martes, 30 de noviembre de 2010

Soy feliz

Esta mañana me he levantado con una certeza. Un descubrimiento. Una epifanía: soy feliz.
Poco más tengo que añadir. That's all.
He tardado 55 años en llegar a ese estado, y es de ley reconocerlo.
No soy el más guapo, no soy el más listo, no soy el más rico. Pero soy feliz.
Que me quiten lo bailado.
Un huracán azota Tenerife y despeina la cumbre del Teide. Don't worry. Yo me siento frente a la ventana, miro hacia la Palma y respiro hondo. No me importa. Soy feliz.
A veces siento un tirón en el dedo central del pie derecho. Es molesto. Duele. Luego se va, y yo vuelvo a ser feliz.
También tengo hipoglucemias, Hacienda me pone multas, el coche se queda sin gasolina, se funde una bombilla, los testigos de Jehová llaman al timbre, me tropiezo con una silla, no logro descargar archivos de Internet, un niño me saca la lengua, la barba me vuelve a crecer a pesar de que me la afeité anteayer, tengo una pesadilla en mitad de la noche, Bea me dice que tengo que hace deporte, Cajamadrid me cobra 20 euros por tener una tarjeta, tengo que podar un árbol que me tapa las vistas de El Sauzal, y Telefónica no me devuelve 180 euros que me cobró ilegalmente. Me voy haciendo viejo.
Con todo y con eso, descubro que soy feliz. Happy.
Pelillos a la mar.
Jorge Guillén era un poeta luminoso, feliz. Quizá por eso se lee poco. A la gente le da rabia.
La gente.
En portugués "A gente" significa "nosotros". Han descubierto, a través de la gramática, un secreto a voces. Cuando alguien dice "A la gente no le gusta..." en realidad suele querer decir "A mí/nosotros no me/nos gusta...". Así que no es un plural de humildad, de trabajos universitarios, ni de dignidad papal, sino de submarinismo, de protección y anonimato entre la multitud. El que tira la piedra y esconde la mano. No soy yo el que lo dice, ¿eh?, ojo, no te confundas, somos nosotros, somos todos, yo solo expreso el sentir general... ¡Y una mierda!
Esto era una digresión, Off the topic, O/T. Volvamos a nuestros corderos (los míos):
La gente prefiere las noticas tristes, los cotilleos dolorosos. Por ejemplo: ¿Sabes? Maripuri tiene un cáncer en una teta, y su marido se ha gastado todo el dinero en putas. Eso sí se comenta. Nunca dicen: ¿Sabes? Jorge tiene agujetas en la polla porque ha estado toda la tarde follando con Lucía y ha tenido tres orgasmos, y ella cinco.
Es verdad que a veces las cosas en su justa medida son preferibles: si te cortan un brazo, malo; si te crece un tercer brazo en mitad del pecho, malo. Con dos es suficiente. Como los orgasmos.
Soy feliz, qué le vamos a hacer, y ni siquiera me siento culpable.

10 comentarios:

leo dijo...

Pues te felicito, Enrique. Y me encanta leer esto que dices. ¿Tú también crees que las cosas suceden igual, duelen lo mismo, y sin embargo se puede ser feliz? Sin sufrir, sin rebozarse. Parece que sólo los tristes tuvieran cosas que contar. Y cuando digo tristes, digo infelices, que incluso siendo feliz se puede estar triste. O al menos eso creo yo.
Y me gusta mucho Jorge Guillén.
Ea, que me he levantado hoy con ganas de hablar, perdón por el rollo.
Me alegro mucho por ti.
Un abrazo.

Belén dijo...

¡Olé!

Red Internacional de Cuentacuentos (RIC) International Storytelling Network dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Maria Coca dijo...

Me alegro!!!

Pocos son los que lo declaran así, sin peros ni complejos.

Un abrazo.

Jesus Esnaola dijo...

Te leía y me decía, ostras, salvando los detalles, resulta que Enrique es feliz y le pasa lo mismo que a mí, multa de hacienda arriba o abajo, así que sólo cabe una conclusión y es que ¡soy feliz!
Me alegro de tu felicidad y doy la bienvenida a la mía.

Abrazos

Anónimo dijo...

I´m sorry.
1 poema de Lars Hulden: Consejos a gentes felices:



CONSEJOS A GENTES FELICES

Si alguna vez tú, henchido de un sentimiento de felicidad,
te levantas de un salto y gritas al viento,
al mar o al silencioso bosque -
es lo mismo a cuál -, gritas "Yo soy
feliz", debes saber que tus palabras te serán reclamadas
a su debido tiempo con intereses;
lo mismo que cuando se escapa un preso antes
de haber cumplido su condena pero es detenido
de nuevo y se le impone
una pena más dura que la de antes.
Las autoridades de la vida no toleran
ningún evadido, y la felicidad es esa
sensación de que a uno no le afectan
las duras condiciones de la vida, de que uno misteriosamente
ha salido de la cantera.
Por eso, si sientes que tu felicidad es tan grande
que te sale resplandeciente por los ojos, inclina
tu rostro hacia la tierra y bájate la capucha sobre
la frente como un leproso, prosigue mudo
tu camino, y que el tono de tu voz no traicione
lo que siente tu corazón.


Lars Hulden. QUINCE POETAS FINLANDESES. Selección, traducción e introducción. Amelia Romero, Editor, Lo libros de la frontera, Barcelona, 1986.

Una ET en Euskadi dijo...

Bueno, la cara de feliz ya la tenés así que habrá que creerte.
A mé me estafaron una abogadina y un banco. Hubiera sido más feliz con cancer en una teta y un marido que se gastara toda la pasta en putas (aunque fuera MI pasta, prefiero darsela a una curranta del sexo que a una abogadina)

Rosana Alonso dijo...

Me ha hecho feliz leer esta entrada.


Un saludo cordial Enrique

Elysa dijo...

Se agradece una entrada así, quizás con más como la tuya seamos capaces de quitarnos de encima este velo de pesimismo.

Un saludo

Elisa Agudo dijo...

Sí señor! Malegro, malegro, malegro! ;-)

Yo también lo soy, pero es cierto que a veces nos da como vergüenza confesarlo. Se acabaron los complejos y las culpas!!!

Besos