miércoles, 9 de septiembre de 2009

Un muerto cada tres segundos

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.

16 comentarios:

Beatriz Montero dijo...

Muy bueno,y muy angsutiso. Ya no sé si cenar, la verdad.

Comidas y Refrescos dijo...

Es una total realidad los sufrimientos de muchos niños a nivel mundial a causa del hambre. Mientras unos intentan ganarse la vida vendiendo boberías por las calles de muchos países de Centro y Suramérica, otros sencillamente mueren en el AFRICA debido a la gran escasez de alimentos. El ejemplo de este señor que al intentar tomar el cafe en una popular cafetería, ve morir a muchos niños en distintos escenarios es una realidad que vivimos muchas personas, lo que pasa es que la ignoramos para no mortificarnos. Lo que sugiero a todos y a cada uno de los que logren opinar en este blogs que nunca niegues la ayuda a un niño desamarrado, ya que ellos son el mañana.

Edurne dijo...

A mí se me ha cortado la digestión.

Feliciti dijo...

Qué realidad más insoportable Enrique,yo también lloro ahora al leerte,no sólo por eso pero sí básicamente.Pero algo tiene que cambiar,algún resorte tiene que saltar que nos permita no quedarnos en nuestra burbuja,seguramente,gente que como tú y yo no se conformen con la obviedad del café.Un fuerte abrazo y un par de besos!

Belén dijo...

Joe, ojalá nos entre así la conciencia...

Besicos

Raúl dijo...

Excelente relato/denuncia, Enrique.

Aurora Páez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Aurora Páez dijo...

Que conste que la pobre camarera no tiene la culpa. Bastante tiene con ganarse la vida en un trabajo de mierda, cobrando un salario de lo mismo.
Aun así, comparada con tus niños, ella es rica.
Ni te cuento el jefe de camareros, ni el jefe de personal, ni el dueño de la cafetería, ni el delegado regional de los bares asociados, ni el director general de la división nacional, ni el presidente de la compañía que gobierna sus bares, ni
el consejo de administración del holding al que pertenecen, ni los presidentes de los bancos que siguen jugando al "monopoli" con su capital, ni los políticos implicados en corruptelas con trato de favores para llenarse los bolsillos, ni los presidentes de gobierno que cierran los ojos y se agarran a aquello de: "ojos que no ven, corazón que no siente", ni los reyes que siguen forrándose a costa de sus súbditos, ni Dios que consiente todo esto, entre otros.
¡Si es que esto me supera y me hierve la sangre, joder!

Elisa Agudo dijo...

Brillante denuncia, sí señor.

Aurora, te suscribo. Y casi da para otro microcuento...

Besos apenados

Greg Graffin dijo...

Es triste, sí, pero echad un ojo a todo lo que llevamos encima, echad un ojo a las zapatillas y zapatos que llevamos, a los pantalones que llevamos, a los muebles que tenemos en casa, a los Sony Vaio con los que escribimos en los blogs, a los coches que conducimos tan alegremente al ir al trabajo o a casa, o el que no tenga coche, el transporte publico que nos ayuda a hacer cumplir los sueños de otro.
Recapacitad un poco y daos cuenta que todo aquello que poseemos y que lo mismo ya nos ha poseido no nos lo han fabricado, por ejemplo, en Cuenca, sino mas alla del Atlantico, de los Urales o de las Torres de Hercules, y para que sigamos con nuestra alegria fingida y con todos estos objetos haciendo malabares con ellos, tendra que morir gente de hambre.
Es triste, pero si quereis ser honestos con esta gente mas os vale que dejeis el trabajo y os tireis a cuchillo como lo hace el Tyler Dunder de El Club de la Lucha. Pero para dais cuenta de esto primero el medico os tendra que decir que, por ejemplo, un cancer os va a dejar secos de aqui a cinco meses.
Yo ya he empezado con el asunto. Y os juro qeue se respira como cuando a uno le abren el pulmon con una navaja.

Un saludo

Aurora Páez dijo...

Querido Basilio:
Fosil lo serás tú, porque yo aunque siempre me sepa a poco, me muevo y trabajo por los sin papeles, inmigrantes que han tenido que dejar su pais para no morirse de hambre como los niños de Quique. Yo no elegí nacer en Madrid ni tener la familia que tengo, pero al menos dentro del tiempo que dispongo de mi vida de burguesita media, porque me ha tocado este rol, me conciencio e intento hacer algo por los demás. Es posiblemente que lo interpretes como una forma de silenciar la conciencia y egoistamente sentir que haces algo más en esta vida que la simple contemplación, pero por lo menos, lo intento y ahí estoy, viendo y trabajando con chavales llegados por medio de pateras, menores de edad, en pais extraño, sin familia, sin saber que será de sus vidas y agradecidos porque no perdieron la vida en el trayecto. ¿Y tu?

Tiburcio Samsa dijo...

Propongo que ilegalicemos a los niños por tener la desfachatez de morirse con tanta regularidad que acaba afectando hasta a los cerebros más neoliberales y mejor pensantes.

Enrique Páez dijo...

Cierto, Tiburcio. Yo al principio pensaba que siempre era el mismo niño que se moría cada tres segundos. Pero no: resulta que siempre son distintos, siempre es otro, y nunca somos nosotros.

Luis Recuenco dijo...

¿Qué tal si no nacieran tantos condenados de antemano a morir? Tal vez el Papa tenga la respuesta.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Demasiado fácil esa respuesta, Luis, yo digo Paul Kagame de Ruanda, Meles Zenawi de Etiopía, Museveni de Uganda, Omar el Bashir de Sudán, y el Congo y Somalia y El Chad y los que se hacen ricos vendiendo armas y todos los demás, qué pena que ya no esté Bush para nombrarle, aunque tambien, qué narices.
Y todos nosotros, yo la primera, por omisión, por cómodos, por olvidarles tan fácilmente.

Muy buena la entrada, Enrique, ¿por qué dejaremos que se nos pase la vida sin hacer nada?

Un saludo,
Carmen Cuevas

Voación Temeraria dijo...

Este post es de los que no se olvidan, Enrique. Con otra forma menos talentosa, este post, tan necesario, no habría cumplido su función de denuncia.