miércoles, 14 de enero de 2009

Jueces golpistas

La democracia, después de 5000 años de historia, ha conseguido que los ciudadanos elijan a sus representantes mediante elecciones libres, y esa Asamblea de diputados que representa al pueblo tiene el encargo de redactar y aprobar las leyes con letra clara y pocas ambigüedades. A pesar de ello, o por encima de ello, existe un colectivo, el de los jueces, nacidos en su gran mayoría del vientre rancio de la burguesía, estudiantes morosos gracias al dinero de papá, que tras licenciarse en Derecho, han conquistado una áspera oposición a la judicatura. Como premio han conseguido un puesto de trabajo gubernamental estable, muy bien pagado, y con prestigio indudable. Ellos leen las leyes y las traducen a su libre albedrío, según su conciencia burguesa y acomodaticia, su conciencia anestesiada por la buena vida. Son los nuevos aristócratas, los Grandes de España, y se niegan a perder el poder que por linaje y soberbia creen que sigue siendo suyo. Si el pueblo elige a unos representantes que legislan, ellos, los jueces, reinterpretan las leyes, y someten la representación popular a golpe de sentencias judiciales contra todo aquello que no les guste, tanto si son Estatutos autonómicos como si son matrimonios gays.
Con Franco estaban más cómodos, y su conciencia libre y pura no se inmutaba al aplicar sentencias de muerte, ni al encarcelar a homosexuales, secuestrar a la prensa y enjaular a la oposición. De casta le viene al galgo. Las dictaduras no suelen enfrentarse a los jueces, porque les es más fácil contratarlos como cofrades y sirvientes.
La democracia limita el poder caprichoso de los jueces, y eso les jode. ¿Cómo es posible que valga lo mismo el voto de un juez que el de un albañil embrutecido? De eso nada. Los jueces se rebelan y se hacen dueños de la hermenéutica judicial. Parecen decir: “Las leyes dirán a partir de ahora lo que nos salga de los cojones.”
No siento ningún respeto hacia esos jueces golpistas que ahora se ponen en huelga porque se les empieza a señalar con el dedo, hacia esos jueces incapaces de hacer su trabajo con un mínimo de decencia (¿no se les ha ocurrido aún anotar en una agenda las fechas topes para recurrir o ejecutar sentencias contra delincuentes peligrosos?). Dicen que la justicia está saturada desde hace décadas, pero jamás han levantado la voz. Ahora sí, ahora que su trabajo se pone en entredicho, ahora que sus opiniones no son leyes, ahora que no hay reverencias a su paso, es cuando enseñan los dientes podridos y se rasgan las togas.
Ya escucho sus quejas: “Ah, no, es que tengo mucho trabajo y no tengo medios, así que consiento que mi juzgado esté empantanado, dejo en libertad a los criminales, pido aumento de sueldo, y me atrinchero en la Sala.” Señor juez, si su trabajo no lo puede realizar en condiciones y aún no sabe cuáles son las prioridades, dimita y no se haga cómplice del desbarajuste. A usted, señor juez, le pagamos con nuestros impuestos; y sí, tenemos derecho a exigirle que cumpla con su triste trabajo de oficinista engreído. Y por favor, no reflexione, no es necesario, porque su independencia espiritual apesta a corporativismo y ambición desde hace siglos.
Ya lo dijo Lord Acton en 1887, y su pronóstico se renueva día tras día con enfermiza literalidad: “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

10 comentarios:

Ana dijo...

Esta vez no estamos de acuerdo, pero supongo que también es cosa de la democracia... Besos

Enrique Páez dijo...

Jimena, me alegra que puedas estar en desacuerdo y que puedas decirlo en voz alta. Eso significa que tienes independencia y libertad. Felicidades.

Beatriz Montero dijo...

Pues yo quiero que salga a luz como los jueces la cagan. Que desaparezca ese halo de endiosamiento que arrastran. Como cualquier trabajador deben ser juzgados, sancionados y retirados de su cargo de juez cuando no hacen bien su trabajo.
Que la carrera de juez sea un postgraduado con examen y que incluya también un examen psicológico, por favor.

Anónimo dijo...

Estoy de muy acuerdo sobre la naturaleza del problema, que ahora veo mucho más claro. Tu comentario es clarificador. Gracias por compartirlo.

Pedro

Ivana Diaz Otero dijo...

Aunque dicen los filósofos que lo absoluto no existe... Y volvemos al tema del abeto siberiano... ;-)

Berna Wang dijo...

a mí se me han puesto los pelos de punta leyendo este texto, Enrique. Está lleno de lugares comunes y, como toda generalización, es absolutamente injusta, hasta para los jueces que sí son así. Conozco a varios jueces que no son así. Que trabajan 12 horas diarias 6 días a la semana porque realmente NO tienen medios. Que han interpretado las leyes a favor del más débil. ¿Las excepciones que confirman la regla? Pues si hay una regla, a lo mejor sí. El problema, creo, es ese empeño en hacer reglas: generalizaciones, pre-juicios, categorías...

Siento tristeza. Y miedo, también. Pero sobre todo tristeza.

Beso triste, Enrique.

Belén dijo...

Por suerte o por desgracia, en mi familia tengo a licenciados en Derecho... no son jueces pero si están muy relacionados...

Y qué quieres que te diga, los caracteres que tienen mis familiares no son nada flexibles, son rígidos, no tienen empatía ni saben de emociones, con lo cual difícilmente sabrán juzgar, pero lo hacen... siempre bajo un libro, el gordo de petete...

Besicos

y qué más da... dijo...

Pues yo esta vez vuelvo a estar de acuerdo contigo, amigo Enrique. Quizá tenemos una visión en exceso trinfalista sobre nuestra "época". Creemos haber alcanzado la más sublime de las formas políticas, la Democracia como panacea.
El Poder Judicial (qué bonita se ve la división de poderes en los libros, parece tan real...) es una ílite privilegiada (hay excepciones, claro que sí, pero no las he encontrado todavía) y como tal élite interpreta las leyes a la hora de aplicarlas, de acuerdo con sus valores, con sus creencias, con sus afinidades políticas, pero por supuesto. Es un debate muy viejo, permíteme que no profundice.
Además, existen profesiones que deberían exigir una vocación de servicio público por encima de todos los demás intereses. Pero ser juez, llegar a magistrado, es tan prestigioso. Sus señorías deberían procurar que sus pies mantuvieran el contacto con el suelo. Menuda parrafada, qué escupitajo verbal tengo. Perdón...

Enrique Páez dijo...

No le falta razón a Berna en cuanto a que lo que he escrito aquí son generalizaciones, y desde ese punto de vista son falsedades, porque no se pueden aplicar a todos y cada uno de los miembros de un colectivo. Habrá jueces demócratas y justos, seguro que sí. En un grupo tan grande tiene que haber de todo. Pero no he querido concretar (Calamita, Tirado, Grande Marlaska, etc.) porque pienso que sí hay un problema de fondo, un intento de golpe de Estado encubierto, de secuestro de la legalidad, poco a poco, organizado por una mayoría de jueces a los que yo acuso aquí, y que cuentan con la aquiescencia, el beneplácito o el silencio de los demás que no protestan por corporativismo.

bizarro con interrupciones dijo...

¡Hola Enriquito!

Pues yo también tengo bastante ambivalencia hacia este tema. Y globalmente estoy a favor de la huelga (creo que es necesaria)

A FAVOR DE ENRIQUITO:

1. Los datos respecto a las aplicaciones de las leyes, son ciertos (pero no son ellos quienes las hacen)

2. El sistema de selección de los jueces en España es LAMENTABLE y especialmente concebido para incorporar a los más idiotas de todos los licenciados en Derecho (el milagro es que se cuele gente lista y decente dentro)

3. Por lo general son unos cagones y cobardes y ésta queja que hacen ahora deberían haberla hecho hace años.

4. En ningún caso son justificables cosas como las del retraso malévolo del juez que no quiso dejar adoptar a las lesbianas (y al que creo que acertadamente han perseguido políticamente)

A FAVOR DE LOS JUECES:

1. Hay una cantidad de jueces admirables, desde los que se juegan la vida persiguiendo terroristas, delincuentes y políticos hasta ese genio de las condenas ejemplarizantes de Granada (por ej, condenar a un delincuente iletrado a alfabetizarse) cuyo nombre no recuerdo ahora.

2. Lo del colapso de la justicia es un hecho incontestable y casos como los del pederasta en libertad son terriblemente frecuentes, debido, no ya a una neglicencia laboral (de jueces, secretario/as, administrativos, etc) sino de la falta de medios, tecnología o criterios adecuados de organización. Y no pasan cosas más terribles de milagro y es imprescindible cambiarlo YA. No hay mejor manera de denunciarlo que una huelga general de jueces (por lo insólito a nadie pasará desapercibido) Deberían haberlo hecho antes.

3. De todos los miembros de la administración de justicia (jueces, fiscales, abogados) son con diferencia los que peor horario tienen (hechan miles de horas muchas veces de 10 horas mientras que los fiscales sólo trabajan las mañanas) cobran una mierda (menos que los fiscales y no tienen las posibilidades de cobro de los abogados - su salario) y además son los menos condicionados por el dinero (los fiscales sí que están un millón de veces más politizados y además cobran más -sí que son la voz de su amo) y los abogados -salvo heroicas excepciones-se encaminan siempre a defender a los que más pagan, independientemente de su culpabilidad (cuanto más money, más posibilidad de que sean más culpables)

¿Que por lo demás los jueces tienden a ser terriblemente conservadores y unos rancios? A mí me lo vas a decir. Pero es verdad que en esta ocasión tienen razón (en la mayor parte de las cosas y sobre todo en lo del colapso de la justicia) y que es conveniente su huelga (sí sirve de 1 vez por todas para que modernicen los juzgados)

A FAVOR DE LOS JUECES (quién me lo iba a decir a mí)

Álvaro