El sábado estuve dando una clase de cuatro horas a los alumnos del máster de narrativa de la Escuela de Escritores. Les puse la cabeza como un bombo, pobres, entre palimpsestos y haikus deconstructivos. Hay que espabilar, que si no a la que te descuidas Belén Esteban y Ana García Obregón se escriben una novela tridimensional con cuatro tetas de silicona, y se funda una nueva poética de la postmodernidad. Cuando te sientes a escribir, antes métete una guindilla por el culo, verás cómo hay más movimiento en tus argumentos y los personajes tienen más chispa. Es la escritura orgánica, vegetal, atávica. Verás que risa.
Bea estuvo contando Bebecuentos en el auditorio de la Casa de América, en Cibeles, y provocó un atasco de cochecitos en los pasillos del palacio de Linares. Más de 300 asistentes, entre bebés y padres, sentados incluso en el escenario, rodeándola por completo. Canciones de cuna, pompas de jabón, besos con babas. Una fiesta.
Y muchos amigos, eso sí. Pero a la próxima nos vemos en Tenerife
7 comentarios:
Eso está bien.
Que le metan e infusen a uno una guindilla por el culo podría hasta inspirarlos, lo cual no es el caso de muchos demagogos que siguen vendiendo siesta y apuntes corroidos por la improvisación y dando lecciones de demagogía e improvisación a quienes aún no los conocen. Igual el picante de tu blog hasta los inspira para hacer algo que sea digno de una clase;)
Un placer leerte siempre,
Besos. Buenos coloquios.
de infusión: infunsen... me inventé esta palabruja.
Infundan, den, perfumen aromen etc...
ir... hasta: meter.
Yo estoy haciendo el curso anual en Zgz... jope, te prometo que no fumaré, pero podrías venir..:P
Besicos
Identifico tu regreso con mis regresos a El Cairo. Suelo llegar de noche y no lo percibo hasta la mañana siguiente, cuando miro al cielo y veo una enorme nube negra circundando la ciudad. Por eso vivo en las afueras, donde todavía hay aire con arena y no con arena y residuos tóxicos de todo tipo.
De buena gana hubiera ido yo a los bebecuentos, por mí misma, me explico... :-)
Ufff, no sé, el método de la guindilla es un poco fuerte, ¿no?
Qué imagen: un atasco de cochecitos de bebés. :-)
Un beso.
Eso iba a decir yo, ¿en serio debería seguir ese consejo? Me da como miedito!!
Y, de nuevo, Leo me ha quitado la idea de lo que iba a decir, porque una foto de la Gran Via atascada de cochecitos de bebé seguro que la podríamos vender en Arco por un pastón.
Es curioso cómo nos aclimatamos a los pequeños lugares de forma tan rápida. A mí también me ha ocurrido algo similar.
Y sobre escribir, pues si, hay que usar guindillas o cualquier otro utensilio para sangrar palabras que digan algo.
Un abrazo.
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