto de U2, que están haciendo una gira de puta madre.”
“Como la nuestra, Andoni, con fuegos artificiales y todo.”
“Sí, como la nuestra… Bah, no es igual, que nosotros lo hacemos gratis, lo nuestro es por vocación.”
“Es verdad. Joder, Andoni, si es que eres un crack. Lo tienes clarísimo. Anda, invítame a otro zurito.”
“Chaval, pon otra ronda, que invito yo. Estamos celebrando, ¿no?”
Ilustraciones capturadas con Google. La segunda pertenece a Pepo Pérez
viernes, 31 de julio de 2009
martes, 28 de julio de 2009
Millenium: Los críticos que no amaban a los autores
Me he leído la trilogía Millenium, más de 2200 páginas entre los tres tomos, y no he tenido que hacer esfuerzos titánicos. Las he leído con placer, como otros dos millones de lectores españoles, y unos cuantos más de más allá de nuestras fronteras. ¿Por qué hay que odiar o criticar los libros que hacen disfrutar al lector? Yo debo reconocer que Millenium me ha devuelto el placer de la lectura, y que yo, como escritor, siento una doble envidia que no me importa reconocer: envidia del éxito comercial (pues sí, yo quisiera tener el éxito de Stieg Larsson, vender diez millones de libros y cabrear a dos docenas de críticos literarios por vender tantos libros sin su permiso); y envidia por una cualidad literaria que tiene Stieg Larsson y que muchos críticos desprecian: el saber conectar con los lectores, y hacerles disfrutar con una historia narrada con naturalidad, sin demasiados artificios. Eso no es tan fácil, porque si así fuera, todos los autores estaríamos escribiendo otra historia similar. El que diga que no le importa no vender diez millones de libros, porque la opinión favorable de diez millones de lectores se la trae floja comparada con la suya propia, miente más que Bush, Aznar y Berlusconi juntos y desnudos bajo la colcha. Leo los comentarios de algunos críticos, escritores algunos de ellos, que dicen que lo han leído, o le han echado un pequeño vistazo por encima, y que es pura bazofia, y me entra al risa floja. Están verdes, dijo la zorra. Es una basura, dijo el crítico.
Lo diré de otro modo: a mí no habría importado haber escrito esa trilogía. Debe ser que soy tan gilipollas que sí que me importa tener diez millones de lectores y veinte millones de euros en derechos de autor. Será que respeto más la opinión de los lectores que la de los críticos, sobre todo cuando van en proporción de un millón contra uno. Dejad de llamadme Ismael, matad a la ballena y llamadme gilipollas de una puta vez. Vaya huevazos que tienen algunos.
Yo podría hacer una relación de aspectos que no me han gustado de la trilogía. No demasiados, porque básicamente me ha gustado, así que los aciertos superan con creces a los defectos. ¿Que no son novelas perfectas? Pues afortunadamente no lo son, porque el día que alguien escriba la novela perfecta, la que lo dice todo y lo incluye todo con la perfección infinita, se cerrará el kiosco de la literatura y los escritores nos dedicaremos a hacer tapetes de macramé donde apoyar el libro. Perdón, El Libro.
Parece que los apocalípticos y los integrados siguen estando en desacuerdo en cuanto a la cultura de masas, pero cuando leo algunas críticas como la de Alejandro Gándara, no puedo más que sonreír ante esa necesidad de autoafirmarse mirando el mundo (los libros, los lectores) desde una atalaya de soberbia patética. Y mira que me hizo gracia eso de “En cuanto al libro, puede que sea entretenido si uno se excita viendo crecer un geranio o cómo se seca la pintura en una pared”. Debe ser que el El Mundo les piden a los blogueros contratados a sueldo que sean malos malotes, para generar polémica y vender mucho. Qué pena: hacer críticas así sí que es venderse, y no escribir Millenium.
He calculado que Millenium puede tener cerca de 750.000 palabras (cien mil más, cien mil menos), y como sé lo que cuesta escribir 50.000 palabras (lo he hecho varias veces, así que no hablo de oídas), yo me quito el sombrero. Sé que el solo hecho de escribir esa cantidad de trama narrada sin que se caiga de las manos (diez millones de lectores aseguran que las novelas de Larsson se mantienen en pie sin dificultad alguna) es una proeza que pocos, muy pocos autores consiguen. Ojalá hubiera más. Ojalá yo fuera uno de ellos. Puta envidia la mía, ya te digo.
Lo diré de otro modo: a mí no habría importado haber escrito esa trilogía. Debe ser que soy tan gilipollas que sí que me importa tener diez millones de lectores y veinte millones de euros en derechos de autor. Será que respeto más la opinión de los lectores que la de los críticos, sobre todo cuando van en proporción de un millón contra uno. Dejad de llamadme Ismael, matad a la ballena y llamadme gilipollas de una puta vez. Vaya huevazos que tienen algunos.
Yo podría hacer una relación de aspectos que no me han gustado de la trilogía. No demasiados, porque básicamente me ha gustado, así que los aciertos superan con creces a los defectos. ¿Que no son novelas perfectas? Pues afortunadamente no lo son, porque el día que alguien escriba la novela perfecta, la que lo dice todo y lo incluye todo con la perfección infinita, se cerrará el kiosco de la literatura y los escritores nos dedicaremos a hacer tapetes de macramé donde apoyar el libro. Perdón, El Libro.
