Acaba de morir. Era de Cádiz, poeta, futurista, dadaista y de una sensibilidad exquisita. Fundador del postismo.
A mí me gustaba mucho. Me parecía cercano al surrealismo, al dandysmo y a los registros infantiles.
Hace años (casi 10) insistí para que en uno de los libros de texto en los que yo era coautor, de 1º de la ESO de Lengua y Literatura (Ed. SM), incorporaran uno de sus poemas, un atorretrato extraño de Carlos Edmundo de Ory:
FONEMORAMAS
Si canto soy un cantueso
Si leo soy un león
Si emano soy una mano
Si amo soy un amasijo
Si lucho soy un serrucho
Si como soy como soy
Si río soy un río de risa
Si duermo enfermo de dormir
Si fumo me fumo hasta el humo
Si hablo me escucha el diablo
Si miento invento una verdad
Si me hundo me Carlos Edmundo.
(c) Carlos Edmundo de Ory
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Foto Paco Torrente
3 comentarios:
Muy bello.
Con tu permiso, Enrique, en homenaje a Carlos Edmundo de Ory, (y como ajuste de cuentas a editores de libros de texto de la ESO) voy a publicar este poema en nuestro Cuaderno Interactivo de Lengua y le dedicaremos nuestro tiempo, un tiempo de alegría y de recuerdo.
Gracias.
Jmdeum:
Yo tenía el poema con algunas instrucciones para que los chavales escribieran. Son estas (por si te sirven de algo):
¿DE QUÉ COLOR SERÍAS?
(Autorretrato literario)
Todos nosotros, tarde o temprano, nos preguntamos: ¿Quién soy yo? ¿En qué soy diferente a los demás? ¿En qué me parezco? Y a partir de ahí tratamos de hacer nuestro autorretrato.
Los pintores lo hacen a menudo. Y no hacen uno sólo, sino varios a lo largo de su vida. ¿Acaso somos iguales, pensamos igual, a los doce años, a los veinte, a los cuarenta y a los ochenta? Seguro que no. O mejor dicho: en unas cosas sí, y en otras no.
Incluso en el mismo día. Yo puedo decir: "Me gusta estar tumbado en la cama sin hacer nada", y también "Me gusta correr por el monte hasta agotarme". Y los dos soy yo, porque no siempre soy de la misma manera ni me gustan siempre las mismas cosas.
Hay un juego al que tal vez hayas jugado alguna vez. Todos los que participan se sientan en círculo, y uno de ellos se ausenta de la habitación durante unos minutos. Mientras está fuera los demás jugadores se tienen que poner de acuerdo para tratar de definir a una de las personas que está allí. El jugador ausente, cuando regresa, tiene que ir preguntando uno a uno a los demás: "Si esa persona fuera un color, ¿qué color sería? ¿Y si fuera una canción? ¿Y si fuera un animal? ¿Y si una fruta? ¿Y si fuera una tienda, qué se vendería en esa tienda?" Así hasta que adivina quién puede ser la persona en la que está pensando todo el resto del grupo. De algún modo eso es lo que hace el poeta Carlos Edmundo de Ory consigo mismo en este extraño autorretrato:
FONEMORAMAS
Si canto soy un cantueso
Si leo soy un león
Si emano soy una mano
Si amo soy un amasijo
Si lucho soy un serrucho
Si como soy como soy
Si río soy un río de risa
Si duermo enfermo de dormir
Si fumo me fumo hasta el humo
Si hablo me escucha el diablo
Si miento invento una verdad
Si me hundo me Carlos Edmundo.
Carlos Edmundo de Ory
Ahora inténtalo tú. Es más fácil de lo que parece. Piensa en las cosas que te gustan, el animal en el que te gustaría transformarte si no tuvieras más remedio que hacerlo, la comida, el juguete, la calle, el personaje histórico, la planta, el libro, el accidente geográfico, la película, el vehículo de desplazamiento, el olor o la prenda de vestir con la que te identificas.
Podrías escribir (y estaría bien) algo así:
Si fuera un animal sería un topo,
si fuera una comida sería un aguacate,
si fuera un juguete sería un rompecabezas,
si fuera una calle sería una calle pequeña recién mojada por la lluvia...
Y así sucesivamente.
Pero tal vez puedas olvidar los comienzos de las frases del tipo "Si fuera un animal sería..." Y escribir directamente:
Soy un topo, un aguacate y un rompecabezas.
A veces me imagino como una calle pequeña, recién llovida,
y otras veces como Atila, rey de los hunos,
a lomos de un patinete.
Cuando juego soy un volcán,
pero si estudio me convierto en cueva...
Ahora escribe tu autorretrato en forma de poema. No tiene por qué ser muy lógico, sino simplemente tuyo. No trates de explicar por qué eres esto o aquello. Lo eres porque sí, porque te gusta (aunque no sepas por qué te gusta), y porque si pudieras escoger, serías eso. Es una razón más que suficiente.
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