Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Se nos fue papá...Q.E.P.D
ResponderEliminarMorir durante el sueño, menos doloroso, igual de triste,
Me has dejado hecha polvo, Enrique... completamente hecha polvo!
ResponderEliminarEspléndido capítulo; por lo triste, por lo solemne, porque es ley de vida morir y salir adelante. Se echará de menos al espíritu de hierro de la expedición.... Adelante!
ResponderEliminarDios mío...El río de la vida y de la muerte.
ResponderEliminarAy, dios santo. No me lo esperaba. Debí esperarlo, pero no lo esperaba.
ResponderEliminar¿Lidia llegará sola, verdad?
Joder! (disculpa por la palabrota!) Aunque me lo esperaba habia una pequeña esperanza de que no pasara. Pero paso. La vida es asi, hasta en las historias.
ResponderEliminarangustiada me tienes siguiendo la historia, hermano adoptado. Pero angustiada de verdad.
ResponderEliminarBesos, maestro.
Lo sabía. Lo veía venir. Por lo menos no ha sido tan doloroso como lo que esperaba, me estaba dando más asco lo de la carne putrefacta en el brazo.
ResponderEliminarPobre Lidia, ahora a ejercer de hermana mayor y salvar a su hermano... Maldito tornado que le jodió el brazo al padre, hombre.
Murió el padre, no me lo puedo creer. ¡Se murió! Esto ya no es una aventura, es una putada. Tenía que haberlo imaginado antes para superar el golpe que me acaban de dar.
ResponderEliminarNo me lo esperaba, en serio que no...
ResponderEliminarLydia...
Besicos
Qué belleza de símil, “en sus ojos emborronados por las lágrimas había tanto miedo y desconcierto como sólo un niño puede acumular delante de su padre muerto”.
ResponderEliminarPero cómo te pasas, Enrique. Esto es una tragedia griega...
Besos apenados
Como es posible tanta desgracias, nadie quieria que el padre muriera.
ResponderEliminarAl menos le has dado un a mierte tranquila, aunque imagino el dolor de dejar a sus hijos. Murio viendo las estrellas.