Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.
Todos los honores a Ringo.
ResponderEliminarSea.
Elisa (en modo compungido)
Ya puedes darle un final feliz a esto porque tanta desgracia junta no hay cuerpo que lo aguante, por dios Enrique que me va a dar algo.
ResponderEliminarPobrecito Ringo. Todo un héroe :(
Dicen que al morir nosotros perdemos 21 gramos, el peso del alma según los alquimistas. ¿Cuánto pesará la de un perro?
ResponderEliminarEn silencio, de pie y con el puño derecho golpeando mi corazón, despido al héroe.
Hasta siempre Ringo.
No es justo,no!
ResponderEliminarRIP!
Estoy compungida,tremendamente...
Uf, he venido a ponerme al dia y lei todo de un patada...que cosas mas terribles, esta pobre familia no tiene descanso, una tras otras las desgracias y ahora el pobre Ringo, seguro les costara pasar esta pena.
ResponderEliminarUn abrazo
Chau Ringo...
ResponderEliminarQue así fue !!! En las pequeñas batallas, grandes sacrificios. Quedará el valor de Ringo para que se lo recuerde y el resurgir del "lado salvaje de Lidia".
ResponderEliminarEsto no te lo perdono.
ResponderEliminar¡Ay! ¡Qué dolor, madre! ¿Por qué siempre hay que matar al perro?
ResponderEliminarGuauuuuuuuuu (hasta siempre, Ringo).
esta es sin duda la escena que más me ha emocionado.
ResponderEliminarSalve, Ringo. Nos veremos al otro lado del claro.
ESTE CAPÍTULO MERECIÓ LA PENA POR MUCHOS DE VIAJE ANGUSTIOSO. FUE UNA BATALLA DECISIVA. LO SIENTO POT RINGO... sALUDOS!
ResponderEliminarA mí todavía se me cae el moquillo. Qué pena. Si es que no me salen las palabras ni con ayuda del teclado.
ResponderEliminarAsí son los perros de leales.
ResponderEliminarRINGO, EL PERRO QUE MURIÓ CON LAS BOTAS PUESTAS
Agur
Tu generosidad, al mostrar día a día la construcción del andamiaje de una novela, es mucho más que pródiga. Tu talento es obvio, pero mostrar su cara oculta (trabajo, trabajo y trabajo) colma las expectativas de cualquiera que aspire a aprender el oficio de contar. Gracias por ello. Y por lo que como alumno tuyo me enseñaste, que no es poco.
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