A finales de 1978 Franco llevaba tres años muerto, y en la Zarzuela estaba instalado su sucesor, escogido a dedo, Juan Carlos I de España y nada de Alemania. En una buhardilla de la Plaza de Oriente, entre tanto, José Bergamín estaba a punto de cumplir 83 años, y seguía tan lúcido y tan republicano como siempre. Casi muerto de hambre, como Corpus Vargas, después de una vida entera dedicada a la escritura. Toda la vida resistiéndose al fascismo para llegar ¿a dónde?
La respuesta fue un artículo demoledor en la revista Sábado Gráfico: "La confusión reinante".
Y otra vez a comisaría, a responder por sus escritos. Y otra vez despedido de otra redacción. Mientras tanto, en el palacio de Oriente, frente a su casa, la confusión reinante. Nunca un título me ha pareció más exacto y más republicano. El rey era entonces el mismo que ahora está enfermito en Barcelona, pobrecito, sana, sana, culito de rana, y que pocos años antes había jurado sobre la biblia defender los principios fundamentales del sagrado Movimiento Nacional (sí, el Movimiento, el de Franco, ¿cuál si no?). Compartiendo despachos con el rey, estaba el presidente Adolfo Suárez, que tenía como mayor currículum el haber sido Ministro Secretario General del Movimiento (el mismo Movimiento, ¿cual si no?), en la época de Carlos Arias Navarro, más conocido como "el carnicero de Málaga".
La memoria es muy mala, porque a veces retiene lo que muchos otros tratan de olvidar.
Yo era republicano antes de morir Franco, y lo seguiré siendo hasta que los borbones salgan de la Zarzuela a un nuevo exilio.
4 comentarios:
O sea, que me temo que vas a vivir muchos, muchos siglos. Más quisiera yo que tu sueño se cumpliera.
A mí me daría igual que se quedaran a vivir en España. Pero por lo que no paso es por mantener a toda una familia, hijos, nueras, yernos, nietos, esposos, esposas de nietos, bisnietos, casas, pisos reales, escoltas, gabinetes de prensa, agentes protocolarios y más mamonadas "reales" del solo porque son hijos de otros reyes bobones. Lo bien que vendría invertir todo ese dinero en los cuatro millones de parados.
Yo creo que la ley de extranjería la deberían aplicar con la Reina Sofía. Y cuando oigo decir que Juan Carlos tuvo un papel muy importante en la instauración de la democracia en España me llevo las manos a la cabeza. Pero si vivió a la sombra de un dictador y mató a su hermano.
Hola Enrique. Sigo hocicando en tu blog y sigo disfrutando de tu saber, tu escritura... y de tu mala hostia.
Y mira... ya no nos une sólo el aburrimiento o la indiferencia ante el fútbol o el gusto por las letras.
También la náusea ante la monarquía y el revisionismo histórico.
Viva la república, hermano.
Un saludo grande.
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