Sigo enganchado a la serie Shameless, temporada 14, que emiten a través de Netflix. A los guionistas se les va la pinza cada vez más. La familia entera, desde Fiona hasta el pequeño Liam, fueron secuestrados hace tres temporadas, después fueron fusilados, y ahora regresan convertidos en una ONG de zombies transexuales sintoístas. Frank Gallagher tiene muchas posibilidades de convertirse en presidente.
Me aparto la mano de la boca y dejo de comerme uñas y padrastros, porque otra vez me he hecho sangre sin darme cuenta. Ringo, mi Golden Retriever, me lame los dedos y pone su cabeza debajo de mi mano para que le acaricie. Le rasco detrás de las orejas y en el entrecejo sin apartar los ojos del televisor. Suena el teléfono, y por el tono sé que es Marcela la que está llamando. No puedo hablar con ella. Ahora no. La llamaré cuando regresen los anuncios.
Un fogonazo de luz que llega a través de la ventana me hace desviar la vista, pero no veo nada. No veo nada. Todo está oscuro. La ventana no existe.
Y de pronto recuerdo que no tengo televisor, que jamás he tenido un perro, que soy ciego, que nunca conocí a Marcela, y que solo soy un vampiro inmortal enterrado en las laderas del Vesubio desde hace dos mil años, cansado ya de imaginar mundos trastornados.
(c) Enrique Páez
Me aparto la mano de la boca y dejo de comerme uñas y padrastros, porque otra vez me he hecho sangre sin darme cuenta. Ringo, mi Golden Retriever, me lame los dedos y pone su cabeza debajo de mi mano para que le acaricie. Le rasco detrás de las orejas y en el entrecejo sin apartar los ojos del televisor. Suena el teléfono, y por el tono sé que es Marcela la que está llamando. No puedo hablar con ella. Ahora no. La llamaré cuando regresen los anuncios.
Un fogonazo de luz que llega a través de la ventana me hace desviar la vista, pero no veo nada. No veo nada. Todo está oscuro. La ventana no existe.
Y de pronto recuerdo que no tengo televisor, que jamás he tenido un perro, que soy ciego, que nunca conocí a Marcela, y que solo soy un vampiro inmortal enterrado en las laderas del Vesubio desde hace dos mil años, cansado ya de imaginar mundos trastornados.
(c) Enrique Páez
2 comentarios:
Ese punto de giro maravilloso :). Me ha encantado leerte.
Me es un placer poder de su mano querido Maestro leer este documento que me traslada a uno de los viajes y periplos que he tenido la suerte de haber escuchado en propia experiencia de mis abuelos cuando viajaron a Pompeya... y todo lo vivido en carne y hueso también es gratificante para el culto de la mente y del alma.
Me adentro y me suscribo a este su hogar literario sin su permiso pero creo que gratamente bien recibida.
Un cordial saludo. Espero su crítica ante alguno de mis escritos y poemas entre otros documentos :) me sería de gran satisfacción contar con ello.
Quizá también nos encontremos por la plataforma de youtube en mi caso como:
Sheila AM sheishei hablando de haikus borgianos por ejemplo :)
Nos vemos pronto si el destino así nos fragua.
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