jueves, 14 de enero de 2010

Sophie

Al amanecer Sophie, una mujer negra, ensangrentada y medio desnuda, araña los escombros de su casa a las afueras de Puerto Príncipe, en Haiti. Sabe que sus cuatro hijos pequeños y su marido están debajo de las paredes derruidas. Sophie no puede verlos, pero escucha un gemido intermitente, de cuando en cuando, y ese lamento le taladra el tímpano hasta lo insoportable, y al mismo tiempo le da alguna esperanza. Sophie remueve adoquines con una fuerza que desconoce, y cada piedra que mueve queda marcada con una huella de sangre procedente de sus manos. Sophie no se rinde. Al levantar una puerta tumbada descubre una pierna diminuta que asoma entre el polvo. Es la de su hija Anne, lo sabe por la sandalia rosa que aún lleva puesta. Se abalanza desesperada, pero en el mismo momento en el que toca la pierna de Anne, tan frágil, tan fría, sabe que está muerta desde hace varias horas. Va a desenterrarla, pero el mismo gemido intermitente, a sus espaldas, le hace regresar al centro de la casa y escarbar con furia. Ahora lo escucha con más nitidez, y se estremece al escuchar un lamento que ni siquiera parece humano. Podría ser su marido, o alguno de sus otros tres hijos, supervivientes del terremoto. Ayudándose de una palangana metálica a modo de pala, desescombra y remueve hasta llegar al origen de los sollozos. Al fin lo consigue, pero no es su marido, ni ninguno de sus hijos. Todos están muertos. Sophie está sola, porque el gemido que arranca debajo de las piedras es de Blaqui, el perro de los niños.

6 comentarios:

Beatriz Montero dijo...

Lo de Haití es tremendo. Pobre Sophie y pobre Haití.

Belén dijo...

Debería caernos la cara de vergüenza... permitir esa desigualdad brutal entre los países, y sólo nos ocurre cuando alguna catástrofe nos mancha la comida de las tres de la tarde...

A mi me rasga el alma, qué más puedo decir...

Besicos

Inma Ruiz dijo...

Es desgarrador. Estremece la indiferencia con la que pasan, pasamos por delante de catastrofes coo esta, por delante del sufrimiento de tantas madres, de tantos seres humanos que sufren. Quizás algún día un Dios justo y vengativo cambie los papeles y el mundo"civilizado y primero" se encuentre despojado de todos sus privilegios sufriendo en sus propias carnes la penuria, el hambre y la indiferencia de los ahítos de comida, lujo y poder.

Maria Coca dijo...

Espeluznante. Tan trágico como esta catástrofe...

Emilio Montero dijo...

Calla calla que no veas que panorama se ve por Internet de la tragedia... Lo que más me impacto son las grabaciones que el periodista de RTVE hizo esta misma noche en la capital. El periodista apenas hablaba pero lo que se oía eran los gemidos de la gente pidiendo ayuda... Una tragedia increíble, quien menos tiene más le quitan... Emilio
Buenos días

Anónimo dijo...

Lo jodido del asunto es que de aquí a tres o cuatro semanas Haití dejará de ser noticia y para muchos dejará de existir nuevamente. Como lo del Sahara, ahora que ha pasado el revuelo seran invisibles los saharauis y sus problemas.

Un saludo
R.A.