viernes, 29 de febrero de 2008

Tiempo muerto

El foco de luz infectada buscó la pupila de su ojo y se hundió en él perforando el globo ocular a fondo, lentamente, hasta alcanzar la masa cerebral. Una vez allí libró la carga letal de sus entrañas y paralizó toda actividad mental durante horas. Trató de arrancarse el intangible dardo en vano, pero una invisible zarpa de acero le sujetaba el cráneo y le obligaba a mantener los párpados abiertos, sangrando irrecuperables lágrimas en forma de minutos. Un charco de tiempo enfangado se formó a sus pies hasta dibujar el perfil de un encarcelado voluntario. Cuando la jeringuilla de luz le hubo arrebatado todo el tiempo aprovechable que aún pudiera guardar en su cerebro, logró arrancarse la aguja del ojo y desviar la mirada. A trompicones consiguió levantarse del sofá y huyó por el pasillo rumbo al dormitorio. En un último rastro de lucidez, antes de quedarse dormido, se prometió a sí mismo, una vez más, no volver a encender el televisor sin motivos concluyentes.

9 comentarios:

Beatriz Montero dijo...

Muy bueno. Toda la razón. Deberíamos desconectarnos de la televisión o al menos de la tele- basura. Me da que la jeringuilla de luz también debe arrebatar neuronas.

Diego Flannery dijo...

Un paciente me decía en una sesión:" tengo que dar tres finales de la facultad, organizar el departamento nuevo donde me mudé, ver a algunas de mis mujeres y salir conalgunos amigos que no veo desde hace tiempo". Intrigado le pregunté ¿que otras obligaciones lo tenían atrapado? La intervensión produjo en el un efecto salutógeno y despabilante, y dijo a voz en cuello :" el maldito televisor, es como un vámpiro electrónico que me quita vida" y agregó "...ni que hablar del control remoto, es como la botonera de lanzamiento de las misiones espaciales que dirige al centro de mi cerebro el propio demonio".
Allí está el "tiempo muerto" del que hablabas Enrique y bien enmarcaba Bea en su comentario.

Abrazos
Diego.

Belén dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, ver la tele a según que horas puede ser mas mortal incluso que la jeringa en el ojo...

Gracias por firmar en mi blog, un placer visitar el tuyo :)

Juanjo Merapalabra dijo...

Yo también me prometo no ver la tele nunca más. Por eso sé que las palabras prometer y nunca están mal definidas en el diccionario.

PRU dijo...

Magnífico blog ! He venido tras tu amable visita al mío, y me he encontrado con un lugar excelente, felicidades sinceras por tu trabajo...

Un saludo !

Anónimo dijo...

Querido amigo Enrique:

Hay fascistas que leen y también los hay que no leen. Hay fascistas que escriben y también los hay que escriben. También es así con los rojos.

Siguiendo lo que tu has hecho, ¡me he hecho un blog! http://elblogdecrayolin.blogspot.com/

Saludos y recuerda:

Al pan pan y al rojo ¡PUM,PUM!

Crayolin

Fernando Alcalá dijo...

Jo, cómo me ha gustado!!! Es exactamente esa sensación.

Enrique Páez dijo...

Bea: Claro que arrebata neuronas, chironas, coronas...

Diego: Ivéntate los nombres (por aquello del secreto profesional) y narra y exagera anécdotas del diván. Te saldrá una novela.

Belén: Gracias por tu visita. Y por tu blog.

Juanjo: ¡Vaya día más soliviantado tenías hoy en el sinverweb!

Pru: Tus sexculturas me dejaron impresionado.

Crayolin: Suerte con el blog. Te visitaré.

Fernando: Gracias. ¿Cómo va tu Taller de Escritura?

josef dijo...

Y es que encender en exceso el televisor conlleva serios riesgos tal como nos demuestra tu excelente y clarificador texto.
un saludo!