jueves, 29 de mayo de 2008

Se va el caimán

Mañana Bea y yo nos largamos a una playa del Caribe. Así, tal cual. Hemos currado mucho, y adelantamos las vacaciones. Solo será una semana, pero será toda una semana en la República Dominicana, a mantel puesto, con barra libre de mojitos y cocolocos.
Espero que nos salgan quemaduras por el sol, agujetas de bailar bachatas, y que le demos esquinazo al tiburón.

Se va el caimán, se va el caimán, se va para Punta Cana.

No nos llevamos los móviles.
No nos conectaremos a Internet.
Dejaremos los portátiles en Madrid.
Nos olvidaremos hasta de nosotros mismos.

Me he comprado un bañador estampado de peces tropicales y una camisa hawaiana. La más hortera que he encontrado. Y un sombrero trenzado de rafia. Pienso contar las olas, las nubes y las hojas de las palmeras, una por una.

Camarero, otro mojito de ron Brugal.

Nos espera una dura semana de recolectar conchitas en la playa, aprender los pasos del merengue, y comer papayas, piñas y mangos.

Qué horror. Qué manera de sufrir.
Nos vemos a la vuelta.

(La foto superior me la hizo Bea en Costa Rica hace 4 años. La de abajo es de la Isla de la Juventud, en Cuba, hace 2 años.)

martes, 27 de mayo de 2008

La biblioteca de Alfonso

Hace muchos años (catorce, para ser precisos), cuando empezaba a impartir el segundo año de mi Taller de Escritura, se apuntó como alumno un periodista, Alfonso Fernández Burgos, que en aquel momento ya era el director de la revista Muface. Yo le había enviado información de los cursos, por si algún redactor o lector de su revista estuviera interesado. Y resultó que fue él mismo el que se inscribió como alumno. La revista era una revista oficial, del Ministerio de Administraciones Públicas o algo así, pero tenía una tirada de 800.000 ejemplares. Una barbaridad. A mí me pareció que alguien que dirigía una revista y que tenía bajo su batuta a un grupo de redactores, si se apuntaba como alumno al Taller de Escritura era porque definitivamente tenía muchas ganas de escribir. Y no me equivoqué. Cada semana Alfonso traía su relato recién escrito, y lo leía en alto para someterlo a la crítica feroz de todos los presentes. A veces nos traía pruebas de imprenta de artículos que escribía para otras revistas, y salía con la columna llena de anotaciones para corregir antes de que las máquinas de la imprenta se pusieran en marcha. Entre sus compañeros, ese año, estaban Javier Sagarna (actual director de la Escuela de Escritores), Magdalena Tirado (actual profesora de Novela en Fuentetaja), Inés Arias de Reyna, Carmen Cacho, Lola Escudero, Lourdes Casanova, María José Guillén Rubio, Antonio Huerta, Ana Cristina López Corral y Ana Ossenbach. Más de la mitad han terminado publicando algún libro, supongo que aquella fue una buena añada. Pero el caso de Alfonso fue especial, porque al finalizar el primer curso de Relato breve, juntó los relatos que había escrito a lo largo de los tres trimestres, y los presentó al premio Fernández Lema. Y lo ganó. El libro se publicó con el nombre “Propósito y Excusa”. El jurado justificó al premio diciendo que era asombroso el despliegue de técnicas narrativas diferentes desarrolladas a lo largo de los relatos: parecía casi como si hubiesen sido escrito por distintos autores. Y no, no hubo distintos autores; solo Alfonso, que se ciñó como alumno aplicado al programa de Relato breve de ese año, el cual proponía la escritura de un nuevo cuento cada semana desde un punto de vista diferente, o jugando con el tono narrativo, o a partir de un modelo chejoviano, o con estructura de monólogo interior, y un largo etcétera (hasta 36 sesiones en nueve meses). Al año siguiente Alfonso se inscribió en el curso de Novela, y durante nueve meses le acompañé en el viaje alucinante de construir la trama y los personajes de su novela “Al final de la mirada”, que ganó el premio Juan Pablo Forner 1998, y que se publicó en la colección Andanzas de Tusquets, junto con las de Almudena Grandes y Luis Landero. Nunca un profesor ha estado tan orgulloso de los triunfos de un alumno como lo estuve yo entonces.
Desde entonces, Alfonso es mi amigo. Ha seguido ganando premios, y publicando novelas y libros de relatos. Y desde hace cinco años imparte los cursos de Novela del Taller de Escritura de Madrid. Dice que es su modo de devolver lo que recibió en su momento, y que en realidad pagaría, en lugar de cobrar, por impartir esos cursos. También ha fundado la editorial Gens, que publica solo narrativa de alta calidad.
Ahora me acaba de enviar un correo: dice que le ha llamado el Concejal de Cultura de su pueblo, Jabugo, para comunicarle que el Ayuntamiento ha decidido ponerle su nombre a la biblioteca de su municipio. Biblioteca Alfonso Fernández Burgos. Está más contento que el espejo de Scarlett Johansson, y dice que lo próximo será una estatua ecuestre, pero que le da un poco de miedo. Yo le digo que se convierta en glorieta, y mejor aún si tiene fuente.
No sé. Todo esto me da un poco de yuyu, porque si mi amigo Alfonso se convierte en biblioteca, tiene que ser porque ya estamos viejos de cojones.

