eyó que el trigo era agua, se equivocaba. Bajó garganta adentro hasta llegar al estómago. Estaba preñada. Hizo nido. Puso huevos. Me hacía cosquillas en la tripa.Ahora tengo ocho lagartijas hambrientas. Ya no cago: se lo comen todo. Estoy quedándome en los huesos. Son insaciables.
Han empezado a reproducirse. Son muchas. Algunas se me escapan por el culo. No sé qué hacer. Tal vez debería comerme un gato, o una serpiente, o una colección de hormigas carnívoras, y que las exterminen.
Han empezado a comerse el páncreas. Lo sé porque me vuelto diabético de la noche a la mañana. Son ellas. Hay que joderse.
4 comentarios:
¡Aghh! Qué mal rollo. Y sé que a mí me la tienen jurada, desde que de niño conseguí atar una a un cohete, con un hilo fino. Y la lancé, rumbo a la Luna. No llegó, y creo que su especie no me perdona el fracaso. Tal vez hayan comenzado contigo porque les ofreciste la epiglotis, lo mismo les daba. Pero sé que es a mí a quien buscan. Ya ha empezado.
Gracias por la sonrisa. A estas horas es estupendo echar unas risas.
Un abrazo
Echar unas isas tan bien echadas.. es una gozada! Y a la hora que sea, para mí las 22:20, para ser más exactos.
Ya estoy mirando por si hay lagartijas por alguna esquina, alguna pared... pero no, por aquí seguro que no...
Igual tienes que tomarte un algo para que salgan corriendo esófago arriba o abajo...
Abrazos!
PD: Palabrita a verificar: REPARO! es que amí las lagartijas me dan así como reparo, también es casualidad! Ja!
El amigo de un amigo dice que las lagartijas huyen con el ruido de los gorgoteos y que con los gases ni te cuento.
Ya nos contarás si Bea se anima a gorgotear y conseguís vencerlas.
:-))
A mí me pasó parecido con unas mariposas: creí y todo que me había enamorado... P´a que veas.
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