martes, 9 de septiembre de 2008

Lidia08

CAPÍTULO 3

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.

14 comentarios:

Beatriz Montero dijo...

Pobrecita, descubrise en el espejo. Seguro que lo que le va a venir le hace olvidar la maraña de pelos y la cara sucia. Sigo con ella hasta el fin del mundo.

Juanjo Merapalabra dijo...

Bueno, de momento los paisajes apocalípticos no se abandonan, ¿llegaremos a un lago remansado o los salteadores y asesinos podrán con nosotros?. ¿Aparecerá algún tipo de vehículo buscando supervivientes? ¿Entraremos en una sociedad perfecta dominada por las computadoras? Por ahora hay muchas posibilidades, ni siquiera sabemos si estamos en otro planeta. En fin, habrá que esperar más y seguir disfrutando de las próximas entregas.

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

Vamos a ver: ¿En qué época estamos ambientando a esta chavala? ¿Es en la actualidad? Porque eso de saqueadores y de no saber nada de lo que hay fuera de su pueblín suena a otra época, ¿Será un recurso esto de dar ciertos datos muy de a poco? Ahora me queda la duda...

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

Otra cosa: me encantó la conversación entre el padre y la hija "¿Acaso tienes una cita con un chico esta tarde?" "Creo que no".
moló

josef dijo...

Y cómo se había formado aquel incendio tan gigantesco que nadie había logrado controlar me pregunto ahora, al constatar las dimensiones de la tragedia... Te sigo.

Aurora Páez dijo...

Pues me equivoqué. Hay tregua momentánea, aunque dudo que dure mucho.
Me lo estoy pasando genial leyendo tu novela Quique. Gracias hermanito, hay que ver lo bien que escribes !joder!
T.Q.
Nena

Berna Wang dijo...

Me tienes en un sinvivir, hermano (adoptado). Has empezado apostando muy fuerte y de momento vas ganando :-) Emocionada y admirada estoy :-)

Arcángel Mirón dijo...

Ah, nunca se sabe lo que puede lograr u cuchillo de pelar patatas.

Ivana Diaz Otero dijo...

Hola Enrique.
Tengo poquito tiempo para conectarme y no he leído casi nada, por eso no puedo comentar aún.
Sólo he pasado para saludar y agradecerte las atenciones :-)
En cuanto tenga un rato para sentarme sola, tranquila y sin interrupciones al PC comenzaré a ponerme al día y, de paso, a actualizar lo mío con algo más de interés.
Hasta pronto.

Anónimo dijo...

A ver, a ver; la primera parte, la del espejito, me causó gracia. Muy acertado con eso en la "bendita" adolescencia y un recurso que nunca se abandona del todo :) pero, en lo referente a los saqueadores me perdí. Primero porque dudo que los haya en ese panorama tan desolador, al fin y al cabo qué van a saquear? pero de ti, al escribir, me espero cualquier cosa jajaja siempre nos sorprendes. Saludos! y sigo atenta con la historia :)

Anónimo dijo...

Ah! y segundo, porque es que he sentido de verdad como que es el fin del mundo y el fuego ha acabado con todo. Por cierto, ahora que moderato lo comenta... cómo habrá empezado el fuego? es que con lo emocionante de la historia ni he pensado en eso jejeje.

Ricardo Guadalupe dijo...

Desde luego, en esas circunstancias, me parece más aterrador el espejo que el cuchillo de pelar patatas. Además, el cuchillo se presenta como un buen aliado para mondar la piel quemada y dejar esas partes del cuerpo bien limpitas en carne viva. Eso por no hablar de otra utilidad que se me ocurre para posibles momentos que se puedan avecinar de desesperación extrema.

Muchas gracias por ofrecernos tu escritura de forma abierta y desinteresada a través de internet. Yo he tenido hoy el gustazo de incorporarme a la lectura de tu novela y de comprobar una vez más que eres un maestro, de la literatura, y de la vida.

Edurne dijo...

Yo también, al leer estas últimas tres entregas, me he preguntado por el comienzo del devastador incendio, por la época, por la situación geográfica del Cerro Bermejo, la Garganta Buitrera y Malpartida... no sé!
Y luego me ha dado la sensación de estar metida en una historia de ciencia-ficción total: la desolación del lugar, el miedo a encontrarse con alguien que pueda estar esperando a que pase alguna "víctima"... qué tipo de sociedad es?
Huyyy, estoy pensando mucho, estoy intrigadísima!
Y tanto fuego, tanta ceniza, tanto calor...! Ándale!

y qué más da... dijo...

Estás abriendo la novela a territorios más profundos, compañero. Me gustan esos guiños a John Steinbeck y Cormac McCarthy...