Desde
hace tiempo que sabemos, ya sin disimulo, a dónde van nuestros impuestos. La
banca, los bancos, ese tragaldabas insaciable, necesita que paguemos muchos más
impuestos para llenar su panza sin fondo. Se quedarán, se están quedando, con
nuestro dinero, con nuestros salarios, con las jubilaciones, con el derecho a
cobrar el paro. Destrozarán, están destrozando, la educación, la sanidad,
nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos, condenados a convertirse en una
generación perdida. Una generación condenada a la miseria laboral, económica y
mental. Mucho más despojada que aquella que vivió la guerra y la posguerra.
Hace
casi 30 años Golpes Bajos Caligari decía que eran malos tiempos para la lírica. Yo
creo que es momento de volver a la poesía radical, combativa. La de Miguel
Hernández (Nunca medraron los bueyes en los páramos de España), la de Gabriel
Celaya (Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales),
la de Blas de Otero (Esto es ser hombre, horror a manos llenas), la de Ángel
González (Lo había perdido todo: / amor, familia, bienes, esperanzas. / Y se
decía casi sin tristeza: / ¿no es hermoso, por fin, vivir sin miedo?).
Para
empezar, propongo ir ensayando una canción inspiradora. Un himno
revolucionario. Empecemos a cantar, a voz en cuello:
Negras
tormentas agitan los aires,
nubes
oscuras nos impiden ver,
aunque
nos espere el dolor y la muerte,
contra
el enemigo nos llama el deber.
El
bien más preciado es la libertad,
hay
que defenderla con fe y valor.
Alza
la bandera revolucionaria
que
llevará al pueblo a la emancipación,
alza
la bandera revolucionaria
que
llevará al pueblo a la emancipación.
En
pie pueblo obrero, a la batalla,
hay
que derrocar a la reacción.
¡A
las barricadas, a las barricadas,
por
el triunfo de la Confederación!
¡A
las barricadas, a las barricadas,
por
el triunfo de la Confederación!
2 comentarios:
Ésa, ésa es mi canción!
La estoy cantando todos los días, despierta a voz en grito, en sueños...
¡A las barricadas!
Un abrazo revolucionario!
;)
Pues más que un himno habría que sacar un CD completo con la que está y va a seguir cayendo.
De todas formas yo prefiero las evoluciones a las revoluciones. Las últimas no traen más que muerte y desgracia, no hay más que darse una vuelta por las del siglo pasado, por ejemplo.
En cuanto a la educación, ya que la nombras, el desastre es absulto desde hace más de 20 años, poco tiene que ver con ahora.
Yo ,para empezar, vivir mucho más despacio. Sería un buen comienzo.
Un saludo
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