Luego escribí otra. También era mala, y acabó en la papelera.
Escribí la tecera, y no era tan mala, así que la guardé.
Al medio día tuve una crisis existencial, pero me medí el nivel de azúcar en la sangre, y descubrí que solo era una hipoglucemia.
Me bebí un vaso de leche con Colacao, me comí tres galletas María y esperé.
Media hora después la crisis había desaparecido, y la glucemia estaba a 110.
Hoy he aprendido siete palabras nuevas en inglés, y cuando he empezado a divagar acerca del sentido y los límites de la existencia, he corrido a la cocina y me he comido una rodaja de melón tan grande que tapaba a Sartre, Heidegger y García Calvo juntos.
Luego me he sentado a ver Pirañas en la tele.
El mes de agosto está lleno de sorpresas.
5 comentarios:
:)
Mi hermana es diabética también, no sé si lo sabes, o no te lo dije... pero con tu permiso, le mando esta reflexión, que creo que le gustará...
Besicos
Hay pocos síntomas que no mejore un colacao ;-)
Feliz verano, Enrique.
Pues dale un beso diabético a tu hermana, de mi parte, Belén.
Feliz verano, Colacao con hielo, Leo :-)
Entre Heidegger y pirañas, las prefiero a ellas.
La pregunta es ¿Hay algo que no curen tres galletas María y un buen colacao?
Un saludo.
No soy diabética, pero sí Calacaoadicta!
Y a mí, ya ves, las crisis existenciales, me dan cada dos por tres, que creo recordar son seis... o sea, con o sin sucre, me interrogo ocntínuamente.
"Pirañas", no, ya la vi una vez, o dos... y no, uf, qué miedo!
Ánimo, que la feria todavía sigue, así que lo de la montaña rusa, va para largo.
Paciencia, que mientras tengamos el Colacao amano...!
Un besote!
;)
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