jueves, 1 de enero de 2009

Parpadeo

Cuando a mi padre le faltaba menos de un día para morir, no hace ni mes y medio, las fuerzas le fallaron hasta el punto de que dejó de parpadear mientras miraba hacia ninguna parte. Mi hermano Jaime que lo observaba de cerca se acercaba hasta la silla de ruedas en la que estaba sentado, y le cerraba y abría los párpados varias veces para que los ojos no se le resecaran. Había adelgazado tanto que se le caía el anillo de casado que llevaba en su dedo anular desde hacía sesenta y cinco años. Nunca supo que mi madre se había muerto quinde días antes. O sí que lo supo, de algún modo subterráneo, y se dejó morir en un susurro. Dejó de respirar, sin un balbuceo, a las tres de la tarde, mientras Tito le vigilaba la respiración minúscula. Sin fuerzas para el último parpadeo.
Vladimir Nabokov dijo “Nuestra existencia no es más que un cortocircuito de luz entre dos eternidades de oscuridad”. Puede que eso sea así en tiempos astrofísicos, pero desde el punto personal y egoísta esa eterna oscuridad anterior y posterior no son nada más que memoria de lo que no se ha vivido y ciencia ficción, así que todo lo que nos queda es el puto cortocircuito en el que nacemos, crecemos, comemos hamburguesas, nos enamoramos, viajamos, trabajamos, nos cabreamos y morimos. Apenas un parpadeo, un calambrazo, pero de una intensidad acojonante. U ochenta años de calambrazos. En ese tiempo, de término medio, según National Geographic, cada persona se come 4 vacas, 21 ovejas, 15 cerdos y 1200 pollos. Es solo un promedio, sospecho que yo como más. En una vida humana hay 415 millones de parpadeos, y se derraman 61,5 litros de lágrimas antes de morir. Los polvos están contados: 4.239 veces en toda la vida, aunque los que no usen los curas y las monjas nos los podemos repartir los demás para subir la cuota. Leeremos 533 libros y 2.455 periódicos (yo ya me he pasado, pero me temo que ese cálculo es demasiado optimista). Pronunciamos 4.300 palabras por día, es decir, aproximadamente, más de 123 millones en toda la vida. Los políticos más, pero con menos sustancia.
Nos espera un año jodido. Nos espera un año estupendo. Abriremos y cerramos los ojos en más de cinco millones de ocasiones, así que tenemos cinco millones de oportunidades para el asombro. No las desperdicies.

12 comentarios:

Beatriz Montero dijo...

Siempre llegamos al sitio donde nos esperan.

Belén dijo...

Nunca pierdas esa capacidad de sorpresa, por dios...

Besicos

Anónimo dijo...

Le has visto parpadear muchos muchos millones y millones y millones de minutos. Mi padre dejó su mirada en el vació con 59 años. Es bueno que todo se convierta en palabras.
Gracias, por el texto, a mí me parece que en el fondo está lleno de vida. No las desperdiciaré!
Besos

Arcángel Mirón dijo...

Yo desconfío de los números, cuando estos tratan de explicar qué es la vida.
Que la matemática se encargue de la matemática. La matemática invasiva me cae mal.

Un abrazo, Enrique.

leo dijo...

Enrique, mis mejores deseos para el año nuevo. Poco más puedo decirte, salvo darte las gracias por estos textos tan tremendamente humanos.
Un abrazo grande.

Meiga en Alaska dijo...

Esa capacidad de sorpresa es la que nos hace sentirnos vivos cada día.

Hmmm... creo que yo ya me he pasado de mi cuota de lágrimas, y es que soy una llorona irremediable... pero bueno, compenso con mi marido, que se queda corto :)

Feliz año nuevo, Enrique, y un beso enorme

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

Hola tanto tiempo:
Vamos a ver, ¿Nos espera un año jodido? Que se yo. En la estadística no aparece la cantidad de veces que las cosas que no son tan jodidas nos parecen terribles. A los polvos que no se echan las monjas y los curas(Que habria que ver eso tambien, porque los que se echan no los dan a conocer las estadísticas)sumale los mios... porque el año pasado sí que fue jodido

Diego Flannery dijo...

Brindo por las sorpresas que están esperando por nosostros en este año 2009. Brindo por una vida vivida a pleno y por lo recuerdos que nos hagan emocionar.Que el 2009 se abra a las pequeñas cosas. Abrazo Diego.

La Maga dijo...

FELIZ AÑO NUEVO ENRIQUE. Me alegra comprobar que has regresado a la escritura a pesar de los malos momentos vividos en las últimas semanas. Nos espera por delante un año de inspiración y mucha magia para seguir compartiendo nuestras letras. BESOS.

Ana dijo...

La vida nos da esa oportunidad, la de seguir sorprendiéndonos. A algunos, además, la de compartir con palabras esa sorpresa. Y cuando la vida se pone puta...respiramos hondo intentando que pase pronto y nos vuelva a dejar beberla, aunque sea a sorbitos. Besos

Anónimo dijo...

Gracias por este escrito, me gustó mucho :) Saluditos!

Anónimo dijo...

Cómo me alegra que vuelvas a parpadear, Enrique. Y qué bello deseo.

Un beso enorme,
Elisa