Parece que los apocalípticos y los integrados siguen estando en desacuerdo en cuanto a la cultura de masas, pero cuando leo algunas críticas como la de Alejandro Gándara, no puedo más que sonreír ante esa necesidad de autoafirmarse mirando el mundo (los libros, los lectores) desde una atalaya de soberbia patética. Y mira que me hizo gracia eso de “En cuanto al libro, puede que sea entretenido si uno se excita viendo crecer un geranio o cómo se seca la pintura en una pared”. Debe ser que el El Mundo les piden a los blogueros contratados a sueldo que sean malos malotes, para generar polémica y vender mucho. Qué pena: hacer críticas así sí que es venderse, y no escribir Millenium.
He calculado que Millenium puede tener cerca de 750.000 palabras (cien mil más, cien mil menos), y como sé lo que cuesta escribir 50.000 palabras (lo he hecho varias veces, así que no hablo de oídas), yo me quito el sombrero. Sé que el solo hecho de escribir esa cantidad de trama narrada sin que se caiga de las manos (diez millones de lectores aseguran que las novelas de Larsson se mantienen en pie sin dificultad alguna) es una proeza que pocos, muy pocos autores consiguen. Ojalá hubiera más. Ojalá yo fuera uno de ellos. Puta envidia la mía, ya te digo.
domingo, 19 de julio de 2009
El gato 03
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
domingo, 12 de julio de 2009
El gato 02
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
viernes, 10 de julio de 2009
El gato 01
Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
lunes, 6 de julio de 2009
Apostillas al "Pacto de sangre"
Algunos lectores y lectoras de este blog se han sentido frustrados, decepcionados y hasta traicionados por el final brusco y extradiegético (desde el exterior del texto) de Pacto de sangre. Lo lamento, pero no puedo arrepentirme de haber finalizado así. No ha sido una venganza absurda contra los lectores, sino una necesidad imperiosa de acabar la historia con un golpe incomprensible, desafortunado, como la muerte misma. Malena muere (por más que ya esté muerta) en un momento en el que no le tocaba morir, sino seguir avanzando en sus aventuras de ultratumba. Esa es la teoría, pero la realidad es que a veces la muerte sorprende con la tarea a la mitad, y la vida se queda inconclusa. También las novelas a veces tienen muertes prematuras. Y con frecuencia tienen vidas (desarrollos) aburridas, exageradamente largas y monótonas. Solo unas pocas novelas, y vidas, tienen la intensidad justa, la longitud adecuada, los acontecimientos precisos, y un final glorioso que deja a los lectores y a los deudos con sensación de plenitud y agradecimiento. Eso es la novela de una novela. La realidad de la vida (y de las novelas) es otra, múltiple e insatisfactoria cientos de veces.
Tal vez Malena regrese, como a veces regresa un amigo que se fue a vivir muy lejos en unos momentos en los que éramos uña y carne. Pero, para qué engañarnos, los amigos casi nunca vuelven, y cuando vuelven, si es que vuelven, resulta que son otros, que han cambiado, que ya no existe la misma conexión que teníamos antiguamente, quizá porque tampoco ya nosotros somos los mismos, y decepcionamos también al amigo que regresa sin quererlo, aunque él tampoco nos diga nada.
Aunque creo que los amigos, y Malena, regresarán disfrazados con otra ropa. El amigo regresa siempre con otro nombre y edad, casi es imposible reconocerlo en el nuevo personaje que aparece de repente en nuestra vida, pero es el mismo, fíjate bien, es la misma esencia de la amistad reconfortante, como la pasión y el deseo, aunque disfrazada en las carnes de otro cuerpo. Las reencarnaciones no suceden en otras vidas después de la muerte: suceden en esta vida, delante de nuestras narices, pero nos cuesta reconocerlas.
En fin, que gracias a todos los que seguís estos escritos dispersos, unas veces más coherentes que otras. Yo seguiré intentando llegar cada día un poco más allá, por lo que las vías muertas y los fracasos están garantizados de antemano. Pero tal vez, ojalá, estas escaramuzas heterodoxas me lleven a un lugar nuevo, inexplorado. Habrá que intentarlo.
Imágenes anónimas capturadas con Google
Tal vez Malena regrese, como a veces regresa un amigo que se fue a vivir muy lejos en unos momentos en los que éramos uña y carne. Pero, para qué engañarnos, los amigos casi nunca vuelven, y cuando vuelven, si es que vuelven, resulta que son otros, que han cambiado, que ya no existe la misma conexión que teníamos antiguamente, quizá porque tampoco ya nosotros somos los mismos, y decepcionamos también al amigo que regresa sin quererlo, aunque él tampoco nos diga nada.
Aunque creo que los amigos, y Malena, regresarán disfrazados con otra ropa. El amigo regresa siempre con otro nombre y edad, casi es imposible reconocerlo en el nuevo personaje que aparece de repente en nuestra vida, pero es el mismo, fíjate bien, es la misma esencia de la amistad reconfortante, como la pasión y el deseo, aunque disfrazada en las carnes de otro cuerpo. Las reencarnaciones no suceden en otras vidas después de la muerte: suceden en esta vida, delante de nuestras narices, pero nos cuesta reconocerlas.
En fin, que gracias a todos los que seguís estos escritos dispersos, unas veces más coherentes que otras. Yo seguiré intentando llegar cada día un poco más allá, por lo que las vías muertas y los fracasos están garantizados de antemano. Pero tal vez, ojalá, estas escaramuzas heterodoxas me lleven a un lugar nuevo, inexplorado. Habrá que intentarlo.
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