lunes, 26 de mayo de 2008

Versión definitiva de agradecimientos en 120 kilos

Al final, sopesando pros y contras (y con un peso fundamental del componente estético), he decidido que los agradecimientos aparezcan en el libro con el nombre de los blogs o de los alias con los que habéis participado. Siento mucho haberos mareado uno a uno, una a una, pidiéndoos los nombre reales. Juro que no fue por cotilleo, ni control, ni espionaje.
Eso forma parte también de las correcciones.
Es curioso, porque cuando le entregué la novela a mi editora, y le conté cómo había sido el proceso de creación, a vista de todos en el blog, y con participaciones vuestras entrada tras entrada, me dijo:
--¿Y por qué no incorporarmos los comentarios, tal cual están, en una columna a la derecha, paralela al texto de la novela?
La verdad es que ni lo había pensado. Y tengo que recononcer que la idea, en cuanto a edición, es buena. Muy buena.
--No sé. Revisaré los comentarios, a ver si tiene sentido, si son oportunos, si enriquecen el texto --le dije.

Y en ello estamos. Estudiando el tema.

A mí me parece, de buenas a primeras, que en este novela de 120 kilos, no, porque no hay inteacción entre los comentarios y el desarrollo de la novela. Apenas. Pero en la próxima sí. Todo es cuestión de diseñarla a propósito con esa estructura osmótica, de vasos comunicantes, entre la estructura central, permeable, que va creciendo con desagües y aportaciones de otras historias secundarias que se desarrollan en los comentarios y que interfieren la novela. Esa será la próxima novela. Os invito, por adelantado.

Y regresando a lo de los agradecimientos, para cerrar capítulos, quedarían así (podéis retractaros, modificar o sugerir, que aún hay tiempo):

