sábado, 22 de noviembre de 2008

La muerte de mis padres

Hace quince días murió mi madre.

Estaba muy enferma desde hacía meses. Un precipicio se abrió a mis pies. Sentí vértigo.

La semana pasada vendimos nuestra casa a orillas del río Ambroz. La misma en la que nos casamos Bea y yo hace dos años. Entonces mis padres vinieron desde Santander, y fue su último viaje, y la última vez que bailaron al ritmo de la música de los mariachis.

Hemos empezado a buscar una casa en Tenerife, cerca del mar. No nos ha dado tiempo.

Ayer murió mi padre.

Por primera vez en diecisiete años nos hemos vuelto a reunir en Santander los nueve hermanos que aún estamos vivos.
Antes de incinerarle, toqué los dedos de mi padre para calentarle las manos, pero no hay calor suficiente en el mundo para rescatar a un padre de la muerte.

Pasado mañana volveremos a Tenerife. Todas nuestras cosas están almacenadas en un container en el Puerto de Santa Cruz. Hemos encontrado una casa en El Sauzal con vistas al mar y al Teide.

Hay cosas tan dífíciles de vivir, que no sé cómo contarlas.

39 comentarios:

Beatriz Montero dijo...

Te quiero mucho.

Meiga en Alaska dijo...

No existen palabras suficientes para poder consolar semejantes pérdidas. Estoy segura de que tu nueva casa en Tenerife será un buen lugar para lidiar con la tristeza y el proceso de duelo que tienes por delante.

Sólo decirte que lo siento muchísimo y que te mando todo mi cariño, un abrazo enormísimo, y un montonazo de besos. También para Bea.

Ana dijo...

No hay palabras que puedan dar calor a determinados momentos. Pero se puede estar...en silencio, a modo de abrazo.

Edurne dijo...

Y yo creo que no sé ni cómo pueden leerse!
Llevo dos días enterándome de golpes así!
Un abrazo enorme, Enrique, enorme!

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

¡Uy Enrique! ¡Qué tristeza! ¡Qué triste leerte en estas condiciones! ¡Lo has contado tan bien!
Lo siento muchísimo

carmen dijo...

Tampoco hay calor suficiente para rescatar a un amigo de la tristeza.
Os deseo lo mejor a ti y a Bea en Tenerife.
Carmen

josef dijo...

Lo siento de corazón y de alma Enrique. Después de ser alumno tuyo, y reconocer a un profesor excelente, de leer una novela escrita con la delicadeza y majestuosidad de tu sensibilidad, me entero de esta debacle y me dejas mudo... Sólo espero, y así lo creo y deseo, que tu nueva vida en Tenerife (una isla preciosa que tuve el gusto de conocer hace unos años)sea lo mejor posible. Un abrazo sentido!

Tiburcio Samsa dijo...

un abrazo muy fuerte desde Asia

Belén dijo...

Lo siento mucho, amigo... pero mucho!

Es difícil dar calor desde un teclado,pero que sepas que nada mas de daría mas felicidad.

Un beso enorme

Ruth dijo...

Un abrazo muy fuerte, Enrique.

Diego Flannery dijo...

Lloro tus pérdidas Enrique, como propias...un abrazo fuerte y desde el corazón!

Haldar dijo...

Lo siento mucho Enrique. Un abrazo fuerte desde Jamaica.

Anónimo dijo...

Lo siento mucho.

Carmen Cuevas

Manu Espada dijo...

Lo siento mucho, sin palabras me quedo.

Raúl dijo...

No sé qué coño decir, Enrique, más allá de sentirlo enormemente.
Un saludo.

y qué más da... dijo...

Enrique, amigo mío,lo siento mucho. Te envío un abrazo fraternal cargado de cariño y admiración. Ánimo.

Ana Saturno dijo...

Enrique:
Lo siento muchísimo. Un abrazo muy grande desde la isla vecina.
Ana.

Anónimo dijo...

que dolor se siente en el corazón Enrique, dificil de llevar.Tú dolor lo hago mio.Me gustaria que todo fuese un sueño pero nó; esto es lo ingrato de la vida. Desde aquí lo mejor de mis sonrisas para tús padres y para tí. Un abrazo para tí y beatriz os quiero muchos cariños
LUISA MARIA "MAMI"

Anónimo dijo...

Un abrazo apretao, maestro.

Anónimo dijo...

Un abrazo lleno de toda la energía positiva de este universo para ti y tus hermanos. Cómo plasmar el dolor en las letritas que el ordenador te muestra? cómo consolarles en este momento tan difícil? Quizás no hay palabras suficientes que describan lo que sientes, así como no las hay para apoyarte en este trecho pero te dejo este mensajito que te haga saber que así como he estado contigo en esas obras geniales de tu intelecto, te acompaño en la distancia en este momento de tu vida. Se te quiere maestro! Un abrazo para ti y para Bea.

