martes, 21 de septiembre de 2010

Dar a conocer a un personaje

Para dar a conocer a un personaje se pueden utilizar técnicas muy variadas. De este modo se evita la monotonía de presentar siempre a los personajes describiéndolos. Éstos son algunos modos:

# Por lo que hace. Por ejemplo, si hacemos que nuestro personaje cierre la puerta de un portazo, le estamos caracterizando mejor que si decimos, sencillamente, que era una persona violenta.

# Por lo que piensa. Un ejemplo: el personaje piensa que todo el mundo le odia; de este modo podemos trasmitir que es una persona insegura y un poco desequilibrada.

# Por lo que dice. Nuestro personaje es alguien muy tímido: podemos darlo a conocer haciendo que en una conversación sólo participe mediante monosílabos.

# Por una peculiaridad. Imagina a alguien muy inseguro y nervioso: podemos caracterizarlo haciendo que se ría después de cada cosa que dice. E, incluso, que se tape la boca con la mano cuando lo hace.



Te toca. Déjalo todo a un lado y, al menos por unos momentos, olvida la gramática, las leyes y la historia. Ahora la historia la escribes tú. Tú eres quien va a decir cómo son las cosas, cómo las ves, cómo las quieres. Ya era hora.

Si quieres escribir un buen relato, necesitas dos elementos básicos: unos personajes bien definidos y un argumento interesante. Si consigues que tus personajes fascinen al lector, tendrás la mitad del camino recorrido.

Haz el retrato de un personaje. Primero selecciónalo. Imagínalo. Puede ser alguien cercano o, mejor, casi desconocido. Humano, animal o fantástico. Lo que no sepas te lo inventas. Cierra los ojos y comienza a ver detalles de su persona: cómo viste, su cabello, su nariz, sus ojos, a qué huele, su timbre de voz, qué tiene en las manos, su olor, qué gestos hace. Utiliza los cinco sentidos (vista, olfato, oído...), y después utiliza el sexto (la intuición). Fíjate bien en los detalles pequeños: un diente torcido, una forma especial de ladear la cabeza, zapatos rotos, un anillo en el dedo meñique, un tic nervioso... Esos detalles son los que de verdad identifican y darán vida a tu personaje. Ya lo tienes en el bolsillo. Ahora abre los ojos y escribe. Intenta varios retratos: un vecino, una amiga, un fantasma, una bestia mitológica, un emigrante, un loco, un animal, una antigua profesora. Utiliza para ello distintas técnicas (vuelve a leer el comienzo de esta entrada).

5 comentarios:

Edurne dijo...

Gracias maestro!
Eskerrik asko!

Y un abrazo!

Maria Coca dijo...

Buena lección!!!

Un abrazo.

leo dijo...

:-) Fácil, rápido y para toda la familia. Cuánta capacidad para trasmitir y en cuán pocas palabras. te hago la ola.

carmen dijo...

Fantastico, profe.
Lo fácil que parece y lo dificil que es.

Enrique Páez dijo...

Gracias, Edurne, María, Leo, Carmen... ¿A que sí que parece una clase de Taller de Escritura? Y lo son: Estos son fragmentos que, de hecho, publiqué en algunos libros de texto de SM.
Besos