"Esta novela fue escrita a la vista de todos en el blog de Enrique Páez, enriquepaez.blogspot.com, y en su página personal http://www.enriquepaez.com/, durante la primavera de 2008, y hubo una legión de lectores amigos que siguieron la redacción día a día, en directo, y que aportaron sus comentarios e ideas en el proceso de creación. El autor quiere aquí agradecerles la compañía, los ánimos y los consejos, siempre útiles, en especial a Wok de Bea al curry, Meiga en Alaska, Belén in Red, Mi vida en 20 kilos, Veredas palabreras, Basilio Ruiz Cobo, Edurne desde la orilla, Cerezas en la nieve, Ruth contando historias, Los apuntes de Frida, El diván de Diego Flannery, El arcángel mirón, Una ET en Euskadi, Canopus, Mixto con huevo, Emilio Montero, Placer insurrecto, Satélite Saldama, Botijo de oro, Un tren sobre la tierra, José Montero, Nefert-Ivi®, Hombre de barro, Peancha, Yo no nací para ser culto, Tiburcio Samsa en Tailandia, La Espada Oxidada, Mila García Guerrero, De letras, Lara López, Boca de lobo, Fontaneadas, Habitante del Mal, La Nena, Bizarro con interrupciones, La puerta falsa, Viajero solitario, La mirada oblicua, Aurora Boreal, Benjuí, Amanece en Transilvania, Esa que tiene un blog, La línea recta, No se pisa la hierba, Carmen Cuevas y Diario de Bvalltu. Sin vuestra ayuda los 120 kilos habrían sido mucho más difíciles de llevar."

viernes, 23 de mayo de 2008

Comentarios a comentarios

Esto de los ordenadores, el email, Internet y los blogs es un invento que parece haber sido diseñado a medida para los escritores. Puede que también lo utilice Hacienda, la CIA, Carrefour y los arquitectos, pero a mí me parece que lo suyo es hacer lo que yo hago: escribir. Claro que a los pajilleros les parecerá que todo esto más bien se inventó para poder ver fotos de tías en pelotas, y en movimiento, y con webcam. Aunque para eso les sobra casi todo el teclado: con un ratón y una sola tecla roja como el ojo de Polifemo que diga “SEX”, es suficiente. Aún me acuerdo de los trabajos escritos a mano en el Instituto (ojo con el margen, títulos en color), y de los trabajos escritos a máquina en la universidad (Underwood, Olivetti), con papel de calco para quedarme con una copia. El título del libro, tras el autor, va subrayado. No existían negritas, ni cursivas, ni fuentes, ni cuerpos de letra, ni tracking, ni justificados, ni alineación al centro ni a la derecha para los párrafos (excepto si tenías una paciencia de cojones).
Ahora es mucho mejor. Más fácil. Más rápido corregir. E imprimir. Y hacer copias. Y enviar por correo de modo instantáneo. Como el Nesquik.
Excepto si de pronto se te borra todo, y no has hecho copia.
Si, por ejemplo, llevas una hora escribiendo, terminas, lo envías por email, o en el blog, o en los comentarios del blog (no, no estabas escribiendo en Word para luego copiar-pegar, sino que lo hacías directamente en Outlook, o en el blogger, o en los comentarios abiertos) y de pronto crees que lo has enviado, pero no, y se te borra, y no, no está salvado.
No hay copias de seguridad.
No hay recuperación de documentos.
Lo has perdido.
Por torpe. Por no hacerlo en Word e ir salvando cada cinco minutos. Por no hacerlo bien. Idiota, mira que te lo habré dicho veces.
Aunque en ocasiones es un documento mucho más largo. O varios documentos. No has hecho un backup desde hace tres meses, y de pronto el ordenador hace plof. Se apaga, y no se enciende. No hay disquetes, ni cds con los datos salvados. La placa base y el disco duro se han quemado. En la tienda te dicen que no pueden recuperar nada. Todo perdido. Meses perdidos. Has perdido hasta las notas manuscritas que tenías por ahí, que ya no te servían porque las habías pasado a limpio. La has cagado.
La semana pasada a Chema le robaron el portátil en el Starbucks de Neptuno, en Madrid, a las puertas del Palace. Al camarero se le había olvidado llevarle sacarina, en lugar de azúcar, y se levantó de la mesa para acercarse hasta la barra y coger un sobre de sacarina. Dejó el portátil abierto sobre su mesa. Al regresar no estaba. Solo estaba el café, mudo y aún caliente. Se habían llevado el portátil y el trabajo de los cinco últimos meses. No, él no hacía back-ups más que de vez en cuando. Solo cuando tenía finalizado el trabajo, herencia de las fotocopias que se mandaban hacer solo cuando la novela estaba terminada. ¿Para qué antes?
Pues eso, que los comentarios a los comentarios se me han borrado. Plof. No están. Me acuerdo de ellos, claro, pero no es lo mismo. ¿Los vas a volver a escribir? Pues no, al menos no del mismo modo, ni en el mismo sitio. Os decía, resumiendo, que os mando muchos besos, y que gracias. Que sois estupendos/as. Que os quiero mucho. Ea. Pero es que dicho así no tiene tanta gracia, ya lo comprendo. No es lo mismo leer un libro a leer el resumen.
¿Y dónde estarán esas palabras? Si nadie las ha leído, más que yo, en ese caso solo existen en mi memoria, y cuando muera morirán también, inevitablemente. Y no habrán existido nunca. Como el árbol que muere en Siberia, pero nadie lo vio nacer, ni crecer, ni morir. ¿De verdad ha existido? A mí me da que esos comentarios que solo han sido tecleados, pero no han aparecido en la pantalla, son como el gato de Schrödinger, que ni está vivo ni está muerto. ¿Os acordáis de que en 2003 una médico de La Concepción sufrió un brote psicótico y mató apuñaladas a tres personas? Pues por lo visto se pasaba horas y horas tecleando en un ordenador que estaba apagado. ¿Qué escribía?
Ayer una amiga editora me decía que la escritura y los Talleres de escritura salvaban vidas. Pero vidas ajenas: las de todas esas víctimas que no han sido degolladas porque el verdugo estaba escribiendo relatos. Luego se los envían a ella, y aunque son relatos malos que no puede publicar, ella siempre les contesta que sigan escribiendo. Mientras lo vuelven a intentar, no se cabrean ni cogen el cuchillo jamonero y se van a buscar a su mujer que está viendo un programa de Ana Rosa Quintana. Otra vida salvada. Visto así, la escritura es un agente de orden público, y debería tener subvenciones del Ministerio de Justicia.
Eso de comentarios a los comentarios suena al libro de Borges “Prólogos con un prólogo de prólogos”. Pero Borges es mejor. Siempre será mejor. Mucho mejor si está muerto. No, no era eso. Y más si está muerto, quería decir. Yo también escribiré mejor cuando esté muerto. Pero no hay prisa, eh, sin empujar.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Propiedad Intelectual