Arcángel Mirón dijo...

La muerte es incontable, siempre. Nunca se entiende, nunca es justa.

Cuando se murió mi abuela, que fue quien me crió en buena medida, sentí que me derrumbaba y que estaba atrapada bajo mis propios escombros. Esa era la sensación exacta. Y sentí que me moría de dolor, literalmente.
Increíblemente, no morí.
Debo ser más fuerte de lo que pensaba.
Pasaron casi 7 años, y la extraño, pero ya no es fantasma sino recuerdo. Esa metamorfosis, tarde o temprano, se concreta.

Llorá todo lo que necesites. Se egoísta. Exigí silencio, música, abrazos, paciencia, soledad, compañía. Éste es el momento para hacerlo.
Estoy lejos, pero te abrazo.

Carlos Frontera dijo...

Vaya, Enrique, lo lamento enormemente.
Un fuerte abrazo.

Javier Puche dijo...

Lo siento de veras, Enrique.
Un abrazo muy grande.

La Maga dijo...

Ánimo Enrique. Yo también estoy atravesando una situación similar. Sé que hay momentos que te acuerdas más, otros que te acuerdas menos, otros que te sients culpable por no acordarte nada... Pero, como ya sabes, hay que tirar para adelante y preocuparse de los están vivos empezando por uno mismo. Eso lo aprendí con tu Lidia.

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Te mando un fuerte abrazo, Enrique, lo más fuerte que se pueda dar.

Maria Coca dijo...

Ojalá que esa nueva casa junto al mar te sirva para seguir adelante. Tus padres siempre seguirán contigo, a su manera y a la tuya. Estoy segura.

Un abrazo enorme.

leo dijo...

Un abrazo grande, Enrique. Le he encargado al sol de Tenerife que te lo dé en persona.

Chiki dijo...

Me sumo a los abrazos, Enrique.

Juanjo Merapalabra dijo...

Aunque uno sabe que está solo en el mundo cuando es adulto. Y aunque uno tenga que hacerse cargo de cuidar a sus padres cuando son mayores. Uno se siente realmente solo cuando faltan. Lo siento Enrique. A pesar de que muchas veces se esperan estas cosas, siempre nos sorprenden y nos vacian por dentro.

Anónimo dijo...

Hay un refrán Comanche que dice: " Una persona no muere hasta que es olvidada". Quédate con los miles de hermosos y bellos recuerdos que seguro tienes de tus padres y Ellos siempre estarán contigo. Un abrazo inmenso.

Larrey dijo...

siento como si hubiera llegado tarde a este blog...
por cierto, os invito a la III edición del concurso de suspiros (relatos breves) del trastero de la imaginación:
http://eltrasterodelaimaginacion.blogspot.com/

Fernando Alcalá dijo...

Lo siento mucho, Enrique.

Anónimo dijo...

Te acompaño en el sentimiento,Enrique.Yo vi morir a mis padres,a los dos,y es duro pero con el tiempo vas olvidando ese momento terrible y te quedas con los buenos recuerdos.Como bien ha comentado otro lector,según dicen los comanches,no se mueren hasta que no se olvidan.Vosotros sois muchos para recordar y mantener su espíritu vivo dentro de cada uno.
Un afectuoso saludo desde Santander,también para Bea (a la que también leo)

Aurora Boreal

AMEIS dijo...

Un abrazo cálido, Enrique
Y muchos muchos besos,
Sonia

Anónimo dijo...

Lo siento mucho, Enrique.
Te mando un abrazo muy muy fuerte.

Ana A.

Enrique Páez dijo...

Muchas gracias a tod@s por los besos y los abrazos online. El frío de la muerte sigue siendo el mismo, pero me siento menso solo, menos huérfano. Espero retomar el blog, los desvaríos y las novelas muy pronto. Mientras tanto, abrazos.

Mi vida en 20 kg. dijo...

Desde que lei tu blog estoy pensando que decir y claro no hay palabras que quiten el dolor, solo te doy mis oraciones, por tu padres, por tu familia, para ti y para Bea.
Un abrazo de corazon

Frida dijo...

Caray Enrique! Llevaba unos días sin pasar por aquí y me encuentro con esta mala noticia. Creo que te comprendo, porque perdí a mis padres ya hace tiempo y, tengas la edad que tengas, cuando eso sucede te sientes, como tú bien dices, huérfano. Te mando un abrazo.

Sergi Bellver dijo...

No te lo digo porque mis padres también estén muertos, ni te lo escribo por compromiso, ni me parece que toque ahora añadir palabras o buscar una "mejor" que otra.

Lo único que quiero es dejarte un abrazo, jodidamente enorme, enormemente jodido.

Uno de veras, que se cargue esta ventana.