Cuando tengas ganas de escribir, de contar algo, de protestar, de decirle algo a alguien, contente.
Cuenta hasta diez, respira profundamente, levántate de la silla, ve al salón, húndete en el sofá y enciende la tele.
No te dejes vencer por la tentación. Haz un esfuerzo para no pensar.
De lo contrario es posible que caigas, como tantos otros, en una espiral de autoconciencia destructiva, y tal vez descubras que tu vida es tan absurda como la de todos los demás. Sabrás que todos te mienten. Todos: tu madre, el gobierno, tus hijos, tu novia, y hasta tú mismo. Deja que la tele te acune, interésate por Gran Hermano, hazte seguidor un un equipo de fútbol, de un partido político, de una serie de televisión. Vete de putas, por dios, pero suelta de una vez ese bolígrafo que tiembla en tu mano. Y tenle miedo, mucho miedo.
Cuenta hasta diez, respira profundamente, levántate de la silla, ve al salón, húndete en el sofá y enciende la tele.
No te dejes vencer por la tentación. Haz un esfuerzo para no pensar.
De lo contrario es posible que caigas, como tantos otros, en una espiral de autoconciencia destructiva, y tal vez descubras que tu vida es tan absurda como la de todos los demás. Sabrás que todos te mienten. Todos: tu madre, el gobierno, tus hijos, tu novia, y hasta tú mismo. Deja que la tele te acune, interésate por Gran Hermano, hazte seguidor un un equipo de fútbol, de un partido político, de una serie de televisión. Vete de putas, por dios, pero suelta de una vez ese bolígrafo que tiembla en tu mano. Y tenle miedo, mucho miedo.
2 comentarios:
Suelta ese bolígrafo si puedes. Porque si no puedes da igual las veces que te vayas, volverás y escribirás.
Hasta tu muerte.
Así es, Begoña. Hay que aceptar la condena, que a veces tiene premio.
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