sábado, 10 de marzo de 2012

El bloqueo literario 1

Cuando se habla de escritura, tarde o temprano sale el tema del bloqueo, el no saber qué escribir, el famoso “miedo a la hoja en blanco”. Eso es algo que no desaparece con el tiempo (a veces, aumenta), y cada escritor lo soluciona a su manera. Los hay que no lo sufren nunca (son pocos), y los hay que luchan contra él durante toda la vida.

En su diario, Kafka escribió: "7 de junio. Mal día. Hoy no he escrito nada. Mañana no tendré tiempo." Y ese lamento lo han escrito, lo han pensado y lo han sufrido casi todos los escritores y escritoras a lo largo de la historia. Y probablemente también los pintores, escultores y músicos, aunque ese sea un consuelo de tontos. Es la página en blanco, el dragón de los escritores, el monstruo de la laguna, el catoblepas (ese animal fantástico que se alimenta de sí mismo y se autodevora), el enemigo interior.

Cada cual resuelve ese problema, que va a seguir existiendo siempre, como puede. Si la técnica usada por alguien te resuelve el conflicto, entonces vale. Juan Benet, en cierta ocasión (lo cita Monteserrat Roig) aseguraba que sería capaz de matar a su madre, seducir a su hermana y quemar la casa si ello fuera necesario para seguir escribiendo. Juan Benet era un poco exagerado, y eso no se lo curaron ni en la Escuela de Caminos, y nunca llegamos a saber si lo hubiera hecho llegado el caso. Por fortuna para todos (y en especial de su hermana y su madre), siguió escribiendo hasta la muerte. Pero lo que quería decir, en cualquier caso, es que todo se supedita a la creación para un verdadero creador. Que, a veces, hay que ser incluso un poco inmoral, políticamente incorrecto y desvergonzado para seguir escribiendo. Que el fin justifica los medios o, al menos, hay que imaginar que los justifica para seguir escribiendo. Que las leyes éticas y morales se tambalean, se deben tambalear algunas veces. Al menos por escrito. Juan Benet necesitaba pensar que, si dejaba de escribir, iba a tener de hacer tal cantidad de barbaridades que más le valía no dejar de escribir. Y así lo hizo.

----------------
Más en el libro "Escribir. Manual de técnicas narrativas", Enrique Páez, Ed. SM, Madrid.

No hay comentarios: