lunes, 27 de octubre de 2008

Lidia45

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.

12 comentarios:

Diego Flannery dijo...

Se nos fue papá...Q.E.P.D
Morir durante el sueño, menos doloroso, igual de triste,

Edurne dijo...

Me has dejado hecha polvo, Enrique... completamente hecha polvo!

josef dijo...

Espléndido capítulo; por lo triste, por lo solemne, porque es ley de vida morir y salir adelante. Se echará de menos al espíritu de hierro de la expedición.... Adelante!

Anónimo dijo...

Dios mío...El río de la vida y de la muerte.

Arcángel Mirón dijo...

Ay, dios santo. No me lo esperaba. Debí esperarlo, pero no lo esperaba.

¿Lidia llegará sola, verdad?

Haldar dijo...

Joder! (disculpa por la palabrota!) Aunque me lo esperaba habia una pequeña esperanza de que no pasara. Pero paso. La vida es asi, hasta en las historias.

Berna Wang dijo...

angustiada me tienes siguiendo la historia, hermano adoptado. Pero angustiada de verdad.

Besos, maestro.

Ruth dijo...

Lo sabía. Lo veía venir. Por lo menos no ha sido tan doloroso como lo que esperaba, me estaba dando más asco lo de la carne putrefacta en el brazo.
Pobre Lidia, ahora a ejercer de hermana mayor y salvar a su hermano... Maldito tornado que le jodió el brazo al padre, hombre.

Beatriz Montero dijo...

Murió el padre, no me lo puedo creer. ¡Se murió! Esto ya no es una aventura, es una putada. Tenía que haberlo imaginado antes para superar el golpe que me acaban de dar.

Belén dijo...

No me lo esperaba, en serio que no...

Lydia...

Besicos

Anónimo dijo...

Qué belleza de símil, “en sus ojos emborronados por las lágrimas había tanto miedo y desconcierto como sólo un niño puede acumular delante de su padre muerto”.

Pero cómo te pasas, Enrique. Esto es una tragedia griega...

Besos apenados

Mi vida en 20 kg. dijo...

Como es posible tanta desgracias, nadie quieria que el padre muriera.
Al menos le has dado un a mierte tranquila, aunque imagino el dolor de dejar a sus hijos. Murio viendo las estrellas.