Ya llevé la novela "120 kilos" al Registro de la Propiedad Intelectual. Dirección: Pl. del Descubridor Diego de Ordás, 3, 28003-Madrid, Teléfono: 91 720 82 43, Fax: 91 720 67 70, Correo electrónico: propiedad.intelectual@madrid.org. Hay más sedes repartidas por todo España, además de los consulados en el extranjero, que funcionan también como registros. Y cualquier material registrado en cualquier sede, tiene efectos en todo el territorio nacional. www.mcu.es/propiedadInt/CE/RegistroPropiedad/RegistroPropiedad.html
Me cobraron de 12,19 euros, tasa única. Ese es uno de los trámites que conviene realizar cuando se termina un libro y antes de empezar a moverlo por editoriales y concursos. Luego, en caso de plagio literal, aunque sea de cinco líneas sin entrecomillar y sin citar la fuente, ahí está el registro y el artículo 270 del Código Penal. En caso de plagio creativo (basado en, homenaje a, versión de) no habrá muchas posibilidades de un juez se pronuncie en una dirección ni en otra. ¿Cuál es el límite? El que plagia lo sabe, y el plagiado también. Y en caso de duda, el juez. Hay denuncias famosas, como cuando Warner Brothers denunció a los hermanos Marx por utilizar el nombre "Una noche en Casablanca" en una película después de que la productora hubiese filmado "Casablanca". La respuesta de los hermanos Marx fue denunciar a Warner Brothers por firmar como "brothers", cuando ellos eran hermanos desde mucho antes.
¿Qué se hace después con el libro? Pues se lleva a los editores (hay varios miles en España), o se presenta a concurso (hay más de cinco al día, 1600 al año, solo en España), o se autopublica (en autoedición o en coedición). Pero lo importante no está ahí. En serio. Lo más importante, lo más difícil, es haber terminado el libro; y lo siguiente más importante de todo es empezar a escribir otro.
Y después otro.
Ya voy.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Apostillas a 120 kilos

