jueves, 2 de octubre de 2008

Lidia28

CAPÍTULO 7

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.

8 comentarios:

Edurne dijo...

Eso del llanto me ha intrigado... Podría ser cierto, que hubiera un bebé por algún sitio, solo, en algún sitio de ese terrible panorama desolador, por ahí, abandonado...
Pudiera ser que todo estuviera en su imaginación, que a estas alturas de la aventura, la cabeza ya les esté jugando malas pasadas..
Pero, y si es verdad, si hay un bebé?

josef dijo...

en efecto. Intrigante lo del llanto. veremos que acontece. Un saludo!

Diego Flannery dijo...

¿El llanto de un bebé? Enrique...¿qué estás tramando?

Arcángel Mirón dijo...

A ver a ver a ver: ¿el bebé es real o imaginario? Bueno, ésta no es una novela con metáforas, así que para mi horror, hay un niño reclamando ayuda. Por dios, Enrique, ¡hacé algo!

Beatriz Montero dijo...

¿Y no serán fantasmas o quizá delirios?. A mí lo del bebé me da entre pena, porque me encantaría ir a salvarle, y miedo porque escuchar un llanto tan lejos acojona.

Aurora Páez dijo...

Hace años, en una casa que alquilé en verano cerca de Barcelona, por la noche se oían llantos de niños. Como yo tenía hijos pequeños, muchas veces me levantaba para ver si les pasaba algo, pero no, no eran ellos quien lloraban sino los gatos que merodeaban por los alrededores en busca de una buena rata que llevarse a la boca.
Aquel llanto parecido al de un niño se ha quedado grabado en mi cabeza para la eternidad.
Es posible, pues, que el padre de Lidia tenga razón y esos sonidos no sean de un niño.
Ahora bien, dado que el autor nos está provocando un estrés desmesurado y sabiendo que disfruta con ello, no puedo ni imaginar lo que por su linda cabecita está maquinando, pero me temo que nada bueno.
Besos Quique, me tienes aquí como sanguijuela chupóptera a tu blog.

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

Ojalá sea un niño. Cuando yo tenía 12 o 13 años me encantaban novelas como "Tres niñas y un secreto" y el secreto era un bebe abandonada que cuidaban entre las amigas. Los tiempos han cambiado pero me parece que a la edad de Lidia, especialmente las chicas siguen fantaseando con encontrar un niño y cuidarlo...

La Maga dijo...

Y yo que me pregunto de dónde ha sacado esta niña compresas si en el capítulo anterior no tenía. O hay algo que me perdí o hay una errata.