He decidido incluir una pequeña nota de agradecimiento en la novela 120 kilos. Será esta (a no ser que alguien proteste, no quiera aparecer, o quiera aparecer con otro nombre o seudónimo diferente):

"Esta novela fue escrita a la vista de todos en el blog de Enrique Páez, enriquepaez.blogspot.com, y en su página personal www.enriquepaez.com, durante la primavera de 2008, y hubo una legión de lectores amigos que siguieron la redacción día a día, en directo, y que aportaron sus comentarios e ideas en el proceso de creación. El autor quiere aquí agradecerles la compañía, los ánimos y los consejos, siempre útiles, en especial a Bea Montero, Meiga en Alaska, Belén Rueda Martín, María Fernanda Ávalos, Juan José Mera, Edurne García Argote, Joseba Molina, Ruth Ibáñez, Gloria Valdés-Bango, Diego Flannery, Gilda Manso, Basilio Ruiz Cobo, Emilio Montero, Aurora Páez, Una ET en Euskadi, Haldar F. Savery, Elisa Agudo, Ivana Díaz Otero, Sonia Aldama, Enrique Nieto, José Montero, Leo Sánchez, Álvaro Cerezo, Hombre de barro, Peancha, Fernando Alcalá, Viajero solitario, Emilio de Miguel, Manuel Espada, Mila García Guerrero, Pablo Insua, Lara López, Joaquín Bernal, Tamara Medal, Guido Eytel, Amparo Seijo, David del Río Otero, Ana Saturno, Mariana Torres, Javier Puche, Berna Wang, Juan Carlos Márquez, Aurora Boreal, Benjuí, Carmen García Romeu, Paola Vázquez, Recaredo Veredas, Ana Pino, Carmen Cuevas y Luis Recuenco. Sin vuestra ayuda los 120 kilos habrían sido mucho más difíciles de llevar."

martes, 13 de mayo de 2008

120 kilos (y 29. Fin)

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.

domingo, 11 de mayo de 2008

120 kilos (28)

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.

sábado, 10 de mayo de 2008

120 kilos (27)

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.

viernes, 9 de mayo de 2008

120 kilos (26)

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.

jueves, 8 de mayo de 2008

120 kilos (25)

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.

miércoles, 7 de mayo de 2008

120 kilos (24)

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.

martes, 6 de mayo de 2008

120 kilos (23)

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Prima duces iunetis uidit consistere castris tellus, quam uolucer Genusus, quam mollior Hapsus circumeunt ripis. Hapso gestare carinas causa palus, leni quam fallens egerit unda; at Genusum nune sole niues nunc imbre solutae praecipitant; neuter longo se gurgite lassat, sed minimum terrae uicino litore nouit.

lunes, 5 de mayo de 2008

120 kilos (22)

Este es un texto falso que sustituye al anterior para evitar su copia. Disculpen las molestias.
Hoc fortuna loco tantas duo nomina famae conposuit, miscrique fuit spes inrita mundi posse duces parua campi statione diremptos admotum damnare netas nam cernere uoltus et uoces audire datur, multosque per annos dilectus tibi, Magne, socer post pignora tanta, sanguinis infausti subolem mortemque nepotum, te nisi Niliaca propius non uidit harena. Caesaris attonitam miscenda ad proclia mentem ferre moras seclerum partes iussere relictae. Ductor crat cunctis audax Antonius...